¿De quién es la culpa del desempleo? ¡Del Gobierno!
¿Por qué en los sondeos de opinión figura el desempleo como el segundo o tercer peor problema, después de la inseguridad, que siempre es vista como la peor plaga que padece el país? Porque, además del 8% de desempleo abierto que reconoce el gobierno, existe el llamado «trabajo informal», que ocupa a más del 45% de la gente en edad de trabajar, de los 14 años en adelante. Habiendo tanta gente en trabajos precarios, con bajos ingresos, sin ninguno de los beneficios laborales asociados al trabajo formal (prestaciones, utilidades, seguro de HCM, etc.), la percepción general, incluyendo la propia de los trabajadores llamados «informales», es que en el país no hay trabajo suficiente para todos los que lo necesitan. Por eso, al desempleo se le atribuye tanta gravedad. La gente sabe que un trabajo irregular, sin beneficios salariales ni de ningún otro orden, no es realmente trabajo. Este gobierno viene empeorando esta situación.
En primer lugar, durante estos once años, más de la mitad de las industrias manufactureras han bajado las santamarías. El gobierno viene acosando de tal manera al sector productivo que ha obligado a muchas empresas a cerrar, lanzando a la calle a decenas de miles de trabajadores. La cantidad de regulaciones, y de leyes y reglamentos restrictivos de la actividad, han llevado a la quiebra a miles de pequeños y medianos empresarios. Eso produce desempleo y la responsabilidad es absolutamente del gobierno, que ni lava ni presta la batea. No crea empleo productivo y elimina el que existe.
El feroz discurso de Atila, contra el «capitalismo» y contra la «burguesía apátrida», acompañado de expropiaciones e intervenciones de toda clase de empresas, atemoriza a los empresarios y ha llevado prácticamente a cero la inversión privada. Aquí no invierte nadie y si no hay inversión, no hay creación de puestos de trabajo. En este sentido, Atila es directamente responsable de la pérdida y de la no creación de puestos de trabajo.
También la política cambiaria del gobierno, responsabilidad exclusiva de Atila, ha lesionado gravemente el aparato productivo interno. El gobierno ha propiciado un dólar tan barato, a pesar, incluso, de la devaluación del bolívar, que ha hecho de las importaciones el gran negocio. Importar es barato. Pero esas importaciones masivas han venido aplastando el aparato productivo interno, que no aguanta esa competencia de productos extranjeros. El cambio bolívar/dólar también desfavorece la producción interna y la exportación de productos venezolanos. Las nuevas medidas cambiarias empeoran lo que ya era malo para la producción.
Esto se junta para reducir la actividad económica y con esta el empleo. Todo el que se queja del desempleo, pásele la factura al gobierno. No existe otro responsable.