¿Destellos de paz?, por Félix Arellano
Autor: Félix Arellano
Este martes se debería efectuar un histórico encuentro entre las dos Coreas, lo que representa una positiva esperanza para la paz de sus pueblos y la humanidad en su conjunto. Formalmente el tema de la agenda es los Juegos Olímpicos de invierno, que tendrán lugar desde del 9 al 25 de febrero en Corea del Sur y, su Presidente Moon Jae-in, promotor del diálogo y la negociación, retomando la diplomacia deportiva, espera transformar en unos juegos de paz; empero, existen serias dudas sobre las implicaciones de este encuentro. Por otra parte, también reina escepticismo sobre las negociaciones entre el gobierno y la oposición democrática venezolana, tanto por la soberbia e intransigencia del gobierno bolivariano, como por las divisiones al interior de la unidad democrática.
Finalizada la II Guerra Mundial, la península de Corea quedó dividida por el paralelo 38 en dos países que han mantenido una relación muy tensa. Los primeros años fueron tormentosos en el marco de la guerra fría de las dos grandes potencias, pues Corea del Norte quedó sometida al imperialismo comunista ruso y Corea del Sur bajo el paraguas militar de los Estados Unidos. Con la desaparición de la URSS y el final de la guerra fría, no culminó el conflicto, por el contrario, el plan nuclear y los constantes ensayos atómicos de Corea del Norte han agravado la situación.
Durante el pasado año, el incremento de los ensayos nucleares y la marcada irracionalidad del dictador de Corea del Norte Kim Jong-un, presagiaban un escenario potencialmente catastrófico. Si bien la mordacidad del discurso se ha concentrado con los Estados Unidos y, en particular con los agresivos mensajes electrónicos del Presidente Trump, lo cierto es que el incremento de la capacidad nuclear de Pionyang, pudiera no representar una mayor amenaza para el territorio norteamericano, pero si puede tener efectos devastadores para sus vecinos.
Los continuos ensayos nucleares han generado el rechazo de la comunidad internacional, que se ha plasmado en las crecientes sanciones aprobadas por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, sin que se aplique el veto por parte de algún miembro permanente. No obstante, existen dudas sobre la real aplicación de tales sanciones por parte del gobierno chino, el gran aliado y benefactor de Corea del Norte.
Ahora bien, las sanciones pueden estar generando algunos efectos negativos, pues en el discurso de fin de año Kim Jong-un expresó su disposición a dialogar con el país vecino, lo que facilita el proyecto de pacificación que promueve el Presidente de Corea del Sur, quien de inmediato ha insistido en la conveniente participación de Corea del Norte en los juegos olímpicos, aunque se limite a dos deportistas, pues lo importante es abrir una ventana, por pequeña que sea, al diálogo, la agenda puede crecer con temas de cooperación, como el fortalecimiento del programa industrial conjunto de Kaesong, que se ha visto afectado por crecientes divergencias, pero que puede reportar importantes beneficios económicos para ambas partes.
Naturalmente que existe escepticismo frente a las implicaciones negativas de este ejercicio de paz, pues la perversidad que ha caracterizado a Kim Jong-un, hace pensar que solo busca tiempo para fortalecer su programa nuclear, en particular el alcance de sus misiles interbalisticos; además de estimular las diferencias tanto del gobierno de Estados Unidos con Corea del Sur; como al interior del Consejo de Seguridad, a los fines de debilitar el mecanismo de las sanciones colectivas.
La comunidad internacional aspira que el encuentro de las dos Coreas sea exitoso y la agenda de la negociación se pueda incrementar con resultados concretos a favor de la paz. Cabe destacar que existen las mismas aspiraciones frente a las negociaciones entre el gobierno bolivariano y la oposición democrática venezolana; empero, las señales recientes se presentan poco promisorias. Por una parte, el gobierno bolivariano incrementa la irracionalidad de sus políticas en todos los planos, con el claro objetivo de destruir para empobrecer y controlar. Por otra parte, las divisiones en la oposición, que se agudizaron con la selección de las nuevas autoridades de la Asamblea Nacional, tampoco favorecen el proceso.
Todo pareciera indicar que el camino para la negociación se debe encausar por la propuesta presentada por el Secretario General de la OEA Sr. Luis Almagro, ya que las sanciones han sido el único tema que ha motivado al gobierno a permanecer en la mesa. Ahora bien, ante un posible acuerdo, la comunidad internacional debe mantenerse vigilante y, ante incumplimientos utilizar una “cláusula gatillo”, aplicando las medidas que sean necesarias para que se respeten y apliquen los compromisos.
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