Disciplina, seguridad y orden. Metro de Caracas, por Juan D. Villa Romero
Twitter e Instagram: @jdiegovillave
Desde Unidad Visión Venezuela nos preocupa y ocupa el sistema Metro de Caracas. Por eso, hemos elevado por años al Ministerio del Poder Popular para Transporte Terrestre y otros entes adscritos al gobierno nacional, denuncias en función de dignificar ese importante servicio. Aclarando que no nos hemos quedado solo en las quejas, sino que hemos hecho propuestas puntuales para el reimpulso de este importante medio de transporte; lamentablemente a la fecha no han sido ejecutadas.
Ya no basta con el mal servicio que se le presta a la ciudadanía, sino que por negligencia operacional han aumentado los índices de inseguridad y anarquía dentro de las instalaciones. Eso debido a la ausencia –o vista gorda– de funcionarios policiales que deben estar a diario para resguardar, en estricto apego a la Constitución, todas las estaciones y trenes del sistema.
El problema no es solo la economía informal sino la mala praxis gerencial que hemos evidenciado los últimos años.
Vemos vagones y andenes sucios. Estaciones con deficiencias en iluminación, trenes sin ventilación y retrasos innecesarios en cada viaje. El Metro de Caracas es patrimonio de toda la ciudadanía; nos debe doler y preocupar su deterioro a todos sin excepción.
La impuntualidad que genera este mal servicio hace que una persona trabajadora tenga dos horas de retraso, en promedio, en llegar a sus labores, y si es un viaje de extremo a extremo, puede alcanzar las tres horas.
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Hay estaciones donde la espera asciende los 15 minutos dentro del tren sin que este comience su recorrido, cuando en sus inicios, el servicio no excedía los dos minutos.
De continuar como vamos en esta involución, el Metro de Caracas se puede precipitar hacia el colapso total. Dicho sistema de transporte pasó de ser la gran solución para nuestra ciudad capital a convertirse en una permanente fuente de calamidades para los usuarios que lo frecuentamos diariamente.
Quiero puntualizar una vez más, que ya hay que concluir con la anarquía y los malos hábitos sociales. Este país es digno de cultura y respeto; y en eso, estamos llamados a involucrarnos todos sin sectarismo desde el gobierno, los partidos, las ONG y la más importante: la sociedad civil, el pueblo en general.
Es indispensable tener claro que en tiempos difíciles es necesario tomar decisiones complejas, pero realistas y que nos aproximen a soluciones viables, sin importar los costos políticos que de ello deriven.
Es decir, medidas impopulares pero que son necesarias, como reglamentar contundentemente a los vendedores ambulantes. De manera que esa actividad económica no se haga de forma desordenada ni desencadene más hechos de violencia similares al registrado el día 13 de agosto, donde dos vendedores se acuchillaron frente a los usuarios por solo creerse dueños de un vagón que no compraron ellos, sino que fue comprado con dinero de la Nación.
Finalizo exhortando al Ministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz, A/J Remigio Ceballos, al director del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (CICPC), Comisario Douglas Rico, también al Ministro de Transporte Hipólito Abreu y demás autoridades, a aplicar dispositivos permanentes de seguridad ciudadana dentro del sistema subterráneo, eso en aras de hacer frente a la delincuencia, evitar la contaminación por burundanga y hacer retornar al transporte ferroviario de Caracas estándares de disciplina, seguridad y orden.
Juan Villa Romero es Político. Secretario Juvenil de Unidad Visión Venezuela.
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