Delirio intenético, por Teodoro Petkoff
El control y la censura sobre Internet son, y no pretendemos descubrir el agua tibia, un asunto político. Los aspectos técnicos son irrelevantes para la discusión sobre el tema. ¿Técnicamente es posible hacerlo? Claro que sí. De hecho, hay una docena de países con regímenes totalitarios, o meramente dictatoriales, que han implantado medidas de control.
¿Es posible hacerlo completamente? Claro que no. De lo contrario no se explicaría una bloguera tan valiente como la cubana Yoanni Sánchez, que burla controles y censura. No es la única, como son millones quienes en China e Irán también soslayan la censura. En el caso venezolano, donde Chacumbele ha puesto en discusión el tema en una de sus perolatas, al sugerir tal posibilidad, tampoco sería cosa de coser y cantar.
Que se concrete o no la tentativa dependerá del análisis costo/beneficio que hagan Chacumbele y sus asesores fidelistas en la Sala Situacional. Si percibe que puede pagar el costo, porque el «beneficio» que piensa obtener superaría aquel, establecerá el control de Internet; de lo contrario, la cosa quedará para mejor oportunidad. Ahora, el costo puede ser terrible para el gobierno.
Venezuela está en el contexto latino-caribeño, donde una medida como esa caería como una patada en el hígado. No es una potencia como China, que se permite abusos antidemocráticos porque tiene a medio mundo haciendo negocios allá; tampoco es Irán o Myanmar, que operan en marcos políticos internacionales muy diferentes al de nuestro continente.
Cuba se lo permite porque mantiene un régimen totalitario, consolidado desde la Guerra Fría, impermeable a la opinión pública. Pero, no en balde, los delirios galácticos, de liderazgo continental, de nuestro comandante en jefe se han vuelto irrisorios precisamente en las tierras con las que tropezó Colón. Por estos lados, hasta los aliados, que son poquitos, y el principal alcahuete, o filho do Brasil, se verían en problemas para convalidar tamaño asalto a la libertad de expresión y a la libertad, a secas. Eso, sin contar con el precio «endógeno» que tendría que pagar. Chacumbele verá si tira la parada.
Pero, ¿por qué acaricia la idea, si ni siquiera ha podido censurar todo, aunque haya avanzado bastante en ese propósito? Porque le encantaría tener una sociedad cerrada como las totalitarias y se entretiene tomando sus sueños por realidades. Le encantaría tener a todo el país como dicen que tienen a la FAN. En todas las instalaciones militares, de aire, mar y tierra, la televisión sólo está prendida en el canal 8. ¡Ay de quien se atreva a mover el dial! Cuentan que en las viviendas de guarnición la gente puede poner otros canales, pero bajito, porque la desconfianza ha llegado al punto de sospechar hasta de la familia vecina. No entra a las instalaciones castrenses ningún diario que no sea VEA. Nos han informado que, incluso, fueron eliminadas las partidas presupuestarias para adquirir los periódicos. Clausurar la cada vez más ancha ventana que significa Internet vendría a ser, para Yo-ElSupremo, como cumplir un sueño dorado: todo bajo control del Estado, es decir de Él. Lástima que en el mundo de hoy esas cosas sólo sean posibles por excepción y en casos muy particulares. Será inútil.