De un bolívar a otro bolívar: la elección de los rostros de los billetes
El coleccionista Romer Arrieta explica que por lo general en Venezuela es el rostro de El Libertador el que adorna el billete de más alta denominación, mientras que la elección de los motivos que estarán en las piezas corresponde al directorio del Banco Central de Venezuela
El 23 de marzo de 2018 corría el rumor de que el mandatario Nicolás Maduro haría anuncios en materia económica e, incluso, ordenaría emitir nuevos billetes dentro del mismo cono monetario tras la reciente emisión de la pieza de Bs. 100.000; ello con el fin de combatir la hiperinflación y la falta de efectivo.
Pero “madrugó” a todos los venezolanos al anunciar una nueva reconversión monetaria, completa con impresión de un nuevo cono monetario y la sustitución de la palabra “fuerte” -como lo bautizó Hugo Chávez- por la denominación “soberano”.
Otra de las sorpresas -al igual que en 2007- fueron los rostros que adornarán la nueva familia de piezas que entrarán en vigencia a partir del 4 de junio de 2018: Josefa Camejo, José Félix Ribas, un Francisco de Miranda más maduro, Ezequiel Zamora, el regreso de Rafael Urdaneta y de Antonio José de Sucre, y la inclusión del rostro “zambo” de Simón Bolívar.
Mientras, el personaje histórico que se mantuvo fue el de Simón Rodríguez -o como le gusta recordar al Ejecutivo- Samuel Robinson.
Tras este anuncio, surgen muchas preguntas: ¿quién elige las imágenes que salen en las piezas? ¿Es el mismo proceso con los animales y los paisajes? ¿El color de los billetes o la denominación del mismo tienen algo que ver con la importancia del personaje que se designa a cada papel moneda? ¿Cuánto tiempo se toma planificar un nuevo cono o la emisión de billetes conmemorativos? Como todo, la mayoría de las preguntas tienen respuestas y en este caso no hay excepción en este apartado.
Bolívar es Bolívar
En primer lugar hay que decir que la vida de los billetes “es muy efímera. Dependiendo de la denominación, puede durar semanas o tal vez meses. Mientras más elevado es su valor, su vida es más prolongada”, según afirma el economista venezolano Sergio Sucre Castillo en su libro “Los billetes de la emisión centralizada de Venezuela”, publicado en 2008.
En ese sentido, el numismático Antonio Alessandrini considera que el cono monetario vigente a partir del 4 de junio de 2018 “no va a durar mucho” debido a la hiperinflación que impera en el país y porque el mismo responde a intereses políticos, por lo que emitir una nueva familia de billetes “acorde” con la situación actual no está dentro de los planes del Ejecutivo.
“No quieren sacar mil bolívares soberanos”, destaca, pues según su opinión se tendría el “mismo problema que el billete de Bs 100 mil y el de Bs 20.000 con la cara de Bolívar”. Añade que existe una “mezcla desordenada” en las efigies que aparecerán en los nuevos papeles porque “no se están preocupando por el resto de los héroes de la independencia”.
Sin embargo, el coleccionista Romer Arrieta explica que por lo general en Venezuela es el rostro de El Libertador el que adorna el billete de más alta denominación, mientras que la elección de los motivos que estarán en las piezas corresponde al directorio del Banco Central de Venezuela, luego de recibir propuestas por parte del departamento numismático del ente emisor.
“La figura de Simón Bolívar debe ir siempre, no obligatoriamente, pero debería ser el billete de mayor denominación. Ya los otros billetes, realmente en cuanto a los próceres o figuras, no hay un orden específico (…) se llevan los bocetos -o pruebas de diseño- con las propuestas de las casas impresoras de billetes y las mejores propuestas se toman. Esa es la generalidad del proceso”, detalló.
Esto es en referencia al billete de Bs. 50.000 de antes de 2007, en el cual estaba el rostro de José María Vargas.
A pesar de esto, Alessandrini manifiesta que en los dos últimos conos monetarios (de 2007 y 2018) no se han respetado los criterios para elegir a los próceres o personalidades importantes del país por los niveles inflacionarios. A esto, se le puede agregar el comentario que hizo el diputado a la Asamblea Nacional, José Guerra, quien asegura que en 2007 fue Hugo Chávez quién escogió a dedo los motivos de cada uno de las piezas monetarias.
