• Noticias
  • A Fondo
  • Lo Nuestro
  • Opinión
  • Migrantes
  • Regiones
  • EEUU
  • Alianzas
    • Alianza Rebelde Investiga
    • #LaHoradeVenezuela
  • Videos
    • Multimedia
    • La República que Tortura
      • Documental en Youtube
  • Nosotros
    • Principios editoriales
    • Manual de estilo
    • Nuestra historia
    • Editoriales
    • Teodoro
  • Noticias
  • A Fondo
  • Lo Nuestro
  • Opinión
  • Migrantes
  • Regiones
  • EEUU
  • Alianzas
    • Alianza Rebelde Investiga
    • #LaHoradeVenezuela
  • Videos
    • Multimedia
    • La República que Tortura
      • Documental en Youtube
  • Nosotros
    • Principios editoriales
    • Manual de estilo
    • Nuestra historia
    • Editoriales
    • Teodoro

Detener el tiempo, por Carolina Gómez-Ávila



0
Comparte
  • Compartir en Facebook
  • Tuitealo

Detener el tiempo
FacebookTwitterWhatsAppTelegramEmail
Carolina Gómez Ávila | @cgomezavila | abril 4, 2020

@cgomezavila


Este coronavirus, el que trastornó nuestras vidas, es nuevo; pero la antipolítica que nos la ha trastornado por décadas, no. Esa tiene experiencia y sabe aprovecharse de las oportunidades; la mejor es aquella que haga que usted decida a partir de emociones primarias, preferiblemente el miedo o la ira.

En los medios se aprende mucho de esto; en cierta forma es un arte inducir emociones sin que el receptor se dé cuenta. Se pone mucho en práctica en la publicidad y más aún en la propaganda. Se hace contando historias de manera tal que usted se sumerja en esta o aquella emoción sin previo aviso y sin oponer resistencia.

El método que lo logró en menor tiempo y con mayor ahorro de recursos fue el amarillismo, que nadie debería creer que está en la prehistoria de la desinformación porque convive con ella, inadvertido.

Terminaba el siglo XIX cuando Richard Outcoult creó un personaje que protagonizó la tira cómica “The Yellow Kid”, que se publicaba en The New York World (propiedad de Pulitzer) y en The New York Journal (de Hearst).

Se trataba de un niño marginado en cuyo camisón (amarillo, como habrá inferido) garabateaba mensajes de crítica social y duras reflexiones propias de un adulto formado en la adversidad.

Hay que añadir que el entorno periodístico era de descarnada competencia, no sólo en las ventas sino en la falta de escrúpulos. En ese terreno parece que Hearst aventajaba un poco a Pulitzer. El asunto es que ambos se decantaron por el sensacionalismo, que es la tendencia a producir exaltaciones de ánimo a través de las noticias.

*Lea también: Respondiendo, por Américo Martín

Y si lo que se reseñaba no cumplía el objetivo por sí mismo, siempre quedaba destacar lo más llamativo aunque fuera secundario, porque el fin era provocar asombro o escándalo. Para completar el cuadro, la tinta amarilla era un invento reciente en una industria que aún no conocía de fijadores ni secantes, así que manchaba todas las páginas de los tabloides y de ahí tomó nombre el estilo con todo lo que lo dicho implica.

El amarillismo no se quedó en el papel, supo adaptarse a todos los medios y es el germen de nuestros desasosiegos porque pronto se descubrió el poder político que supone influir en los niveles de ira y miedo de los demás (o sea, manipularlo) y se convirtió en prioridad de quienes aspiran al poder.

Le cuento todo esto sólo para recordarle que aunque ya tenemos duelos que lamentar y aunque aún no estemos en el escenario de horror que otras naciones han visto, la antipolítica ya está abocada a capitalizar la ira y el miedo que usted pueda sentir por la pandemia. Lo hace con amarillismo.

Caminamos descalzos en un gran bar en el que ninguna botella sobrevivió a la trifulca. A diario nos dicen quién tiene la culpa y a diario nos ofrecen interpretaciones para que usted rechace más a estos que a aquellos. No se engañe, ninguno pretende su simpatía pero todos intentan que el de enfrente le resulte más detestable o que le inspire más miedo.

Eso se logra llorando por la catástrofe humanitaria. Su arma es “la tragedia del pueblo” (aunque en algunos casos les conviene decir que es “de la ciudadanía”) porque nadie escapa a ella y por ella tomamos decisiones políticas.

