Derivaciones del 10 de Enero, por Félix Arellano
Al abordar la actual situación venezolana tres palabras son fundamentales novedoso, dinámico e incertidumbre. Todo ocurre con tal velocidad y a un nivel de complejidad que el análisis puede resultar extemporáneo. En este momento, cuando un importante número de gobiernos democráticos del mundo desconocen la legitimidad del Presidente Maduro, son muchas las dudas que se plantean. En este contexto, resulta evidente que el conflicto ha entrado en una fase de gravedad para los tres actores fundamentales: el gobierno, la oposición democrática y la comunidad internacional que puede generar consecuencias impredecibles.
Dentro del mar de dudas que están planteadas, nos preguntamos ¿si el gobierno de Estados Unidos, que rechaza y desconoce al gobierno bolivariano, mantendrá sus importaciones petroleras?; que, como bien sabemos, paga puntual y oportunamente, lo que ha sido la fuente de financiamiento del anacrónico show antiimperialista.
Todo indica que el pago de las importaciones de los Estados Unidos es prácticamente la única fuente de divisas que recibe el proceso y que además constituye la base para realizar las importaciones de los productos que conforman la caja CLAP, instrumento fundamental para la estabilidad del proceso
Son varios los factores que mantienen al proceso bolivariano en el poder, entre otros, el control de la cúpula militar, el control de instituciones fundamentales como el poder judicial y el poder electoral, las prácticas de amedrentamiento; ahora bien, la caja CLAP representa el principal factor de dominación social. Su importancia se reconfirmó en las recientes fiestas navideñas, cuando varios pueblos del territorio nacional, algunos tradicionalmente bolivarianos, levantaron su voz de protesta por no recibir el tradicional pernil, que como parte del falso discurso que caracteriza al proceso, fue prometido como gran aguinaldo navideño. El proceso tiene claro que la caja CLAP controla la protesta social.
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Los productos de la caja en su gran mayoría son importados, entre otros, de Turquía, México, India, Brasil y las empresas que los suministran quieren el pago inmediato y en divisas internacionales. No confían en el proceso bolivariano.
La renta petrolera, en buena medida, se orienta a la compra de los productos de la caja CLAP, obviamente otra gran tajada se dirige a la colosal corrupción. Pero dado que el gobierno de los Estados Unidos no reconoce al gobierno bolivariano, las divisas para importar los productos pudieran no llegar; y, si no se entrega la caja, la estabilidad del proceso peligra fuertemente
Ya sabemos algunas de las respuesta del proceso bolivariano, veamos: i) se pagaran con petros, una criptomoneda que ni los bolivarianos aceptan, por lo tanto solución descartada. ii) otra opción, pedir crédito, condonación de deuda; todas estas vías resultan cada día menos viables para el proceso, la desconfianza es enorme. iii) la gran solución es que China proveerá, y empezamos a entrar en el terreno de la geopolítica. El proceso bolivariano está jugando al escenario de Corea del Norte, no le importa el aislamiento en occidente, espera que China mantenga el financiamiento permanente.
Ahora bien, este escenario no parece tan seguro. China ha demostrado jugar con prudencia en el caso venezolano y el nivel de la delegación oficial china al acto de juramentación, demostró prudencia y distancia.
En el contexto geopolítico, el proceso bolivariano también juega con la ficha de Rusia, pero no existen posibilidades que Rusia pueda mantener financieramente el desastre bolivariano. Rusia juega al desorden y busca algún beneficio.
Quiere demostrar liderazgo mundial y se presta al show para agredir al imperio. Juega a las visitas, a los acuerdos de papel, a los aviones; por ahora, su gran beneficio es la venta de chatarra militar. Rusia tiene demasiados problemas internos y en su entorno regional y no tiene la fuerza financiera para servir de salvavidas al proceso bolivariano.
Las sanciones financieras de los Estados Unidos, que se pueden incrementar, le impiden recurrir al apoyo de la banca internacional y, la torpe arrogancia ideológica sataniza al Fondo Monetario y al Banco Mundial, pues le exigirían una disciplina que le impide mantener su proyecto de destruir la economía, para empobrecer, controlar y perpetuarse en el poder.
Por lo visto al proceso bolivariano le queda como opción casi exclusiva China. Pero el imperio asiático no quiere jugar al ritmo bolivariano y además se encuentra en importantes negociaciones con Estados Unidos para garantizar comercio e inversiones
Por otra parte, tiene una excelente relación económica con la mayoría de las democracias latinoamericanas y, varias de ellas, están enfrentados serios problemas por la irresponsabilidad bolivariana; por ejemplo, la creciente migración de venezolanos buscando opciones de sobrevivencia.
El proceso bolivariano está afectando a socios latinoamericanos y también afecta a negocios chinos en la región. En este contexto, pareciera conveniente que el Grupo de Lima realice, de bajo perfil, contactos con el gobierno chino para evaluar una transición conveniente en Venezuela, respetuosa del mercado y de la seguridad jurídica; que el gobierno chino facilite y apoye.
La profunda crisis financiera que se vislumbra como uno de los potenciales efectos del 10 de enero, puede ser una de las razones que obligue al proceso bolivariano a una negociación, palabra maligna en Venezuela, tanto para el gobierno, como para la oposición; empero, necesaria y conveniente desde la perspectiva de la comunidad internacional.