Disputa entre Dudamel y la FVF genera dudas para eliminatoria a Catar
Una enorme incertidumbre reina luego que se destaparan las diferencias entre el organismo rector y el seleccionador, tras el amistoso con Colombia. El conflicto inició en enero, tras los malos resultados obtenidos con la sub20 en Chile.
Alejandro Chacón @achacon20
La pasada fecha FIFA no fue un mar de rosas para la selección venezolana de fútbol. Desde el inicio de la concentración, las cosas avisaban que no iban a ser fáciles, cuando el futbolista Juan Pablo Añor se quejó que, desde la Federación Venezolana de Fútbol (FVF), estaban saboteando a los jugadores por haber tenido una mala logística para el traslado de los futbolistas hasta la ciudad de Tampa, en declaraciones al periodista Pablo García.
El propio jugador, haciendo de vocería del plantel, también criticó el hecho que se planificara un solo juego, y no dos cuando se disputan las fechas FIFA. Tras el discreto empate ante Colombia, con una exhibición muy paupérrima, la mala relación con el seleccionador quedaría al descubierto.
El primer síntoma del affaire Dudamel-FVF fue cuando el seleccionador se enteraba en la propia rueda de prensa, que su equipo iba a jugar con Bolivia en octubre, cuando un periodista se lo dijo. Esto demostraba que las cosas no estaban bien. Que no fluía la comunicación entre el técnico y el organismo. Luego siguió la no comparecencia de los jugadores a la zona mixta, para atender a los pocos periodistas venezolanos que cubrieron el amistoso.
La molestia de los comunicadores se hizo viral por las redes sociales, al punto que obligó a la FVF a publicar un comunicado, en el que responsabilizaba al cuerpo técnico de la Vinotinto el hecho de no atender a la prensa. Esta maniobra evasora de responsabilidades se sumó a otra emanada del propio seno de la selección, que justificaba la no presencia de los jugadores, porque la zona mixta se hallaba a 200 metros de distancia del camerino, culpando a la organización de tal situación. Según una fuente cercana a la FVF, la no comparecencia de los futbolistas obedeció a una retaliación por el hecho de haberse enterado por la voz de un periodista del amistoso con Bolivia.
Esta situación inesperada pudiera comprometer el futuro de la selección nacional, a menos de seis meses para el inicio de las eliminatorias al Mundial de Catar. A pesar que las partes guardan absoluto silencio de este quiebre, TalCual pudo confirmar que las relaciones se han venido deteriorando desde hace un tiempo.
Todo comenzó en enero con la participación sub20 en el Sudamericano de la categoría de Chile. Los resultados no fueron los esperados y además ocurrieron situaciones irregulares entre el técnico y el plantel, que no gustaron en la oficina de Sabana Grande.
Tras ese torneo, Dudamel manifestó que no seguiría al frente del elenco, pero pretendía designar a Modesto González (de su entera confianza) como su sucesor. Pero la FVF no aceptó su propuesta y el ente rector del fútbol terminó escogiendo el 16 de agosto a José Hernández, quien venía de dirigir a la sub17 y conocía al plantel.
Esta decisión molestó al seleccionador nacional y las relaciones comenzaron a deteriorarse. En otra movida y al decir no a la conducción de la selección preolímpica sub23, el estratega insistió que el propio González fuera quien dirigiera a este combinado, pero nuevamente la Federación le negó esa posibilidad, designando a Amleto Bonarcorso como entrenador, oficializado el pasado 30 de agosto.
Este hecho enfureció aún más a Dudamel, ya que no guarda buenas relaciones con Bonacorso. Lo asumió con una afrenta y un desafío a su poder. Así que lo ocurrido en Tampa fue un nuevo eslabón de lo que parece una guerra abierta entre la FVF y Dudamel, aunque las partes nieguen y guarden las apariencias.
Desde la FVF aseguran que no están buscando un sustituto a Dudamel, a pesar de que en los distintos medios y periodistas especializados ya van dando nombres, como es el caso del técnico del Zulia FC, Francesco Stifano y los colombianos Jorge Luis Pinto y Santiago Escobar, entrenadores del Millonarios de Bogotá y Universidad Católica de Ecuador.
La incertidumbre reina tras la ruptura y una confrontación evidente, a pesar que traten de disimular las diferencias. Si no hay claridad y se mantiene el conflicto, la eliminatoria para Catar pudiera estar comprometida, sin siquiera haberse jugado un solo minuto.
Matrimonio roto
Era un matrimonio perfecto y lleno de empatía. Cuando Rafael Dudamel fue escogido como nuevo seleccionador nacional, en abril de 2016, se hizo de manera casi unánime, contando con la mayoría del tren directivo de la FVF. Rápidamente, el técnico yaracuyano comenzó a ascender en el ejercicio del poder desde su cargo. Ya era el entrenador de la categoría sub20 y pretendía hacerse con el dominio de todas las categorías, con un control absoluto.
La relación comenzó a crecer y con el subcampeonato del mundo en la sub20, en 2017, se llegó a la cúspide en esa correspondencia entre el estratega y la institución. Sin embargo, nada dura para siempre y el amor ha comenzado a tener sus primeras fricciones, sin conocer las consecuencias que pudiera tener para el futuro.