Tenga presente que mientras más profundo es el lamento, mientras más empáticos y solidarios le parezcan, mayor es el riesgo de que le contagien de este virus antipolítico según el cual es posible “posponer” la lucha por el poder, que es algo así como decirle que es posible detener el paso del tiempo.

La verdad es que si una de las partes en pugna accediera a posponer sus aspiraciones (ninguna lo hará por esto mismo), la otra la canibalizaría de un zarpazo.

El panorama es horrible, en efecto. Pero nada se detiene porque aunque muchos de nosotros podríamos desaparecer, la raza humana sobrevivirá en número suficiente para que queden intactos los instintos de dominar y de resistirse a ser dominados.

Esa lucha por el poder, como siempre, se resolverá a través de la guerra si escogen la violencia, o de la política si escogen la paz. Como ve, no hay manera de detener el tiempo.

Post Views: 1.747
FacebookTwitterWhatsAppTelegramEmail
0
Comparte
  • Compartir en Facebook
  • Tuitealo

Carolina Goómez-ÁvilaDetener el tiempoOpinión


  • Noticias relacionadas

    • Trump sin retorno, por Gregorio Salazar
      noviembre 30, 2025
    • “El sueño” de Frida Kahlo, por Valentina Rodríguez
      noviembre 30, 2025
    • Andrés Bello: entendió que sin educación no hay república, por Stalin González
      noviembre 30, 2025
    • Pequeña crónica diaria de un médico católico, por Gustavo J. Villasmil Prieto
      noviembre 29, 2025
    • Honduras: ¿democracia en la cuerda floja?, por Cecilia Graciela Rodríguez Balmaceda
      noviembre 29, 2025

  • Noticias recientes

    • AN investigará caso de "narcolanchas" y pedirá protección para familiares de fallecidos
    • Aerolíneas Copa Airlines y Wingo mantienen vuelos a Venezuela con "precaución"
    • Miraflores denuncia que EEUU quiere apoderarse del petróleo y pide ayuda a la OPEP
    • Sin dar detalles, Maduro ordena plan especial de retorno de viajeros por amenazas de EEUU
    • Cancelan vuelo de turistas rusos a Venezuela y retornarán a los que están en Margarita 

También te puede interesar

La cincuentenaria coral Johnny Gómez de Duaca, por Alexander Cambero
noviembre 29, 2025
Descanso en el parque, por Marcial Fonseca
noviembre 29, 2025
Chile: El colapso del centro y la ilusión del giro a la derecha, por David Altman
noviembre 28, 2025
¿De qué pueden hablar Nicolás Maduro y Donald Trump?, por Víctor Álvarez R.
noviembre 28, 2025
  • Portal venezolano fundado por Teodoro Petkoff, comprometido con la verdad, ejerciendo la libertad de expresión. 25 años ofreciendo actualidad informativa, reportajes, investigaciones, análisis y opinión. Un producto de Editorial La Mosca Analfabeta.

  • Contacto: [email protected]

    Síguenos
  • Noticias

    • AN investigará caso de "narcolanchas" y pedirá protección...
      noviembre 30, 2025
    • Aerolíneas Copa Airlines y Wingo mantienen vuelos...
      noviembre 30, 2025
    • Miraflores denuncia que EEUU quiere apoderarse del petróleo...
      noviembre 30, 2025

  • A Fondo

    • Niñez migrante en medio de conflicto en Colombia:...
      noviembre 30, 2025
    • Comedores populares resisten frente al hambre persistente...
      noviembre 25, 2025
    • Comando para la Defensa Integral: otra estructura para...
      noviembre 24, 2025

  • Opinión

    • Trump sin retorno, por Gregorio Salazar
      noviembre 30, 2025
    • “El sueño” de Frida Kahlo, por Valentina Rodríguez
      noviembre 30, 2025
    • Andrés Bello: entendió que sin educación no hay república,...
      noviembre 30, 2025


Diseñado y Desarrollado por Binaural
  • Noticias
  • A Fondo
  • Lo Nuestro
  • Opinión
  • Migrantes
  • Regiones
  • EEUU
  • Alianzas
    • Alianza Rebelde Investiga
    • #LaHoradeVenezuela
  • Videos
    • Multimedia
    • La República que Tortura
      • Documental en Youtube
  • Nosotros
    • Principios editoriales
    • Manual de estilo
    • Nuestra historia
    • Editoriales
    • Teodoro
Presione enter para comenzar su búsqueda