Debe decidir y hacerlo ya…, por Ángel Monagas
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Es una discusión permanente, por lo general cuando un gobierno con muchos años de mandato llega a una situación difícil, que compromete su permanencia.
Cuba es un buen ejemplo en ambos sentidos.
Su líder fundamental fue un excelente político a la hora de maniobrar. Evitó en más de una vez la colisión de su aparato, llegando incluso a tener que sacrificar piezas de su entera confianza para sobrevivir.
Varios ejemplos tenemos también de siglos pasados y otras tragedias similares se han vivido alrededor de la pregunta ¿Cómo mantener el poder?
Como una cirugía de alto riesgo, sobre todo cuando no existía el «bisturí de diamante» que permite hacer cortes diminutos para lograr el objetivo de una delicada operación.
Hoy es mucho más fácil salvarle la vida a un paciente, aunque sea igual de peligroso.
Un elemento clave para eso es el factor tiempo.
Infinitos éxitos políticos se logran más por el buen uso del sentido de la oportunidad, que por la acción en sí misma.
Es un tema recurrente en las discusiones políticas. La toma de decisiones oportuna es crucial en la política, ya que las decisiones tardías pueden resultar en oportunidades perdidas o en la incapacidad de abordar problemas de manera efectiva.
Recuerdo un breve poema sobre el tema:
En la arena política, el tiempo es rey,
donde cada segundo puede cambiar el juego.
Los líderes deben actuar, no solo soñar,
pues en la indecisión, el fracaso puede anidar.
Quien vacila y tarda en decidir,
puede que su destino esté en no conseguirlo.
El éxito espera al valiente, al decidido,
al que toma el timón y navega el camino.
Así que, político, escucha este consejo,
decide a tiempo, o enfrenta el espejo.
Donde solo verás, en tu reflejo,
el rostro del fracaso, del despecho.
La habilidad para tomar decisiones informadas y a tiempo es una cualidad importante para cualquier líder, y en la política, esto puede significar la diferencia entre el éxito y el fracaso.
La decisión de María Corina Machado
Tema delicado y complejo sobre el cual no voy a seguir ahondando, porque además las noticias tratándolo abundan.
Gustavo Petro y Lula, después de cometer tantos desastres, se reivindican aparentemente ante la oposición venezolana, considerando tal postura del TSJ como un «golpe antidemocrático».
Mala memoria y para mí un simple «finteo» de quienes en sus países confrontan gravísimas situaciones y estas declaraciones los ayudan a refrescar y acercarse a lo planteado en la opinión pública, sin mayor daño sustancial a su «colega» Nicolás Maduro.
No obstante ambos mandatarios han guardado «mutis» en otros temas de mayor trascendencia realizados en sus países a favor de Nicolás.
María Corina ha agotado las jugadas del «librito político»:
Ejercer recursos legales, ante un poder judicial muy cuestionado por su parcialidad y que indudablemente no decidirá a favor de la causa opositora.
Presionar a la comunidad internacional, que a mi juicio nada podrá hacer, ante un gobierno que ha librado exitosamente más de una vez, batallas contra organismos internacionales. Para graficar un poco, Maduro ha sido atacado hasta por constelaciones interplanetarias que nada han logrado.
El uso ininterrumpido de medios de comunicaciones a su favor, sumando además constantes campañas a través de diversos laboratorios de redes.
Ha fallado eso sí, el comando de María Corina Machado en las movilizaciones nacionales, con sobradas excusas de por qué eso no se produce.
En concreto lo que ella debe hacer, dependerá en gran medida de lo que ella pretenda convertirse a futuro.
María Corina, aun bajo el actual escenario puede ser una líder con más futuro que pasado, aunque también eso dependerá de su decisión.
Lo sucedido en las primarias, ya quedó atrás.
Hechos como la suerte corrida por Rocío San Miguel y la muerte del Teniente en Chile se encargaron de extinguir esos vientos generados a partir del magno evento.
Considero que no fue acertada la colocación de la señora Corina Yoris, quien además ha deslucido en sus últimos ataques a otros opositores, sobre todo porque ella tampoco fue candidata en las primarias.
Su edad, su apariencia, su cansancio físico no despierta el entusiasmo juvenil necesario y pareciera que su designación obedece más al hecho de ser una marioneta de María Corina que realmente una política de formación para asumir el reto.
No podemos olvidar que en el hipotético caso de que ella gane, se va a enfrentar a una coyuntura política demasiado complicada: Poder Judicial, Contraloría, Fuerzas Armadas y Asamblea Nacimiento. Además de un país complicado entre Gobernadores y Alcaldes chavistas, con gravísimos problemas de control policial, guerrilla, grupos anárquicos, etc.
El designado o la designada, no puede ser una política improvisada, políticos de universidad y de foros.
El elegido debe ser capaz de sostener un encuentro permanente con la sociedad para lograr los cambios al menor costo posible.
Pacificar el país, reencontrarnos con la ruta del desarrollo científico, económico y comercial.
Celebrar el regreso si bien no de todos, si de muchos venezolanos que estamos en el exterior.
El tema no es que Maduro escoja el candidato de la oposición, porque María Corina tampoco lo hizo, ella decidió sola y sin consultar a los diversos componentes de la oposición.
El tema, el Alfa y Omega de la causa opositora, debe ser salir de Nicolás. Terminar con 25 años de dominio rojo.
Para ello, debemos estar más allá del cielo y del infierno y decidir por quien pueda realizar la tarea.
*Lea también: La democracia no es un juego, por Ángel Lombardi Lombardi
María Corina tiene una cita con el destino de millones de almas, que gritan, que lloran desesperadas por la unidad como el elemento básico, fundamental, primordial para enfrentar y tener posibilidades reales de que Maduro pierda.
La comunidad internacional en ese caso, es requisito indispensable, no para hacer cambiar a Nicolás de postura, sino para constatar su derrota y garantizar un proceso transparente.
María Corina debe salir de la ruta de Guaidó, de López, de Ledezma…
Dejar eso para 10 días antes de culminado el proceso sería un error garrafal, que sembraría mayor desconcierto, depresión y decepción en una población ansiosa por un cambio y que quiere votar.
Es el aquí y el ahora, del que habla la sociología moderna.
Puede erigirse como la madre de la nueva Venezuela o la viuda de otro intento político, que en el peor de los casos nos permita avanzar a otros estadios de desarrollo.
María te quiero ver dirigiendo los destinos nacionales, no hablando desde una Universidad en La Florida de lo que pudiste hacer y no lo hiciste por no decidir a tiempo…