Diálogo en Noruega está en el limbo pero oposición y Gobierno necesitan la negociación
La segunda ronda de conversaciones realizadas en Oslo entre los representantes de Nicolás Maduro y de Juan Guaidó culminaron este miércoles 29 de mayo sin avances. Los analistas Daniel Varnagy y Ricardo Sucre Heredia consideran que ambos sectores requieren de la negociación para llegar a acuerdos, aunque las expectativas son bajas
Este miércoles 29 de mayo, los representantes del presidente de la Asamblea Nacional (AN), Juan Guaidó, en las jornadas que se realizaron en la ciudad de Oslo, Noruega, aseguraron que las conversaciones terminaron sin avances debido a que los enviados del gobierno de Nicolás Maduro no aceptaron las propuestas de convocar a un proceso electoral con el mandatario fuera del poder, lo que parece avizorar que el esfuerzo de mediación por parte del país escandinavo quedará como anteriores iniciativas, que no sirvieron sino para afianzar al Ejecutivo en el poder.
En efecto, cuando el viernes 24 de mayo el gobierno de Noruega confirmó que se estaban realizando conversaciones con representantes del gobierno y de la oposición venezolanos, la noticia fue recibida con tibieza a la luz de las gestiones infructuosas desarrolladas en octubre de 2016 en Caracas, con los auspicios de El Vaticano, y luego en diciembre de 2017 y enero de 2018 en República Dominicana, ocasión esta última para la que se conformó un grupo de amigos de Venezuela que actuaron como mediadores.
No obstante, los analistas políticos Daniel Varnagy y Ricardo Sucre Heredia coinciden en que ambos sectores están en la necesidad de negociar a la vista de la precaria situación política y social del país, y porque los dos sectores en pugna han visto mermadas sus fortalezas.
Expectativas mínimas
Daniel Varnagy, doctor en ciencias políticas y profesor titular de la Universidad Simón Bolívar, tiene pocas esperanzas en que el proceso de Noruega conduzca a una auténtica salida a la crisis y lo argumenta haciendo referencia al juego “suma cero”. Parte de la teoría de juegos que establece que en las negociaciones, lo que uno gana el otro lo tiene que perder, ya que a su juicio en Venezuela no estamos en un sistema democrático y se está hablando de transiciones de poder.
“El sistema que quiere encabezar Guaidó es un ejercicio de poder a través de la restitución o reconstrucción o regreso a un sistema democrático, uno que habla de separación de los tres poderes clásicos, legislativo, ejecutivo y judicial, y obviamente el sistema socialista hegemónico que conduce Nicolás Maduro es contrario a la separación de poderes, por lo que le queda es echar mano formal del único poder medianamente independiente de los demás que constituyen un hegemón. Por ello, y habida cuenta que es una negociación donde se busca un cese de la usurpación, un gobierno de transición y unas elecciones libres, en ese orden, mis expectativas de que ese sea el orden que resulte de esas negociaciones es nulo”, indica Varnagy.
Considera que tienen razón quienes creen que el gobierno de Nicolás Maduro acude a estas instancias de diálogo para buscar ganar tiempo
“Necesita tiempo para dos cosas; minimizar la cantidad de pruebas en contra de actuaciones que el concierto de naciones considera no legales o de dudosa legalidad y para mover capitales desde las entidades financieras occidentales, que actúan según los parámetros de transparencia hacia las de otras partes del mundo, como Rusia, China, Irán, Turquía o Siria que son opacos”, asegura el experto.
Detalla que mover dinero desde sistemas prototransparentes a los opacos lleva tiempo porque requieren de tiempo, de ingeniería financiera y de computación.
El docente concuerda con quienes piensan que el gobierno se prepara para dejar eventualmente el poder, pero acota que ese proceso puede tardar muchos años. “Soy de origen húngaro y viví el comunismo en Hungría, donde ya en los años 70 (del siglo XX) se sabía que el comunismo iba a caer y eso tardó más de 10 años en convertirse en realidad y lo fue a partir de un conjunto de hechos que parecieron inconexos entre ellos aunque detrás había toda una fuerza actuando. La salida, cuando se habla de cambios de sistema, sus tiempos no son en términos personales, sino generacionales”.
