Delincuencia y ola de migrantes llevan a la frontera del Táchira con Colombia al colapso
Pese a los esfuerzos que realice el gobierno de Colombia la ola de delincuencia y migrantes superan su capacidad de respuesta al problema
La frontera de los andes venezolanos que limita con territorio colombiano está a punto de colapsar debido a la venta de cocaína colombiana y la minería ilegal venezolana que, más que afectar a la nación neogranadina, ha afectado a las instituciones del país. Cerca de un 35% de cocaína que se produce en el país vecino se trafica hacia el Caribe y países de Centroamérica y de allí a Estados Unidos, utilizando la frontera de Venezuela como plataforma aérea, según reseña el portal colombiano La Opinión.
Oro, coltán, diamantes, tungsteno y otros metales, salen ilegal y secretamente desde Venezuela hacia el medio oriente o con certificados falsos desde Colombia, hacia Europa. En esas transacciones, empresarios y comerciantes de toda clase han formado un mercado muy activo en Cúcuta para vender estos productos. Estos problemas, aunados a la migración forzada, y la trata de personas y explotación sexual de muchos migrantes venezolanos han afectado también las zonas fronterizas de ambos países.
Si bien las autoridades colombianas hacen un gran esfuerzo por mantener la paz y crear mejores condiciones tanto para ellos como para los connacionales venezolanos, el fenómeno, tanto de delincuencia como de migración, sobrepasan cualquier control que quieran establecer.
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«Presidencia, Cancillería, Mindefensa, Migración, policía, ejercito, ONGs y la propia comunidad cucuteña soportan el peso oneroso de la migración y la delincuencia. Sin embargo, los restringidos recursos del gobierno colombiano, la máxima degradación de la economía venezolana y la precaria ayuda internacional, alimentan este acabose, insostenible para ambos países y que está llamando a una intervención internacional», señala el medio neogranadino.
Al respecto del control militar en esos espacios, es necesario destacar que en la frontera colombiana militares rusos merodean las zonas de Rubia y Coloncito, municipalidades del Táchira, operando drones y «apoyando» a las tropas venezolanas que cada vez más quieren desertar del ejército venezolano e irse a Colombia. Convirtiéndose esto en un reflejo de los intereses geoestratégicos que tienen tanto Venezuela como Colombia.
«Al mejor estilo de los carteles mexicanos, videos de desmembramientos aumentan en frecuencia y circulan en redes sociales, enviando un mensaje de miedo y terror a sus rivales y a sus futuras víctimas. El crimen organizado transnacional, incluyendo a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional, aprovecha esta rica fuente de reclutamiento de carne de cañón y de mano de obra joven, barata, urgida de supervivencia y en búsqueda de futuro, desde Paraguachón hasta Puerto Ayacucho», reseña el diario colombiano en su portal web.
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