Editorial | Diálogo en Miraflores, más allá de las suspicacias
Tras la visita de los representantes del presidente de Estados Unidos a Miraflores, Nicolás Maduro anunció que iba a «resetear» el diálogo con la oposición, una manera de complicarlo lo suficiente para no lograr el acuerdo necesario que permita al país salir del foso en el que se encuentra gracias a la revolución chavista.
En TalCual siempre hemos sido partidarios del diálogo, de la negociación, de resolver la disputa de manera pacífica, de hacer política, por lo que nos parece muy bien que este martes una parte de quienes conforman el Foro Cívico primero, e integrantes de la Alianza Democrática después, se hayan sentado a conversar con Nicolás Maduro y su combo en el propio palacio de Miraflores.
Es un paso en la dirección correcta. No es la primera vez que se da. La historia nos dice que las posibilidades de fracaso son grandes, como lo han demostrado las experiencias previas, pero siempre hay que insistir, pues es la mejor manera, la única, de poder lograr los consensos necesarios para salir de la grave crisis que vive el país en todos los órdenes.
Claro que la cita pudo haberse concertado de mejor manera. Ese apuro con el que se hizo solo provocó algunos encontronazos dentro del Foro Cívico, pues todos sus integrantes no pudieron participar en el encuentro. La suspicacia aflora rápidamente cuando se ven estos procederes y se crea la duda sobre las reales intenciones de los convocantes.
Esperamos que dentro del Foro Cívico sepan resolver las diferencias suscitadas, que cada uno de sus integrantes mantenga su autonomía y que persistan en lo que han venido haciendo desde su creación: participando en todas las instancias posibles para lograr consensos en pro de los acuerdos imprescindibles.
Esperamos, también, que hagan caso omiso de los adversarios de cualquier encuentro con Maduro, con quienes creen que mantener y profundizar la polarización es lo que puede resolver el conflicto venezolano. Este grupo de venezolanos se la han jugado, buscando el bienestar general, cuando otros guabinearon, se hicieron los locos o estuvieron ausentes.
Hay que entender que asistir a Miraflores, reunirse con Maduro y/o sus representantes no significa claudicar de las posiciones que se tengan. Toda negociación, en cualquier ámbito de la vida, implica ceder para ganar algo, es imposible ganarlo todo. En la conversación con Maduro se tocaron puntos nodales de la crisis nacional, fue un primer acercamiento, siendo lo mejor del encuentro, que no es mucho pero es muy importante, que las conversaciones se mantendrán.
Al parecer, Maduro se mostró dispuesto a conciliar, no porque se haya vuelto bondadoso, sino que los resultados electorales de noviembre y, sobre todo el de enero en Barinas, le hicieron ver que tiene que mejorar la situación del país para tener alguna oportunidad de ganar en 2024. De persistir la actual situación ni las trampas habituales pudieran darle el triunfo. En todo caso, decimos ver para creer, desde el escepticismo que compartimos con la mayoría de los venezolanos. Esperemos que este intento llegue a buen puerto, desde TalCual contribuiremos, en la medida de nuestras posibilidades, que ello ocurra.