Deuda externa de Venezuela sigue creciendo y llega a los $155.900 millones
En su informe semanal, Torino Economics señala que para finales de año, los pagos de deuda retrasados abarcarán 67,2% del Producto Interno Bruto (PIB).
La deuda externa del sector público venezolano aumentó 653 millones de dólares entre 2017 y 2018 y alcanzó los 138.600 millones de dólares, mientras que la deuda externa consolidada (incluyendo las posiciones locales) creció $1,9 millardos (1,2%) para sumar un gran total de $155.900 millones en lo que va de año, de acuerdo con las estimaciones más recientes de Torino Economics.
Los cálculos, señala la firma en su informe semanal, se basan en la metodología del Fondo Monetario Internacional (FMI), que define deuda externa como aquella mantenida por tenedores no residentes, independientemente de la moneda en la que haya sido emitido.
Bajo este criterio, la firma sostiene que la deuda externa total ha crecido $806 millones en 2018 a $157.700 millones, un aumento que representa 0,8% del Producto Interno Bruto (PIB). La deuda externa total, incluyendo las tenencias de los no residentes, subió $2.100 millones (1,2%) a $175.100 millones, lo que representa un aumento de 2% del PIB.
«Esto ocurre en un contexto en el que el país ha perdido casi todo el acceso a los mercados financieros internacionales y ha priorizado el pago de los compromisos colateralizados (como el bono Pdvsa cupón 8,5% con vencimiento en 2020), así como de algunas deudas bilaterales y créditos comerciales, por ejemplo, con China y Rosneft»
Torino Economics estima que la deuda por concepto de bonos y notas promisorias alcanza los $53.100 millones. Unos $24.600 millones adicionales están en manos del gobierno y agentes locales privados. La mayor parte de la deuda en bonos y notas promisorias ha sido emitida por Pdvsa ($28.400 millones); la República, entre tanto, ha emitido $24.300 millones.
De las obligaciones de la petrolera estatal, unos $3.100 millones son notas promisorias emitidas bajo al Ley de Nueva York para pagar a los contratistas y $25.400 millones están en la forma de bonos en manos de entidades no residentes.
Ambos compromisos están en default desde 2017, con excepción del bono Pdvsa con cupón 8,5% y vencimiento en 2020, que tiene las acciones de Citgo como colateral.
El riesgo en 2018
En total, Torino Economics calcula que, para finales de 2018, el monto de los bonos y notas promisorias, incluyendo la deuda en manos de residentes e intereses vencidos, alcanzará los $70.500 millones, lo cual representa 67,2% del PIB.
“El aumento de la deuda entre 2017 y 2018 tiene que ver con el hecho de que el país ha dejado de pagar $5.900 millones en intereses de estos préstamos. Ahora contamos estos intereses vencidos como parte del stock de deuda del país”, indica la firma
En cuanto a los préstamos multilaterales, Torino Economics calcula que los créditos bilaterales alcanzan los $18.100 millones, de los cuales $13.500 milloness corresponden a compromisos con China.
Pdvsa se ha convertido en el deudor más grande acumulando $14.300 millones. Además, Venezuela debe $38.900 millones en otros compromisos distintos de los préstamos, bonos y notas promisorias. La firma calcula que $12.300 millones corresponden al pago de compensaciones por laudos arbitrales del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones (Ciadi). El resto está compuesto de créditos, cuentas por pagar y otros compromisos.
“Para finales de 2018, esperamos que la República haya honrado sus obligaciones con aquellas compañías que representan un riesgo de corto plazo, como ConocoPhillips, Rusoro y Gold Reserve”, señala el informe
El economista jefe de Torino Economics, Francisco Rodríguez, señala que el gobierno está haciendo un esfuerzo por pagar aquellos compromisos cuyo impago implicaría la pérdida de activos o dificultades en las operaciones de la compañía petrolera estatal; entre ellos, la deuda contraída con China, Rosneft y los acuerdos por laudos arbitrales, como el de ConocoPhillips. Para hacerlo, explica, está dispuesto a mantener niveles de importaciones relativamente bajos.
No obstante, añade, la acumulación de intereses por pagar produce un aumento en el saldo total de la deuda. Esta es una de las razones por las que Rodríguez señala que el gobierno debería intentar una reestructuración ordenada de sus compromisos.