Diez razones para votar el 25-M, por Víctor Álvarez R.

En las elecciones regionales y parlamentarias del 25 de mayo se elegirán 569 cargos: 24 gobernadores, 260 legisladores regionales y 285 diputados a la Asamblea Nacional. De estos últimos, 133 son diputados nominales que representan a 88 circuitos electorales; 149 diputados se eligen por las listas de partidos políticos, 99 corresponden a las listas por estado y 50 por lista nacional; adicionalmente se eligen 3 diputados indígenas.
Para estos comicios se estima un bajo nivel de participación. La apatía y abstención electoral han sido agravadas por el cuestionado resultado de las Presidenciales del 28 de julio que –al ser contrario a las encuestas, consultas a boca de urna y actas en manos de la oposición–, revivió las consignas abstencionistas que plantean que «en Venezuela se vota, pero no se elige», «dictadura no cae con votos», «participar en las próximas elecciones es convalidar la farsa electoral del régimen» y «no voy a votar porque no quiero que me vuelvan a robar mi voto».
El concepto de desesperanza aprendida se refiere a un estado psicológico en el que una persona que reiteradamente es expuesta a estímulos desagradables que no puede controlar, finalmente aprende a comportarse pasivamente, al creer que es inútil su acción para cambiar un resultado no deseado que considera predeterminado. Esto genera frustración, impotencia, falta de motivación, apatía e inacción.
Así, la desesperanza aprendida se revela como una estrategia de dominación del régimen para provocar la abstención que lo ponga a ganar.
Para las parlamentarias y regionales del 25 de mayo, un sector de la oposición llamó a la abstención y el otro se presentó divido. Quienes llaman a la abstención argumentan que no pueden participar con sus partidos intervenidos y sus candidatos inhabilitados, presos o en el exilio; pero cuando los rehabilitan y logran una tarjeta para postularse, entonces los llaman alacranes y traidores.
La desconfianza en la institución del voto atrapa al país descontento en un callejón sin salida del que solo es posible salir retrocediendo: mientras más ciudadanos se abstienen de participar, más se consolida el control autoritario del régimen. Este fenómeno político-electoral erosiona gradualmente los fundamentos democráticos y perpetúa el dominio de una ruidosa minoría sobre la mayoría auto silenciada que decide no expresarse.
Abstenerse es más que no votar y puede generar consecuencias irreversibles para la restauración de la democracia. Hay por lo menos diez razones para participar en las elecciones del 25-M:
- Para promover la emergencia de un nuevo liderazgo regional del cual surgirá una nueva dirigencia política mejor conectada con el clamor nacional.
- Para independizar las decisiones de participación política en las regiones, de una dirigencia centralista que solo le interesa la presidencia de la República.
- Para organizar una maquinaria electoral que contribuya a movilizar al país descontento en los próximos comicios municipales en los que se elegirán 335 alcaldes y 2.471 concejales.
- Para construir una nueva correlación de fuerzas políticas de abajo hacia arriba, desde los estados y municipios.
- Para capitalizar electoralmente el enorme descontento nacional y recuperar espacios de resistencia y lucha institucional.
- Para recuperar la AN que es el foro donde se designan los rectores del CNE y los magistrados del TSJ.
- Para reconstruir los contrapesos institucionales, avanzar hacia un equilibrio de poderes e impedir que el poder central siga arrollando y pasando la aplanadora.
- Para reinstitucionalizar los poderes públicos, restaurar la democracia y superar el largo conflicto político venezolano por la vía electoral y pacífica.
- Para evitar que la abstención, una vez más, convierta en mayoría a la minoría oficialista.
- Para volverse a contar y demostrar con quien está la soberanía nacional ejercida a través del voto
Abstenerse otra vez es repetir el mismo error de entregarle al oficialismo el control de todos los poderes públicos para después quejarse del ventajismo del gobierno, quejarse de un CNE con mayoría oficialista y quejarse de un TSJ funcional al régimen.
Para lograr una correlación de fuerzas que haga posible reinstitucionalizar los poderes públicos, restaurar la democracia y recuperar la alternabilidad en el poder central, el país descontento está llamado a votar masivamente este domingo 25 de mayo por los mejores candidatos que lograron postularse y así evitar que la abstención, una vez más, convierta en mayoría a la minoría oficialista.
*Lea también: Participar para resistir, no para legitimar. La abstención fortalece al autoritarismo
Víctor Álvarez R. es economista. Investigador/consultor. Premio Nacional de Ciencias. Director del Proyecto Pedagogía Económica y Electoral
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