Desde el asombro al asco, por Carlos M. Montenegro
Definitivamente la quinta parte del siglo XXI se nos ha esfumado sin darnos “de cuenta”.
El año 2000, para los que nacimos en la segunda mitad del siglo XX nos quedaba muy lejos y, sin embargo, fíjense hasta donde hemos llegado. Ni siquiera un escritor como George Orwell al describir sus distópicas sociedades, se fue tan lejos cuando denunciaba los absolutismos, tal vez con la intención de ayudar a desenmascararlos y eliminarlos, abriendo la puerta a tiempos mejores. Su última y tambien más célebre obra publicada un año antes de morir en 1949, ubicaba su historia en un lejano “1984”.
Leer la claustrofóbica fábula contra el totalitarismo de Orwell, todavía produce impacto. No es extraño, ya que en la primera mitad de siglo XX vivió épocas convulsas, oponiéndose al imperialismo británico, y a los fascismos italianos y alemanes, así como también en “Revolución en la granja”, su anterior novela de 1945, cargó contra el régimen soviético de Stalin, por corruptor del socialismo.
Quien iba a decir que en Venezuela, desde un remoto 2019, nos identificaríamos perfectamente con lo que el autor describe, pues este milenio ya desde el principio nos viene machacando social, política y económicamente por medio de un malhadado régimen.
Cuán familiar nos resulta el relato orwelliano: la doblez de la moral y el pensamiento, con ese amasijo de ideas contradictorias y simultáneas; aquí cargamos con los embates de instituciones émulas de la Policía del Pensamiento que se dedicaba a demoler la disidencia, o del Ministerio del Amor, que más bien se ocupaba del dolor y la desesperación (recuerden nuestro glorioso vice-ministerio de la felicidad), y el Ministerio de la Paz que desataba la guerra; las máquinas dedicadas a escribir discursos y noticias para intoxicar y someter a las masas, con micrófonos y telepantallas por todas partes, cual intempestivas y tediosas cadenas nacionales de radio y tv que recibimos “por el derecho que nos asiste a estar bien informados”, por el régimen, añado yo.
Y qué decir del omnipresente Gran Hermano; nosotros tenemos el nuestro con los ojos que nos miran fijamente por doquier, desde lo alto de los edificios (muy feos, por cierto), hasta los parabrisas de los autobuses de la patria, (si, en pequeñito). Orwell usa el terror en “1984” para la aniquilación del yo y destruir la capacidad para reconocer el mundo real. Pero tambien de una forma sutilmente sesgada, la novela podría servir como un manual para salir de tiempos de ignominia.
Tanta similitud con lo que estamos viviendo no puede ser casual. George Orwell (1903-1950) no inventó nada, solo observó e interpretó todo lo que en sus escasas cinco décadas vivió, que no fue poco, en uno de los siglos mas tempestuosos y atroces, el XX, superado solo por el infausto XIV el de la llegada de la peste negra que acabó con un tercio de la población europea y casi 100 millones de personas en el resto del mundo.
Ni el mismísimo escritor británico en su noche más calenturienta hubiera imaginado que casi tres cuartos de siglo después se pudiera reproducir su ficticio régimen de “1984”, corregido y aumentado a peor. Lo suyo fue un supuesto posible, lo de Venezuela es un hecho real en pleno desarrollo, es la vida misma de una nación controlada por una serie de individuos llenos de resentimiento y desconocimiento para gobernar algo, que al caer en la piscina llena de billetes. En la oquedad de su cabeza pensaron que era un océano, y tras leerse por encima la contratapa del manual del totalitario, y los once principios de la propaganda de Goebbels, se dedicaron a lo que ya todo el mundo sabe, usando una obsoleta y chimba ideología política como biombo de su delincuencial sistema operativo. Y ni eso hacen bien, pues con frecuencia se les ven las costuras.
No se da crédito al poder de destrucción de esta especie. Asombra cómo tan pocos hayan podido destruir tanto y tan bien. Al menos con El Gran Hermano, tenía medicinas y la gente comía. La malquerencia y doblez de esta gente no tiene límites, hablan continuamente de paz y amor cual hippies trasnochados y hasta se santiguan, pero los hechos hablan por sí solos. No les importa cargar sobre su conciencia mientras la gente tiene que cargar sobre las espaldas sin resultados. Lo único que les duele es que les toquen el botín, por eso últimamente están tan nerviosos y van dando palos de ciego.
