¿Dialogo de autócratas? ¿Negociación con antipoliticos?, por Mireya Rodríguez
Algunas personas, analistas e instituciones académicas se sorprenden de las tendencias personalistas, incluso autoritarias, de muchos liderazgos actuales.
Pero ¿cuál es la sorpresa? si las tendencias mundiales y regionales confirman el aplastante predominio de regímenes autoritarios o híbridos. ¿Qué esperan? ¿Diálogo de autócratas? ¿Negociación con anti-politicos? No cuadra el análisis.
Y conste que este no es un fenómeno nuevo ni quiere aludir a un líder en particular. Es más que una tendencia. Es un hecho irrefutable, comprobado sucesivamente por todos los informes especializados en mostrar la calidad del Estado de Derecho y de la Democracia en el mundo.
Esta realidad se ve reforzada por la «nueva» cultura comunicacional, donde todos sienten que pueden opinar de lo que sea, en el tono que sea, y se transforman en odiadores despiadados si sus opiniones no son compartidas.
Por ello, a mi pesar, creo que –a corto plazo– no queda otra cosa que asumir lo que está pasando y luchar por cambiarlo. No es realista exigir actitudes democráticas a líderes autócratas, aunque hayan sido electos mediante el voto. La democracia no es sinónimo de voto, es apenas uno de sus elementos constitutivos. De hecho, muchas dictaduras organizan elecciones para perpetuarse.
Para quienes deseamos y trabajamos por un cambio, y –sobre todo– por un nuevo liderazgo el reto es múltiple y de largo alcance.
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Tan largo que me pregunto si vale la pena seguir luchando por una democracia en peligro de extinción (que implica lograr un gobierno que dé resultados sin coartar la libertades, recuperar la confianza de la ciudadanía y formarla para que deje de elegir líderes antipolíticos) o trabajar en la materialización de un nuevo sistema politico –todavía sin nombre– en un contexto donde las mutaciones tecnológicas están reconfigurando nuestras sociedades (con la inteligencia artificial aplicadas en las decisiones públicas, votaciones vía blockchain, monedas digitales, internet de las cosas, curación de enfermedades y creación de nuevas especies por manipulación genética, potenciación de capacidades humanas por implantación de chips …y ésto por mencionar sólo algunos de sus rasgos característicos).
Con esta agenda tan disruptiva en ciernes, enerva ver a «nuestros líderes» enfrascados en temas del siglo pasado, luchando por mantener sus mini privilegios, sustentados en una sociedad que ya fué y donde el futuro ya llegó.
Y tú, ¿cómo te sientes con esta disyuntiva civilizatoria? ¿Cres que hay que seguir luchando por seguir siendo humanos o más vale entregamos al transhumanismo?
¿Píldora roja o píldora azul?
Mireya Rodríguez es profesora universitaria y expresidenta del Foro Mundial de Mediación. También es facilitadora de diálogo y especialista en negociación y otros medios alternos de resolución de conflictos.
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