Días de radio, por Alberto Lovera
En estos días de apagón eléctrico se ha hecho más evidente, pero ya se venía instalando entre nosotros por la crisis humanitaria. No sólo eran las redes sociales buscando medicinas y ayuda, también la radio. “Servicio público” se anuncia a cada momento en cualquier programa de radio, pidiendo ayuda quien sepa dónde encontrar unos medicamentos o pueda ayudar para un tratamiento.
Si alguien todavía dudaba de la gravedad de la crisis humanitaria que estamos sufriendo, basta observar la intensidad de estas solicitudes por las redes y la radio. Ya no se puede esconder.
Pero el apagón eléctrico ha obligado a recurrir a la radio, sea de baterías o en los celulares, mientras tenían carga, para enterarse y comunicarse por las limitaciones de acceso a las redes sociales, afectadas por el corte de energía
Se descubre entonces hasta donde ha llegado la hegemonía comunicacional del régimen. Buena parte de las emisoras disponibles nos hablan del relato fantasioso de un “ataque cibernético” a las instalaciones de Guri, mientras no se informa a la población sobre la situación y lo que se está haciendo para repararlo. Un desprecio absoluto por los ciudadanos, lo que les interesa es seguir difundiendo que, oh sorpresa, la culpa del apagón no es del gobierno de los usurpadores.
Las pocas estaciones de radio que informan sobre lo que está sucediendo, venciendo la censura y la autocensura, tienen que apelar a los reportes ciudadanos ante el silencio de los organismos que deberían mantener al tanto a la población.
Desde hace años los conocedores del asunto habían advertido del peligro de un evento de falla eléctrica como el que se ha producido por la mezcla de falta de mantenimiento, ausencia de acciones correctivas y corrupción
Un accidente en una instalación de servicio público puede producirse, pero cuando se ha desmantelado la capacidad técnica, lo que se puede atender en unas horas se convierte en un evento catastrófico que afecta a toda la población. Como es su costumbre, el régimen busca evadir su responsabilidad buscando a quién culpabilizar, pero no puede escapar que lo que sucede es culpa de su desastrosa gestión.
A mediados del siglo XX la radio junto al telégrafo eran medios de información más utilizados, la telefonía sólo se fue generalizando en el último tercio del pasado siglo. El teléfono celular sólo llegó en 1988. Su extensión se produjo aceleradamente. Si el telégrafo fue vencido por el correo electrónico, la radio siguió siendo un medio importante. En un remoto lugar rural se podía estar al tanto de los acontecimientos si se tenía un radio y podía utilizarse como medio de comunicación.
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Las generaciones más jóvenes pueden no haberse enterado, pero por Radio Continente y Radio Rumbos la población se mandaba mensajes: fulano de tal le informa a su familia que ha fallecido su abuelo, le transmite a un familiar una información importante.La radio no sólo como canal de comunicación de masas sino como medio de información entre ciudadanos, algo que creíamos superado por las modernas redes, que siguen mostrando su vitalidad, pero nos hemos visto obligados a utilizar la radio para comunicarnos con otros ciudadanos porque se ha producido esta involución que llaman revolución.
Tiempos de radio. Creíamos que sólo seguía vigente como medio de comunicación, pero este régimen regresivo la ha convertido nuevamente en un canal de información entre ciudadanos, como en el pasado siglo. Los que anunciaron una revolución nos trajeron a una regresión
Queremos una radio como medio de comunicación, pero ya contamos con otros medios para conectarnos entre nosotros y no hay que aceptar que nos los arrebaten.
Nos resistimos a que nos condenen a los tiempos de radio del pasado, cuando podemos tener la del siglo XXI. Estos gobernantes se tienen que ir porque Venezuela se merece un futuro sin anclarse a unas ideas que conducen a una calle ciega. El apagón eléctrico es la muestra de una camarilla que ya demostró que no tiene cómo conducir a nuestro país a un futuro mejor, puro deterioro continuado.
Tiempos de radio del pasado es lo que nos pueden dar esta camarilla que se aferra al poder, mientras lo que queremos son tiempos de cambio que ellos ya no nos pueden ofrecer porque están empeñados en extender un poder que ya perdió todo favor popular.
Mensaje enviado por radio y por otros medios: Se les acabó el tiempo, váyanse y dejen que el pueblo venezolano pueda construir su futuro en paz