Destrucción o transición, por Luis Martínez
Autor: Luis Martínez | @luisjosemart
El gobierno venezolano se ha vuelto un experto en repetir errores cometidos. Eliminar tres ceros al valor de la moneda no agrega nada positivo que ayude a resolver la crisis económica que el país afronta. Por el contrario, complica mucho más el cuadro depauperado de nuestra economía.
Otras de las barrabasadas que mentes distorsivas han ideado para ahondar más la crisis, es la implementación del bitcoin o petromoneda que, en búsqueda de insuflar animo a sus copartidarios y para hacer más creíble esa falsa, llegan al extremo de pronosticar la debacle del dólar que se rendiría a sus pies. Ya ni siquiera tratan de ocultar su incompetencia que llegan al extremo de hacer el ridículo. Si estas decisiones no tuvieran un impacto trágico en la situación del país, lo que produciría seria risa, pero, lamentablemente las consecuencias de tanta improvisación, han sido tan nefastas, que produce indignación.
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Tenemos un gobierno 18 años improvisando políticas económicas que hasta se da el tupe de repetir las que fracasaron. Un gobierno que repite ministros y promociona su incapacidad e ineficiencia. Un gobierno que solo le queda el populismo para mantener a duras penas, una paupérrima clientela electoral que ya no pueden estirar más. La gente no le cree.
El país entra en una etapa de desenlace importante que marca dos caminos en la elección presidencial del próximo 20 de mayo. Uno que marca la repetición masoquista de errores tras errores en las políticas económicas como describimos anteriormente y que ofrece profundizar aún más esos errores, barnizando su presentación a un electorado experto en recibir los impactos negativos que estos producen en su calidad de vida. Otro que marca, sin mesianismo, el restablecimiento de la institucionalidad democrática y los equilibrios económicos necesarios para remontar la crisis. Escoger entre estas opciones no debe ser difícil, sobre todo cuando el poder adquisitivo de los ciudadanos en casi 19 años, se ha pulverizado y solo le queda sobrevivir, sorteando la tempestad de una crisis inducida por el propio gobierno.
La oportunidad de producir con el voto un proceso de transición hacia una democracia plena con desarrollo económico, productiva y total libertad de sus ciudadanos, abocados a la innovación y emprendimiento, no se puede soslayar quedándose en casa el 20 de mayo, pues eso significa, perder todo. Activando en la calle y votando en contra del gobierno, dando apoyo a la candidatura de Henri Falcón, tenemos la oportunidad de torcer este vicioso camino de destrucción que lleva la República. Se trata entonces de escoger entre Destrucción o transición.
Docente universitario