Añade que estamos frente a un gobierno que entiende que está acorralado, que nada es eterno, pero que esto no quiere decir que tiene la maleta preparada.
Lo que tiene la gente en la mente es la vaca sagrada (el avión donde huyó) y (el dictador Marcos) Pérez Jiménez con la maleta de dólares. Es un sistema, miles de cómplices, redes muy intrincadas, relaciones financieras globales”
Sostiene que da igual si la oposición continúa en el proceso de Noruega o no, porque cree que el destino de Venezuela no se decidirá allí sino en las negociaciones que hacen EEUU y Rusia. “La posibilidad de que la asistencia a Noruega cambie de manera dramática la situación es muy baja porque tiene muchas más herramientas para manejar el señor Maduro, que está en el poder y Juan Guaidó, por su parte, ha perdido apoyo popular, la gente comienza a dudar de su capacidad real de solucionar el conflicto y no tengo mayores expectativas”.
Estancamiento
El politólogo, psicólogo social y comunicador social Ricardo Sucre Heredia no está de acuerdo en que la ronda de conversaciones sea producto de una estrategia del gobierno, y asegura que ambos factores acordaron sentarse a realizar una exploración debido a que el conflicto, simplemente, está estancado.
“La situación es la misma de 2016 pero nadie quiso verla. Ni la oposición puede tumbar al gobierno ni éste está en capacidad de inutilizar a la oposición. Es un juego donde los dos se anulan, en el medio está el país y las consecuencias se están viviendo”, expresa el también profesor de la Universidad Central de Venezuela.
Explica que en teoría de negociaciones esto se conoce como “estancamiento mutuamente dañino”, y asegura que ambas partes en conflicto tienen motivos para sentarse a explorar, por lo que el acercamiento es más que una estrategia.
“La oposición también necesita ganar tiempo porque no ha podido sacar a Maduro, necesita recuperar fuerza y una exploración le da tiempo. El gobierno no puede avanzar, no puede tener una gestión por su incapacidad y corrupción y además por las sanciones (internacionales) y la oposición tampoco puede lograr la fractura que está buscando en 2014. En esta situación donde ninguno avanza, es el país el que paga las consecuencias. Creo que los dos llegaron a la conclusión de que puede ser mucho más útil sentarse a explorar. Si es así habla bien de los dos porque se ve el sentido de responsabilidad política”, asevera el analista.
Sucre Heredia estima que el hecho de que el gobierno, mientras se producen las conversaciones, aboga por el adelanto de las elecciones de diputados a la Asamblea Nacional (que corresponde hacer en 2020) se debe a que, ante una negociación, las partes hacen sus propuestas más altas.
Se trata de mostrar que el gobierno tiene fuerza, capacidad. Es evidente que se está preparando para alguna elección, como ya hizo en 2017 y 2018. No sé si vaya a jugar la carta de las elecciones sin un acuerdo ya que es evidente que va a tener el rechazo de la comunidad internacional o de muchos países y de la propia oposición”
El docente coincide con Varnagy en que tampoco habrá una solución rápida al conflicto venezolano. “Ningún proceso de negociación con las características venezolanas dura lo que quieres que dure; un mes, una semana, eso no lo veo. El proceso de Sudáfrica duró casi doce años, el de Colombia también; si esto (las conversaciones de Noruega) termina como en República Dominicana con ese ambiente la posibilidad de retomar ese proceso sería muy difícil”, advierte.
Asegura que, si el esfuerzo fracasa definitivamente, los grupos descontentos plantearían su opción de fuerza y el gobierno tendría que gobernar en situaciones de precariedad, aunque igualmente podría mantenerse. “Irak resistió 20 años con sanciones. Una negociación tiene encuentros o desencuentros, ninguna es perfecta; en Sudáfrica hubo rupturas, pero lo importante es si los dos tienen voluntad de buscar soluciones aunque sepan que tienen posturas diferentes”.
Sucre Heredia cree que el gobierno quisiera encontrar una solución para tener una mayor capacidad de acción, pero también que si se le quiere imponer un resultado va a resistir con lo que tiene y se está preparando para ello. “Pero sí quisiera (Maduro) una solución negociada, vamos a ver qué está dispuesto a ceder”, señaló.