De Elián González a Maikelys Espinoza: ¿Se repite la historia?, por Ángel Monagas

El desaparecido José Feliciano en 1982 escribió un verso de una canción, cuya parte refresco a la memoria de mis lectores:
«Las manos viejas sobre el piano de un pianista…Ya pasaron los días de la ambición, Ya no hay fantasías en su ilusión, fue detrás de la gloria, igual que yo, se repite la historia, sólo cambia el actor».
Muchos de nuestros líderes están así. Tienen más de 20 años detrás de la «gloria» y no han acertado porque la historia como sucede muchas veces es cíclica, se repiten los hechos, «se repite la historia, sólo cambia el actor».
El asunto es que muchas de estas personas, se «ensimisman» (por decirlo de algún modo) y no aceptan las nuevas reglas de la realidad. Siempre digo que en política no siempre pasa lo que uno quiere, sino lo que tiene que pasar.
Queremos un cambio y no lo mostramos en nuestras decisiones. Venezuela ha sido gobernada por muchos «yo hipertrofiados» y los que aspiran a conducir, se muestran igual.
Sostener una mentira, una fantasía, unos escenarios «fantaseosos», no es hacer política y muy lamentable que haya medios y periodistas que dejaron de hacer PERIODISMO con mayúscula y se dedican a mostrar escenarios, frases, a través de un SEO, que genere «vistas» o click de visitas.
He perdido la cuenta de los desaciertos por no decir «mentiras» que han titulados reconocidos periodistas venezolanos y medios, sobre el futuro de este mal llamado chavismo.
Me pregunto «¿Hasta cuándo?».
Lo peor es que el público no reclama, ni exige y hoy terminan con un falso positivo y mañana montan otro. Que un comunista construya una tesis irreal es normal. Este sistema vive de alimentar rencores, resentimientos depositados mentalmente a través de una historia no contada pero si fabulada.
Que lo haga, un periodista supuestamente demócrata, distinto a estos mercaderes de la información, es imperdonable.
Que Diosdado fue destituido o renunció, que el mercenario x prepara su llegada, que ahí marines escondidos en Venezuela, que fue una operación de rescate, que Maduro va caer en los próximos meses y pare usted de contar.
Al día siguiente asisten a sus programas, como si nada. No hay responsabilidad y eso es muy malo para una nación que busca su libertad.
¿Será que su ejercicio obedece más a una nómina que a los principios sagrados de la comunicación? Quiero creer que no.
Mientras una u otra cosa ocurre, Maduro montado sobre estas burdas estrategias alarga su periodo, Caiga Quien Caiga y la primera derrumbada es la verdad.
Análisis comparativo entre el caso de Elián González (2000) y el caso de Maikelys Espinoza (2025), explorando similitudes, diferencias, y posibles implicaciones geopolíticas.
1. Contexto general de ambos casos
Elián González (2000)
- Edad: 6 años.
- Origen:
- Hecho: Fue encontrado en aguas de Florida tras naufragar la embarcación en la que su madre (que murió en el trayecto) intentaba llevarlo a EE.UU.
- Familiares en EE.UU.: Parientes en Miami solicitaron su custodia.
- Reclamo: El padre, que vivía en Cuba, exigió su repatriación.
- Resolución: Luego de una batalla legal y mediática, el gobierno de EE.UU. (administración Clinton) decidió devolverlo a su padre en Cuba.
Maikelys Espinoza (2024)
- Edad: 10 años.
- Origen:
- Hecho: Fue llevada ilegalmente a EE.UU. por una tía sin consentimiento de su madre, quien vive en Venezuela.
- Reclamo: La madre exigió públicamente su regreso.
- Resolución: EE.UU. devolvió a la menor a su madre en Venezuela.
2. Similitudes
Aspecto | Elián González | Maikelys Espinoza |
Menores involucrados | Sí | Sí |
Ingreso irregular a EE.UU. | Sí | Sí |
Disputa de custodia | Sí (entre padre en Cuba y tíos en EE.UU.) | Sí (madre en Venezuela y tía en EE.UU.) |
Presión pública/política | Alta (exilio cubano vs. gobierno cubano) | Menor, pero con atención mediática |
Decisión de EE.UU. | Repatriación al país de origen | Repatriación al país de origen |
Ambos casos reflejan una prioridad del gobierno de EE.UU. en respetar la patria potestad del progenitor legal en el país de origen, incluso cuando ese país es gobernado por un régimen no alineado con EE.UU. (Cuba comunista en 2000; Venezuela chavista en 2025).
3. Diferencias clave
Aspecto | Elián González | Maikelys Espinoza |
Implicaciones políticas | Muy altas. Caso emblemático de la Guerra Fría tardía. | Relativamente bajas, sin politización masiva. |
Reacción del exilio | Enfática y mediática en Miami (caso Elián) | Menor visibilidad del exilio venezolano |
Actores institucionales | INS (Immigration and Naturalization Service) involucrado directamente | ICE y CPS, más circunscritos al tema de custodia |
Gobierno en EE.UU. | Bill Clinton (Demócrata, centrista) | Donald Trump (Republicano, con enfoque migratorio profundo) |
Régimen del país de origen | Cuba, régimen comunista de los Castro | Venezuela, régimen autoritario chavista |
4. ¿Existe un paralelismo político o cooperación tácita entre EE.UU. y Venezuela?
Aquí es donde la comparación se vuelve más compleja:
En el caso de Elián:
- No había relaciones diplomáticas plenas entre EE.UU. y Cuba.
