Dejen cantar al gallo del PCV en la AN de Maduro, por Xabier Coscojuela
@xabiercosco
El pasado martes 26 de abril fueron designados los “nuevos” integrantes del Tribunal Supremo de “Justicia”, violando la Constitución y leyes que deberían regir sobre la materia. Es coherente con la forma de gobernar del chavismo que el supuesto máximo tribunal del país haya sido designado sin cumplir con la ley. Había que ser muy optimista para esperar otra cosa.
En esa sesión, el presidente de la Asamblea Nacional de Maduro, Jorge Rodríguez, no pudo decir que la decisión se había tomado de manera unánime, pero quien impidió esa unanimidad no fue la fracción que supuestamente hace oposición en ese Parlamento, sino el diputado del Partido Comunista de Venezuela.
Su desacuerdo lo tuvo que expresar a grito pelao debido a que le negaron el derecho de palabra. Hay que precisar que los votos que eligieron a Oscar Figuera, diputado del PCV, tienen el mismo valor que los que permiten a Jorge Rodríguez ser presidente de ese Parlamento, por lo que es un gran irrespeto a los electores que el diputado comunista no pueda ejercer su derecho de palabra y no pueda ser escuchado como cualquier otro parlamentario en ese foro.
Si lo anterior es grave y lo rechazamos, más grave nos parece que se esté haciendo costumbre y que el resto de los diputados apruebe la conducta antidemocrática de Jorge Rodríguez, de quien es difícil esperar otro tipo de comportamientos. Que la bancada del PSUV hasta aplauda que le corten el micrófono a Figuera lo entendemos, no respetan las opiniones distintas a las suyas, son coherentes en eso.
A quienes no entendemos y les hacemos el reclamo, es a los diputados que conforman la oposición en ese Parlamento. Ese silencio que mantienen ante estos atropellos los hace cómplices de los mismos. No puede ser que la respuesta que ellos dan ante los abusos de Rodríguez y compañía sea guardar silencio y más nada.
Si se dicen demócratas tienen que protestar esa censura y exigir que se le respete el derecho que tiene Oscar Figuera de exponer sus opiniones y fijar sus posiciones sobre cualquier materia que se discuta en esa Asamblea Nacional, ¿o es que allí no se puede discutir nada y solo se tiene que acatar, sin chistar, lo que propongan Maduro y sus compinches?
Cuando se conocieron los resultados de las elecciones parlamentarias de 2020 nadie, en su sano juicio, podía pensar que allí se iba a aprobar algo diferente a lo que propusiera el PSUV. Era obvio que los votos de 20 diputados de oposición no tenían nada que hacer contra los más de 200 del PSUV, pero esperábamos que fijarán posición, que votarán con criterio propio, que podían coincidir a veces con el gobierno, pero no siempre, que también se puede salvar el voto o votar en contra.
Luego de las primeras sesiones pensamos que esa fracción podía ser de 21 en lugar de 20, al agregarse el voto de Figuera, pero los hechos están demostrando que la fracción opositora en la Asamblea Nacional de Maduro es de solo uno.