Deportaciones de venezolanos desde EEUU violan principio internacional de no-devolución

Los defensores de derechos humanos están preocupados por las garantías que se le puedan ofrecer a los venezolanos, tras ser deportados de EEUU. Afirman que las condiciones que generaron la crisis en Venezuela se mantienen. También explican que las deportaciones no son repatriaciones por no ser voluntarias
Defensores de derechos humanos piden a los Estados Unidos respetar el principio del derecho internacional de no-devolución que prohíbe a un país que recibe refugiados devolverlos a una nación en la que corren riesgos de persecución, torturas, o riesgos políticos; esto luego de que EEUU anunciara que acordó con Venezuela reanudar vuelos de deportación.
El secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, afirmó que Venezuela ya es un «país seguro» y que los venezolanos pueden retornar sin problema alguno.
Ante esta situación, la presidenta de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), Carolina Jiménez, fue una de las primeras en manifestarse en X (antes Twitter): «Urge respeto a principio de no-devolución: que ninguna persona en necesidad de protección sea deportada» y añade que la decisión de los EEUU «no implica que la emergencia humanitaria y crisis de derechos humanos ya no existen».
#EEUU anunció que retomará vuelos de deportación a #Venezuela.
Reacciones rápidas:🧵1/2
-Urge respeto a principio de no-devolución: que ninguna persona en necesidad de protección sea deportada.
-Esta decisión no implica que emergencia humanitaria y crisis #DDHH ya “no existen” pic.twitter.com/jvwu9LqVG9— Carolina Jimenez Sandoval (@cjimenezDC) October 5, 2023
A juicio de Jiménez, el hecho que recientemente Estados Unidos haya otorgado estatus de protección temporal (TPS) a 470.000 venezolanos demuestra que se entienden las condiciones de Venezuela; pero enfatiza que «en contexto electoral sube presión para que el gobierno de EEUU controle la migración. Esta decisión es lamentable. Llamamos a respetar los derechos humanos».
Por su parte, Carlos Lusverti, investigador de temas de migración del Centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), considera que a EEUU se le está haciendo insuficiente atender el volumen de migrantes que ingresa a este territorio, incluyendo migrantes de otros países, y resalta que estas «regulaciones (deportaciones) no necesariamente satisfacen los criterios del derecho internacional de los DDHH que garantiza el acceso a la posibilidad de solicitar refugio y no sentirse criminalizado».
Sobre la declaración de Mayorkas, quien afirmó que Venezuela es un «país seguro», Lusverti sostiene que hay que mirarla con cuidado, pues enfatiza que aún existen víctimas de torturas, de detenciones arbitrarias, persecuciones, entre otras circunstancias que «están plenamente documentadas» y confirman que «Venezuela no es un país seguro». Además, dice, todavía hay quienes viven en situaciones de riesgo, de fundado temor, y por ello solicitan asilo.
«Desafortunadamente esta declaración (del secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos) invisibiliza esas situaciones que han sido claramente documentadas por los mecanismos internacionales», asevera Carlos Lusverti, quien además señala que en el último par de años la persecución en el país es más selectiva; lo que se traduce en que sigue existiendo y por eso los venezolanos siguen huyendo.
Lusverti también refiere que la situación económica en Venezuela se ha complicado, especialmente fuera de Caracas, con lo que los niveles de pobreza se han incrementado; ante lo que asegura: «Las condiciones que están generando la migración forzada de la población venezolana siguen estando allí».
El profesor de la UCAB resalta que las cifras de las Naciones Unidas de este año dan cuenta de un incremento de migrantes venezolanos
La directora para las Américas de Human Rights Watch, Juanita Goebertus, condena que EEUU en vez de «presionar para mejorar las condiciones de los derechos (en Venezuela), desperdició su influencia buscando el reinicio de las deportaciones directas».
Goebertus enfatiza que enviar de regreso a los venezolanos a su país «pondrá a muchos en riesgo».
The Biden administration has limited leverage in Venezuela.
And instead of pushing for improved rights conditions, it wasted leverage seeking the restart of direct deportations.
Venezuelans flee a humanitarian emergency & persecution. Sending them back will put many at risk. https://t.co/9K233lrKzC
— Juanita Goebertus (@JuanitaGoe) October 6, 2023
«Delicado» es el adjetivo que utiliza David Smolansky, quien fue Comisionado de la Organización de Estados Americanos (OEA) para la crisis de migrantes y refugiados y está exiliado desde 2017, para rechazar el anuncio de deportaciones anunciado por Estados Unidos.
Smolansky también se pregunta por qué no aplicar un mecanismo similar a la política de «pies secos, pies mojados» que ha protegido por décadas a los cubanos, pero enfocada en los venezolanos; pues enfatiza que sus connacionales «huyen de una dictadura que es hija de La Habana».
«Deportar a una población que huye de su país de manera forzosa viola el principio de no devolución (…) 7,7 millones de personas no huyen de una nación que se arregló ni tampoco atraviesan el Darién por las sanciones», dijo en X.
Deportación no es repatriación
El comunicado, emitido por la Cancillería de Venezuela, expone que luego de conversaciones entre las autoridades de Estados Unidos y el Gobierno de Nicolás Maduro se suscribió un acuerdo para permitir «la repatriación ordenada, segura y legal de ciudadanos venezolanos desde los EEUU a través del programa ‘Vuelta a la Patria'».
No obstante, los defensores de derechos humanos aclaran que la deportación no es repatriación, pues no es voluntaria y piden poner atención a las garantías de seguridad que tendrán estos migrantes al ser llevados de nuevo a Venezuela.
«No hay claridad acerca de las garantías que efectivamente puede ofrecer Venezuela porque sus antecedentes en estos procesos (repatriaciones) han sido bastante lamentables», recuerda Carlos Lusverti.
Lusverti explica que la repatriación es una oferta que se le presenta a una persona y tiene la posibilidad de tomar o dejar. «Para que sea repatriación tiene que ser un acto voluntario». En este caso, no es así.
Un venezolano que llegó hace pocos días a México, y que fue consultado por TalCual sobre qué hará tras el anuncio de deportación de EEUU, dice estar convencido de que la medida de deportaciones «es para la gente que va a hacer lo malo».
Este venezolano, de 38 años de edad, aplicará al CBP One con la esperanza de obtener el permiso para cruzar de manera legal a Estados Unidos y no estar expuesto a la posibilidad de ser devuelto a su país, de donde salió huyendo por no tener oportunidades de trabajo que le permitieran al menos garantizarse condiciones mínimas de vida.
Sostiene, al igual que otros venezolanos, que de ser devuelto a Venezuela insistiría nuevamente en la posibilidad de tomar esta ruta en busca de mejores oportunidades de vida.
Pese al anuncio de deportaciones de EEUU, el flujo migratorio no se ha detenido por la selva del Darién. La subdirectora del Servicio Nacional de Migración de Panamá, María Isabel Saravia, informó el pasado martes 10 de octubre que solo este año han cruzado más de 424.000 migrantes por esta peligrosa ruta; de los cuales, 63,9% son venezolanos.
*Lea también: Aproximadamente 50.000 migrantes venezolanos cruzaron a EEUU en septiembre