Disidencia chavista en el oriente de Venezuela, por Beltrán Vallejo
Creo que en estos 20 años de lucha contra el autoritarismo y el neofascismo (con Chávez), y ahora contra el neototalitarismo (en esto tiempos de Maduro), la dirigencia opositora tradicional no ha querido escuchar ni ver algunos fenómenos de liderazgo critico chavista, sobre todo cuando vienen del interior del país, y porque se está pendiente exclusivamente de supuestas fracturas en la cúpula, llámese en la Fuerzas Armadas o en algunos poderos del Estado dictatorial. Hay que ver y escuchar también lo que está pasando abajo en el chavomadurismo.
Me refiero a cierto liderazgo afecto al régimen de Nicolás Maduro que tiene rato expresando inconformismo ante realidades opresivas y de corrupción en ese sistema de poder. Me refiero a la lucha que tiene rato haciendo Eudis Girot, dirigente sindical en la industria petrolera, contra la mafia sindical de Willy Rangel, denunciando también la debacle de Pdvsa. Él fue uno de los primeros en advertirle al país sobre la desgracia de la sequía con la gasolina; ha sido uno de los primeros que anunció lo relativo al derrumbe de la industria de la producción de gas propano y lo que ahora viven millones de hogares que cocinan a leña. Él ha tenido osadía, clarividencia, franqueza y liderazgo casi que con temeridad para desnudarnos a Pdvsa por dentro, ya sea como fracaso estrepitoso, como hecatombe; como evidencia de la maldad, incapacidad y delincuencia de un régimen que ha acabado mediante el militarismo y el burocratismo con la fuente de riqueza económica de Venezuela.
Hoy, con todo y pandemia, con todo y amenazas y hostigamientos, volvió a alzar su voz para denunciar el desfalco y la desaparición de los fondos pertenecientes a los jubilados de la industria, y denunciar también la desgracia de los trabajadores petroleros que no cuentan con un seguro para aunque sea realizarse los primeros auxilios en alguna clínica.
Si quieren escuchar alguna voz distinta a la de algún opositor, en lo que concierne a la verdadera situación de Pdvsa como empresa cadáver o como empresa saqueada, pues escuchen la voz de Eudys Girot, alias “pin”, como se le conoce en su pueblo de Cariaco, en el Estado Sucre.
Y hablando de la entidad sucrense, sale el constituyentista Telémaco Figueroa con la misma voz de las luchas estudiantiles de finales de la década de los ochenta y principios de los noventa en la UDO Anzoátegui. Igual que hace unos años denunció la incapacidad y corrupción del gobernador Luis Acuña y de algunos alcaldes, hoy desenmascara la indolencia, corrupción y talante delincuencial del gobernador sátrapa del Estado Sucre, el abominable Edwin Rojas. Está denunciando desde la corrupción con la venta y suministro de gasolina, que ha tenido al vándalo de Rojas como eje, hasta la manera “loca” y caótica en que ha funcionado la gobernación del segundo estado más pobre de Venezuela, donde hay más calamidades de abandono, miseria, narcotráfico, trata de blancas y tráfico ilegal de personas, y donde ahora esa zona muestra un índice de incremento escandaloso de casos confirmados de coronavirus; y donde ahora buscan cualquier hotel, gimnasio, posada o galpón que tomar para colocar a los enfermos.
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Yo no estoy ni sobredimensionando ni subestimando; lo que no quiero es “despachar” casos de disidencia en el chavomadurismo como los referenciados con el expediente de que ellos son tan culpables de eso que denuncian o que ellos chuparon y disfrutaron de las mieles del poder. Lo importante es que hoy son voces que forman parte de un país que no se quiere arrodillar.
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