En esto coincide Arrieta al subrayar que con anterioridad, la decisión de qué iba en los billetes era una decisión autónoma del BCV y el Presidente solo daba el “ejecútese”.
“Hoy esa forma de gobierno que se está empleando que es presidencialista, la decisión final la tiene el presidente de la República. En ese aspecto ha cambiado el Banco Central. No ha mantenido la autonomía que antes tenía”, dijo.
Asociación estratégica entre diseño y seguridad
Según el libro “Los billetes de emisión centralizada de Venezuela”, de Sucre Castillo, tanto el creativo del diseño, el fabricante del substrato y el impresor “deberán tener a menudo conversaciones para cambiar de lugar, aumentar o disminuir el tamaño de ciertos elementos del diseño original, para organizar la composición en forma armónica con los criterios de seguridad seleccionados y otros requisitos técnicos referentes a la producción”.
Eso significa que la imagen de cada billete puede ser sensibles a pequeñas modificaciones en su diseño para incluir de manera armónica los elementos que permitirán diferenciar un billete original a una falsificación. Incluso, una nota de la AFP del 17 de octubre de 2008, resalta que las piezas monetarias de Venezuela recibieron el premio al “Mejor Diseño” otorgado por la International Association of Currency Affairs (IACA).
En la información se resalta que el novedoso diseño de colocarlo verticalmente, los colores usados y el concepto gráfico que mezcla a figuras de la Independencia con paisajes y fauna en peligro de extinción, fueron criterios usados para su evaluación.
Al surgir la inquietud de si el anverso (donde sale el rostro del personaje histórico) y el reverso (en donde sale el paisaje) tiene alguna relación, el numismático Antonio Alessandrini asevera que al parecer no existe vínculo, aunque da a entender que es preferible que el diseño mantenga un orden.
La “leyenda urbana” del esoterismo
Desde que salieron los billetes impulsados en 2007, circuló el rumor de que en el diseño de seguridad estaban incluidos elementos esotéricos, supuestamente para perpetrar a los actuales dirigentes en el poder. De igual forma se habló de la forma vertical de los mismos, que en esa oportunidad se comentó que los próceres escogidos tenían cierta relación con la santería.
Según una espiritista entrevistada por Giovanny José Duran en el diario El Informador de Barquisimeto (4 de diciembre de 2016), hay simbología “escondida”, sobre todo en el billete de Bs 100 (ese que murió y resucitó como 8 veces) que respondería a un culto para “Elegua”, que según la religión Yoruba es dueño de los caminos y el destino.
“Si usted dobla el billete de 100 bolívares y une sus extremos se ve la imagen de ‘Elegua’. Eso es pacto y todos saben que el presidente Chávez era babalawo, es decir, un sacerdote de la religión de Yoruba”, comentó la consultada. Sin embargo, en el mismo reportaje, el arzobispo de Barquisimeto, Antonio López Castillo, decía que esas elucubraciones no eran más que mera superstición.
Como dato curioso, los billetes de Bs. 10 de la emisión de 2007 y de Bs. 2.000 en la ampliación del cono en 2016 con el rostro del supuesto indio Guaicaipuro, salieron con un error porque la imagen del billete corresponde a Paramacay, hecho que hizo enfurecer a los directivos del BCV para entonces, pero decidieron dejarlo así porque ya se habían impreso las piezas.
El coleccionista de billetes y monedas Romer Arrieta, indica que efectivamente hay elementos que produjeron una reacción en la gente para que lo intuyera de esa forma. “Si ves a Negro Primero o la imagen de Luisa Cáceres de Arismendi –que muchas veces pareciera que fuera María Lionza-, algunos elementos de la trama de seguridad de la estrella pareciera que sí, tomaran un poco eso”.
También ratifica que Venezuela había sido innovador en la inclusión de mujeres dentro de sus billetes, siendo Luisa Cáceres de Arismendi la primera dama en adornar las piezas, seguida ahora de Josefa Camejo.
