Doblando la apuesta, por Américo Martín
Autor: Américo Martín | @AmericoMartin
Cuando están en juego intereses vitales, los actores toman con frecuencia decisiones que llamaré “paralógicas”, es decir: argumentadas con una lógica impecable que se anula a sí misma porque se basa en falacias. Con falacias y equívocos, el oficialismo trató de enrarecer el ambiente para que la unidad democrática se retirara de la negociación dominicana.
Como, por el contrario, la delegación opositora perseveró, los del gobierno, confundiendo la angustia colectiva con irracionalidad irremediable, incentivaron desde la sombra las duras condenas disparadas contra la delegación de la unidad democrática, emanadas de la oposición misma. La maniobra era lógica, sin duda, pero como el cálculo resultó falaz, el aislamiento del régimen se multiplicó.
La suspicacia tenía base, sin duda, porque el creciente malestar pide salidas rápidas y la delegación opositora no informaba con eficacia, tal vez por temor a que las precipitaciones declarativas comprometieran el éxito que con razón se esperaba.
La agenda convenida en RD era buena y auspiciosa. Si los hermanos Rodríguez y el ministro Jaua la hubieran firmado, les tocaría salir del poder porque de todas, todas, el gobierno perdería. Y no obstante, sería su mejor salida. La otra era alzarse contra la Constitución, el mundo y el país. Como dijera José Martí: La Hora de los Hornos. Mejor es protegerse con las garantías constitucionales que alzarse contra ellas
Soportando el chaparrón, la delegación unitaria se mantuvo firme con el acuerdo que la del gobierno pisoteó. El campo opositor se ha ido calmando con tendencia hacia una unidad más amplia, en tanto que los disparates oficialistas proliferaron. Nelson Bocaranda nos proporciona una ilustrativa relación de esos hechos.
El desenlace de la negociación en RD provocó una indetenible escalada solidaria que parece alimentarse por sí sola. El Grupo de Lima, la Cumbre de las Américas, condenas en casi todos los continentes y por ahí se va.
¿Seguirían doblando la apuesta? Lo insólito es que sí, le dieron otra vuelta a la manivela con el mismo resultado. Ahora es la “megaelección”, un absurdo indefendible. Leo a mis buenos amigos Claudio Fermín y Ángel Oropeza. Hasta lo último, Claudio insistió en su candidatura. Es asunto de respetable convicción sin nada escondido, como siempre creí. Pero la nueva apuesta no deja el menor espacio. ¿Resultado? Claudio se retira y Oropeza lee la convincente posición de la MUD.
Y mientras tanto se publica el informe ENCOVI, que es un Manifiesto espeluznante. En ENCOVI todo está rigurosamente sustentado. Es lógica basada en la verdad. La crisis humanitaria es ya una tragedia social. Y lo peor, los niveles de hiperinflación seguirán al alza mientras el modelo y sus artífices controlen el timón.
La oposición, unida y fraterna, encarna el cambio democrático y constitucional, y esa doble condición beneficia a todo el país, incluso a los que desalojarán el Palacio de Miraflores. La Constitución salvaguardará los derechos de todos sin excepción y, desde luego, sin perjuicio de la justicia.
Pero justicia no es venganza, ni venganza, justicia.
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