Delcy Eloína quiere la foto, por Sigfrido Boccanegra
Fue costumbre siempre que al Presidente de la República se le invite a la Asamblea Anual de Fedecámaras. Y la tradición era que éste, con una gran comitiva, asistiera y escuchara lo que tenían que decirle los empresarios privados, lo cual no siempre sacó una sonrisa al Jefe de Estado. Incluso es de recordar la presencia en una de esas asambleas del entonces candidato Hugo Chávez, quien como presidente acudió al foro 55 celebrado en Maracaibo.
Debut y despedida. Aunque las invitaciones siguieron saliendo desde El Bosque, nunca más fueron fueron correspondidas. Hasta este año, cuando después de 22 años y en representación del actual ocupante de Miraflores, su vicepresidenta se dirigirá a la crema y nata de los empresarios nacionales con motivo de su 77 asamblea anual.
¿Un golpe de timón del Ejecutivo Nacional? ¿Un cambio de actitud de la cúpula privada? Parafraseando al legendario Carlos Andrés Pérez, ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario. Es poco probable que Delcy Eloína quiera congraciarse con un gremio que a decir del régimen (el actual y el anterior) ha desangrado a la nación hasta dejarla exangüe. Pinta más como una oportunidad para tomar una foto que mostrar a la comunidad internacional aparentando una comunión que no existe.
Del lado del empresariado, que la invitación haya sido aceptada al parecer causó algunas sorpresas, pues algunos dentro del mismo organismo desconocían la vicepresidencial participación. Varios incluso no la aprobarán, pero es innegable que es una oportunidad para el diálogo, y un diálogo en medio de las actuales circunstancias no cae mal a nadie.
Además, si bien la futura directiva de Fedecámaras seguirá los lineamientos de la saliente dirigida por Ricardo Cusanno, hay matices destacables. Por primera vez en 40 años Fedecámaras volverá a estar presidida por un industrial de peso: Carlos Fernández. Con muchas conexiones dentro y fuera del país, es considerado como un empresario pragmático, conciliador nato pero poco dado a ‘plantar la otra mejilla’.
Estará además acompañado por Adán Celis Michelena, recién salido de la directiva de Conindustria, otro industrial con peso específico dentro del sector “que sabe negociar, pero es firme en sus decisiones”, como comenta un colaborador que prefiere no ser nombrado.
Fuentes cercanas a la sede de El Bosque señalan que el encuentro promete ser una oportunidad para plasmar de forma clara y contundente varias cosas al gobierno, y esperan que sea el punto de arranque de un verdadero diálogo entre ambas partes.
De cualquier manera, las nuevas directivas de los principales gremios privados (Consecomercio con Tiziana Polessel; Conindustria, con Luigi Pisella; Fedeagro, con Celso Fantinel; y Fedenaga con Armando Chacín) tienen claro que sin unidad de acción es imposible lograr sacar al país de la larga crisis que lo aqueja. Definitivamente, en la cúpula empresarial algo ha cambiado.