- Sin embargo, sí hubo una colaboración puntual en función de un principio legal internacional: la protección de la patria potestad.
En el caso de Maikelys:
- Formalmente, EE.UU. no reconoce a Nicolás Maduro como presidente legítimo, sino a la oposición.
- Pero el hecho de devolver a una menor a territorio venezolano bajo custodia del Estado, implica de facto un reconocimiento administrativo y logístico del gobierno que controla el territorio.
Entonces, ¿hay un acuerdo o colaboración oculta?
No necesariamente. Pero sí hay una práctica diplomática pragmática:
- EE.UU., aunque no reconozca a Maduro, reconoce de facto que su gobierno tiene el control del territorio y de las instituciones, al menos para asuntos consulares y humanitarios.
- Esto no implica una alianza política, pero sí un manejo técnico de relaciones internacionales.
5. ¿Por qué son importantes estos casos?
Ambos demuestran que:
- Las decisiones legales respecto a menores suelen privilegiar la reunificación con el progenitor legítimo, sin importar la ideología del país de origen.
- EE.UU. puede actuar por principios jurídicos y humanitarios por encima de la retórica política, incluso con países adversarios.
- En momentos clave, los intereses del menor superan los intereses geopolíticos inmediatos.
6. Conclusión general
- Sí, hay similitudes en la lógica de fondo: protección del menor, respeto por la patria potestad, y resolución de conflictos familiares por vías legales.
- No necesariamente son reflejo de una alianza ideológica o política entre EE.UU. y Cuba/Venezuela.
- Pero sí muestran que, incluso en contextos de tensión, puede haber canales de cooperación práctica entre gobiernos opuestos cuando se trata de derechos humanos o casos humanitarios.
Elián y Maikelys: dos niños, dos países, una misma decisión de Estados Unidos
Lección que nos deja
En medio de tensiones geopolíticas, sanciones económicas y discursos polarizados, dos historias han logrado lo impensable: hacer que Estados Unidos coopere con gobiernos que oficialmente considera autoritarios o ilegítimos. Se trata de dos menores latinoamericanos: Elián González, el niño cubano que conmocionó al mundo en el año 2000, y Maikelys Espinoza, la niña venezolana que recientemente fue devuelta a su madre desde suelo estadounidense.
A simple vista, los casos parecen distantes en el tiempo y en el contexto político. Pero ambos revelan un patrón: cuando se trata del bienestar de un menor, la política cede paso al principio jurídico y al sentido común.
Elián: el niño que dividió a dos mundos
Corría el año 2000. Elián, de apenas seis años, sobrevivió al naufragio de una precaria embarcación que intentaba llegar desde Cuba a Florida. Su madre murió en el intento. Rescatado por pescadores, fue acogido por familiares en Miami, donde el exilio cubano libró una feroz batalla mediática y judicial para que se quedara en EE.UU.
Pero desde La Habana, el padre del niño exigía su regreso. El entonces presidente Bill Clinton, en medio de presiones políticas internas, decidió actuar en función de la ley: el menor debía ser devuelto a su padre, su tutor legal, en Cuba.
Elián regresó. Y con él, un mensaje: incluso con enemigos ideológicos, la patria potestad es un principio que no se negocia.
Maikelys: una niña venezolana en medio del limbo diplomático
Veinticuatro años después, el eco de ese principio volvió a resonar. Maikelys Espinoza, de 10 años, fue llevada irregularmente desde Venezuela a Estados Unidos por una tía sin el consentimiento de su madre. La mujer intentó quedarse con la niña, mientras la madre, desde Venezuela, denunciaba lo ocurrido y exigía su repatriación.
El caso fue menos mediático que el de Elián, pero igualmente simbólico. En medio de tensas relaciones diplomáticas —y con EE.UU. sin reconocer oficialmente al gobierno de Nicolás Maduro—, las autoridades estadounidenses entregaron a Maikelys a su madre, quien viajó desde Caracas a buscarla.
Sin acuerdos visibles, sin ruedas de prensa, sin discursos ideológicos: una acción directa basada en derechos familiares.
¿Cooperación entre enemigos?
En ambos casos, EE.UU. actuó más como garante de derechos que como potencia geopolítica. La devolución de Elián a Cuba se dio durante una época en que Washington aún mantenía una política dura contra el régimen castrista. La de Maikelys ocurre ahora, cuando Venezuela sigue bajo sanciones y es oficialmente considerada una dictadura por la administración Biden.
Sin embargo, ambas decisiones implican un hecho clave: Estados Unidos reconoce de facto a los gobiernos con los que no mantiene relaciones plenas cuando la situación lo amerita. No porque haya una alianza, sino porque hay una necesidad humanitaria o legal que resolver.
No se trata de un acuerdo diplomático formal, pero sí de un canal operativo que funciona a pesar del discurso público. Y eso dice mucho del poder que tienen los derechos humanos, incluso en los escenarios más adversos.
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Más allá de la ideología
Ni Elián ni Maikelys pidieron ser símbolos. Solo fueron niños atrapados entre dos mundos: el del país que los acogió, y el del país que los vio nacer. Y en ambos casos, fue este último el que prevaleció.
En tiempos donde la migración, el asilo y la retórica política contaminan incluso las decisiones más íntimas, estos casos recuerdan que el derecho del niño y la voz del progenitor no pierden vigencia. Que, a veces, incluso las potencias deben ceder ante lo más básico: la familia.
Ángel Monagas es abogado y comunicador.