Denuncian que el 95% de los derechos contractuales del magisterio han desaparecido
Salarios miserables, deficiencia en los servicios públicos y carencias tanto en el profesorado como en el estudiante impiden que existan las condiciones para concretar un regreso a la presencialidad, pero el chavismo insiste en contradecir al magisterio e ignorar sus peticiones
Dirigentes sindicales del magisterio denunciaron que al sector docente se le pide iniciar clases en los próximos días con un 95% de sus derechos laborales vulnerados y sin garantías de ningún tipo para el regreso a la modalidad presencial.
En una rueda de prensa convocada por el Observatorio Venezolano de Libertad Sindical (Ovlis), la dirigente de la Federación Colegio de Profesores de Venezuela, Raquel Figueroa, resaltó que el retroceso en derechos laborales para el docente es de más de 35 años.
«Las condiciones laborales del docente están hoy en un 98% de menoscabo. La situación de un docente está en condición de supervivencia, pues el sector entra en el 94,5% de pobreza que Encovi señaló recientemente. La progresividad del progreso se ha perdido. El 95% de los derechos contractuales han desaparecido», denunció.
El problema radica en un modelo político que, no solo ha destruido la economía, sino que arremete contra la academia, que ha perdido sus derechos, calidad humana y también profesional pese a que el Estado tiene como obligación atender la educación.
Por estos motivos, dirigentes sindicales del magisterio reiteran que no existen condiciones para un regreso a clases, a pesar de que les preocupa que los estudiantes no están generando las competencias necesarias para superar sus cursos.
«Los docentes se encuentran en una situación de emergencia humanitaria. Esta situación no debe resolverse con pañitos de agua tibia», afirmó Figueroa antes de fustigar un acta convenio firmada recientemente y la discusión para un nuevo acuerdo que no responde a las necesidades del magisterio.
El acta convenio firmada en julio de 2021 por una Federación de Trabajadores Universitarios de Venezuela (FTUV) que no responde a los intereses del sector y que carece de representación magisterial, se enfoca más en la bonificación de los ingresos que en la valorización del salario, lo que vulnera directamente los derechos de los trabajadores del sector educativo.
Estas quejas, resalta Figueroa, deben ser presentadas en instancias internacionales que tengan relación con el derecho laboral, como la Organización Internacional del Trabajo (OIT) o la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
«Deben conocer al detalle esta grave situación, ya que vamos a iniciar en pocos días la educación presencial en estas condiciones paupérrimas para la subsistencia de la vida del docente y el deterioro total del sistema educativo», resaltó.
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Regreso podría ser desastroso
Aunque la situación laboral del sector educativo sea precaria y la lucha sindical rechaza las imposiciones del Estado que pretende someter al sector a un regreso forzado a clases, muchos docentes están comprometidos con su misión de educar.
Sin embargo, aún si dejaran de lado sus reclamos laborales, otro vendaval de problemas se asoman al analizar el regreso a clases presenciales. Todo se resume en que las instituciones educativas no están preparadas para este proceso.
Así lo recalca Belkis Bolívar, integrante de la Directiva Nacional de la Federación Venezolana de Maestros, al hacer énfasis en los riesgos inherentes a la pandemia frente al estado de los servicios públicos.
«La infraestructura está por el suelo. A siete de cada diez colegios no les llega el agua por tubería y hay escuelas que permanecen hasta un mes sin agua ¿Cómo garantizan la higiene de los planteles escolares?», cuestionó.
Destacó las ineficiencias del servicio eléctrico, con muchas instituciones con conexiones dañadas e incluso las infraestructuras han colapsado, especialmente en el caso de las escuelas del interior del país.
«Ese inicio del año escolar es una aventura del Ejecutivo que no tiene ningún sentido. Si nuestras estructuras educativas no están aptas para recibir estudiantes, no puede haber calidad», insistió.
Incluso el estado físico de los colegios y las diversas carencias en los planteles es un problema que termina guardando relación con los salarios que percibe el magisterio, pues Bolívar sostiene que años atrás, los educadores solventaban muchos de los problemas con dinero de su propio bolsillo.
«Anteriormente, antes de que llegara este desastre, los educadores, con nuestro salario, podíamos resolver muchas cosas en nuestras escuelas. Mientras los docentes no ganen un salario suficiente para vivir dignamente, eso no va a funcionar», sentenció.
Además, detalla que incluso la modalidad de educación a distancia vigente actualmente no satisface las necesidades educativas de la población estudiantil, en gran medida debido también a la calidad de los servicios de electricidad y conexión a internet, así como la indisponibilidad de dispositivos para conectarse a clases.
Según encuestas en Caracas, en promedio solo 12 estudiantes de un salón de 30 reciben clases y solo entre tres y cinco acaban el año con las competencias necesarias para pasar al siguiente curso.
«No hay voluntad política real para resolver los problemas de la educación. Vamos a seguir en la lucha por la calidad de la educación, pero para eso requerimos que el sistema cambie. Con este sistema político no lo vamos a hacer», razonó.