Aunque no pudo confirmarlo, dice que existían elementos que “permiten presumir” la presencia de cierta tendencia al esoterismo. Habrá que ver si en los billetes nuevos existirán estas imágenes que inviten a jugar con la imaginación de los venezolanos ¿o será cierto?
¿Cuánto tarda elaborar un billete?
Ante la inminente aparición de las nuevas piezas del cono monetario, muchos de los venezolanos se hicieron la siguiente pregunta. Si en 2007-2008 no se tuvo tiempo suficiente para canjear los billetes que dejarían de estar en circulación por los nuevos papel moneda ¿por qué en 2018 solo dieron unos pocos meses para realizar la misma operación?
Según el diputado a la Asamblea Nacional José Guerra, en declaraciones recogidas por el diario Panorama, el tiempo para acuñar e imprimir estos nuevos billetes no es suficiente.
«Entre el lapso que corre del diseño del billete, la selección del papel, la tinta del papel , el elemento de seguridad, mientras eso se seleccione se coge el peso, la dimensión, se imprime el billete, llega a Venezuela y se distribuye, pasan tres meses, y eso no está acorde con los dos meses que corren desde ahorita hasta el 4 de junio, donde los billetes no solo tienen que estar impresos, sino distribuidos en los bancos, y tienen que estar en los cajeros calibrados», explicó en esa oportunidad.
Ante esto, el coleccionista y también numismático Romer Arrieta, puntualiza que para realizar las acuñaciones de monedas y billetes -en torno a lo que es la emisión de piezas conmemorativas- tarda aproximadamente un año, “y es lo mínimo”, aclara.
Insiste en que el proceso inicia a principios de año –o a finales del mismo- para determinar cuáles son las fechas importantes y conmemorativas, trabajo que adelanta el departamento de Numismática de cada Banco Centra en los países. “Ya menos es contra reloj y una carrera”, recalca.
Agrega que hay naciones que se planifican para realizar estas emisiones conmemorativas, que por lo general lo hacen en monedas de baja denominación y de pocos ejemplares, de tres a cinco años.
Junto a esto, puntualiza que el proceso para emitir billetes y monedas debe contar con un cálculo de la masa monetaria con base en las reservas de oro u otros minerales que utilice el país para subsistir, y se estudia cuánta masa hay para realizar cada acuñación.
“Fichas» de hacienda
A finales de 2017, la comunidad del 23 de Enero en Caracas sorprendió a todos al emitir una moneda usada en el entorno denominada “panal”, acuñada directamente en ese sector de la capital del país. Posteriormente, para el 19 de marzo de 2018, en el estado Apure se imprimió “el elorza” para ser usados en la fiesta homónima; mientras que para mediados de marzo, la alcaldía del municipio Libertador produjo “el caribe” únicamente para ser utilizado en las verbenas impulsadas por el gobierno municipal, todo esto motivado por la falta de efectivo que hasta principios de mayo aún existe en el país.
Para el numismático Antonio Alessandrini el uso de estas piezas para la historia quedará como “fichas de hacienda”, figuras que eran usadas en las haciendas en los siglos XVIII y XIX para que los trabajadores pudieran comprar en la botica de la propiedad lo que necesitaban.
Sin embargo, insiste en que serán fichas coleccionables en el tiempo porque primero, son de emisión reducida; segundo, se usaron por un lapso limitado de tiempo; y tercero, puede formarse una pequeña colección.
Por su parte, Romer Arrieta detalla que este tipo de instrumentos financieros puede ser considerado como “monedas de emergencia”, debido a que se fabricaron en un momento determinado con un fin determinado, además de uso muy local para el canje de artículos.
“Eso no se va a difundir. No es una moneda nacional. Es muy focalizada a eventos específicos (…) Eso es otro sentir, debido a la escasez de billetes (…) la moneda de trueque había desfallecido y la volvieron a retomar”, dice.
Arrieta recuerda que en un intento por agrupar a los expertos en el tema, desde 2016 se retomó el nombre de la Asociación Numismática de Venezuela, donde han buscado integrarse con más del 90% de coleccionistas de billetes en todo el país. En la actualidad continúan “dándole forma” al proyecto para difundir la historia de nuestros billetes y monedas.