Dilemas de la Unión Europea, por Félix Arellano
La presión de la comunidad internacional se mantiene, el cerco crece y el círculo se cierra. Ahora le correspondió un papel más protagónico a la Unión Europea (UE), sus órganos políticos y sus autoridades han asumido posiciones contundentes sobre la crisis venezolana; empero; también asaltan las dudas a los comunitarios sobre la efectividad de las sanciones o sobre el camino más adecuado para lograr el restablecimiento de la democracia en Venezuela. La negociación no se presenta fácil, el trabajo es aún intenso, pero la comunidad internacional está presente y activa.
En efecto, luego del tsunami del inicio de la Asamblea General de las Naciones, ahora nos encontramos con la reunión del Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores de los 28 países miembros, efectuada en Luxemburgo, que abordó de forma exhaustiva la situación venezolana. Uno de los estímulos para el profundo debate realizado en el Consejo tiene que ver con el hecho que los gobiernos de España y Portugal están promoviendo la tesis de suavizar la relación con el gobierno venezolano y, de ser posible, suspender las sanciones, para dar un voto de confianza al gobierno e impulsar negociaciones, posición rechazada por otros gobiernos, en especial Alemania y Francia, que finalmente fue derrotada, pero la duda sobre la efectividad de las acciones está presente y, en tal sentido, se planteó la opción de conformar una “Grupo de Contacto” a los fines de explorar las posibilidades de negociación entre las diversas partes involucradas.
Cabe destacar que la muerte del concejal Andrés Albán en las instalaciones del Sebin, fue uno de los temas de mayor preocupación para los comunitarios, y al respecto solicitaron una investigación imparcial de carácter internacional.
Por su parte, el Parlamento Europeo, en sus sesiones en Estrasburgo, aprobó una resolución en la que insta a los gobiernos de los países miembros a apoyar la demanda introducida contra varios funcionarios del gobierno venezolano, incluyendo al Presidente de la República, ante la Corte Penal Internacional, por presuntos crímenes de lesa humanidad
Adicional a las decisiones adoptadas por los órganos políticos, conviene destacar las duras declaraciones que, sobre la situación venezolana, fueron emitidas por la Sra. Federica Mogherini, Alta Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, quien señaló que en Venezuela “no hay condiciones para una negociación”; y por el Sr. Jean-Claude Juncker, Presidente de la Comisión Europea quien, en el marco de la visita del Presidente Iván Duque de Colombia a las instituciones europeas, declaró que “el Presidente Maduro debería ser llevado ante los tribunales”. También cabe mencionar las declaraciones de funcionarios de los gobiernos de Francia y Alemania apoyando la demanda introducida ante la Corte Penal Internacional contra funcionarios del gobierno venezolano.
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La posición de la UE evidencia claramente que la comunidad internacional no resulta indiferente ante la grave situación que vivimos los venezolanos y que está utilizando sus recursos para promover una solución pacifica; en este contexto, la opción es la negociación, pero este es un tema que genera gran resistencia a todos los niveles. Por una parte, no existe confianza frente al gobierno venezolano que ha traicionado dos importantes esfuerzos de negociación, con el Vaticano y con República Dominicana. Por otra parte, en el caso de la oposición democrática, tanto su fragmentación, como su rechazo a la idea de la negociación hacen más complejo poder avanzar en esa vía.
Ahora bien, esa opción no puede desecharse, es cierto que como bien señaló la Sra. Mogherini, no están dadas las condiciones en este momento, pero la historia ilustra que ese es el camino, por tanto se debería seguir trabajando al interior de los actores, en particular en la oposición democrática, parte de ese esfuerzo tiene que ver con la urgencia de construir unidad, la necesidad de una coordinación mínima, de una vocería coordinada y organizada que permita hacer más efectiva la excelente labor que está desarrollando la comunidad internacional.