Desde 2013 no se diagnostica el VIH en el país
Las pacientes que portan el VIH no tienen acceso al kit para las cesáreas y están teniendo partos vaginales, con el agravante de la contaminación casi segura para el bebé
Autor: Mabel Sarmiento | Crónica.Uno
En Venezuela las cifras que se manejan de los ciudadanos con el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida, VIH, son las que luego de un trabajo de hormiguitas levantan las organizaciones no gubernamentales que velan por el derecho a la salud.
Actualmente, según Codevida, 18,7 millones de personas tienen condiciones de salud de mayor prevalencia, incidencia y mortalidad en Venezuela y no tienen garantías de acceso a diagnósticos ni a tratamientos. De ese total se destacan 77.000 que, con VIH, desde abril de este año no tiene antirretrovirales.
Y más grave aún, sostuvo Luisa Kislinger, desde 2013 no hay diagnóstico para esta enfermedad. Incluso hay nuevos casos que no están en control. Son mamás positivas que tienen bebés portadores y por estar cuidándolos no van a consultas.
“Las personas con VIH se han visto seriamente afectadas por la crisis de salud, habiéndose registrado un retroceso en el acceso a tratamientos, servicios, diagnósticos y atención. Las mujeres no tienen acceso a terapias antirretrovirales, pruebas diagnósticas ni a fórmulas lácteas para prevenir la transmisión vertical de madre a hijo tras el nacimiento y, además, deben enfrentar el estigma y la discriminación en establecimientos de salud”, dijo Kislinger, internacionalista, exdiplomática y activista por los Derechos Humanos durante el “Primer Encuentro Naranja, mirada por los Derechos Humanos de las mujeres en Venezuela”.
La especialista presentó datos parciales de un estudio hecho en ocho estados del país, el cual demostró que la mujer con VIH está exacerbada.
No tiene alimentos con nutrientes, no tiene pasaje para trasladarse a sus consultas y cuando está en el hospital —donde no hay agua para su debida atención— es la última en ser atendida.
“Todavía hay mucha discriminación y segregación con estos pacientes. Entendemos las dificultades del personal de salud, trabajan sin insumos, pero dejarla esperando para que no contaminara el espéculo y la camilla es algo inhumano, y nos dice la magnitud de la crisis”, aseveró Kislinger.
Citó cifras del Plan Maestro, donde se menciona que para 2007 la incidencia del VIH en mujeres era de 20% y para 2015 subió a 38%. “Y la respuesta gubernamental a esta situación ha sido tardía e insuficiente”.
Las pacientes que portan el VIH no tienen acceso al kit para las cesáreas y están teniendo partos vaginales, con el agravante de la contaminación casi segura para el bebé. Luego no hay fórmulas para alimentar al niño y, como no pueden amamantar, se están dando severos casos de desnutrición.
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