El relato funcionó, mientras el barril de crudo se cotizaba a niveles nunca alcanzados, y cuando el mercado colocó las cosas en su lugar ayudados por su insólita incompetencia todo lo logrado vía expropiación, corrupción, rapiña o simplemente robando se les derrumbó. Ahora se encuentran sin medios para resolver el desastre, y lo peor, sin saber cómo.
Parece cierto que la erótica del poder existe, sobre todo cuando se cuenta con una cohorte de aduladores y jalabolas, valga la redundancia, que continuamente le echan leña al ego. Pero cuando el exceso de poder llega a intoxicar se va perdiendo la noción de la realidad, así como la preeminencia, pudiendo aparecer una especie de síndrome de abstinencia erótica, o delirium tremens que en este caso podríamos llamar un “delirium semen”. Vean un típico ejemplo.
Durante un evento sobre diseño curricular para la formación socialista organizado por el PSUV en septiembre de 2014, los participantes rezaron una versión modificada del Padre Nuestro Católico*, que fue recitado por la señora María Estrella Uribe, delegada del Comité sobre Comunicaciones y Propaganda del PSUV-Táchira, y decía: «Chávez nuestro que estás en el cielo, en la tierra, en el mar y en nosotros, los y las delegadas, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu legado para llevarlo a los pueblos de aquí y de allá. Danos hoy tu luz para que nos guíe cada día, no nos dejes caer en la tentación del capitalismo, más líbranos de la maldad de la oligarquía, del delito del contrabando porque de nosotros y nosotras es la patria, la paz y la vida. Por los siglos de los siglos amén. Viva Chávez» (sic)
Y algunos tips: al regreso del trascendental y fertil viaje a Rusia del otro día con casi toda la plana mayor, el presidente de facto declaró que para enfrentar la crisis apoyará la implementación de los gallineros escolares. Osea, si hay crisis.
Los diputados oficialistas que hace dos años y medio abandonaron la Asamblea Nacional desconociéndola para fundar otra paralela con el gobierno y asumir cargos oficiales y ministeriales, sorpresivamente acaban de regresar a la AN de nuevo, y tras recibir la bienvenida de la directiva, se sientan, debaten y votan como si nada.
Dicen voces del régimen la ONU, que la diáspora no es tal, que los que se van es porque quieren. Qué extrañas costumbres han adquirido los venezolanos en estos años, resulta que a millones de personas les ha dado por irse con lo puesto y casi sin dinero en busca de trabajo y asilo. En ningún país razonablemente democrático la gente emigra y mucho menos huye.
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Un consejo: si alguien quiere ser presidente en este país debe ir al grano: “Hay que ir en contra de esta gente que tiene al país hecho un desastre, que le miente al pueblo, que no cumple con los planes políticos que promete, que tiene a los barrios abandonados, y hay que acabar con la corrupción de una vez por todas”. Palabras del presidente sobrevenido en su campaña electoral de 1999, que lo hicieron presidente. Eso sí, en ningún momento pronunció las palabras Marx, socialismo, comunismo, comunas, azufre o términos similares.
Y una ultima cosa, mientras escribo 4/9/19 este tweet aparece una noticia urbi et orbe por las redes que reproduzco literal, no sea que…
#1Oct ¡El compromiso es con el pueblo! Gracias al Gobierno Bolivariano liderado por nuestro C/J @NicolasMaduro la Harina de Maíz “Centinela” llegará a las mesas de los hogares de la patria como parte de las acciones de la @GNBoficial para garantizar la soberanía alimentaria #GNB.
Y los rateros robándose todo lo que encuentran, mientras la Guardia pila el maíz. ¿Es, o no es delirium semen? Esto, créanlo cada vez asombra menos y da más asco.
* Matt Roper. Daily Mail (3 de sep. de 2014). “Let us pray… to Hugo Chavez! Venezuela’s Socialist party creates own version of the Lord’s Prayer invoking the deceased leader”