Dina Boluarte asume presidencia de Perú y urge instaurar un gobierno de unidad
Durante su primer discurso como presidenta de Perú, Dina Boluarte, prometió enfrentar la corrupción que se ha instalado en los organismos del Estado. Dijo que solicitará el apoyo de la Fiscalía y la Procuraduría Publica para ingresar sin medias tintas «en las estructuras infectadas»
A las 3:54 de la tarde de este 7 de noviembre Dina Boluarte asumió la presidencia provisional de Perú, convirtiéndose en la primera mujer en llegar al máximo cargo de ese país, tras la destitución en el cargo y posterior detención de Pedro Castillo, por intentar darle un golpe de Estado al Congreso.
Boluarte, durante su primer discurso como mandataria, convocó a un amplio proceso de diálogo entre todas las fuerzas políticas «representadas o no en el Congreso» y solicitó una «tregua política» para instaurar un gobierno de «unidad nacional». Informó que su gestión será hasta el 28 de julio del 2026
«No voy a pedir que no fiscalicen a mi gobierno, ni que se escruten las decisiones que se deberán tomar. Lo que solicito es un plazo para rescatar a nuestro país de la corrupción y el desgobierno», dijo a la Cámara.
Indicó que su primera medida serán enfrentar la corrupción que está instalada en los organismos del Estado y ello contemplará solicitar el apoyo de la Fiscalía y la Procuraduría Publica para ingresar sin medias tintas «en las estructuras infectada».
Para Boluarte es imprescindible retomar la agenda de crecimiento e inclusión social, empleo digno, respeto de los derechos fundamentales, al igual que «de manera impostergable» la de la reforma política.
«Les digo (a los peruanos) confíen en el que gobierno que se inicia respetará su misión constitucional, que guarda relación con la seguridad de los ciudadanos», agregó.
Por otra parte, reiteró su postura de que el llamado a disolver el Congreso que hizo en horas de la mañana Pedro Castillo fue un intento de golpe de Estado. Alegó que tras el llamado del Legislativo asumirá la presidencia consciente de la responsabilidad de ser la voz de los más desfavorecidos.