Dólares de Cabeza, por Teodoro Petkoff
De todas las medidas anunciadas con la prosopopeya del caso por Rodrigo Cabezas, la única que vale la pena comentar -y eso porque podría ser un dado cargado-, es la de la transferencia de los dólares de Pdvsa directamente a la Tesorería Nacional.
Las demás son la misma paja de siempre de los gobiernos anteriores. El pacto anti inflacionario no es sino una repetición de la Conacopresa de Jaime Lusinchi, que terminó en nada, como terminará el pacto cabeciano. Esos “pactos” no van al fondo del problema sino que parten de la idea ingenua e ignorante de que la inflación es algo así como fruto de la avaricia de industriales y comerciantes y que basta una exhortación moral para que se porten bien a fin de que la inflación baje. Por allí salió ese prócer de la boliburguesía, Alejando Uzcátegui, quien cansado de mamar en la cuarta se pasó para la quinta, y ahora propone una novedosa forma de “contraloría social” : los boliburgueses; es decir, los que se han hecho millonarios con el gobierno chavista, van a ir por ahí denunciando comerciantes acaparadores. Patético.
En fin, la lógica de los ineptos que nos gobiernan es que, ante el fracaso de los controles ya existentes, la respuesta tiene que ser ¡más controles! Estos si es verdad que ni olvidan ni aprenden.
Pero vamos con lo de los dólares de Pdvsa. Sobre el aspecto legal del asunto se ocupó, con su coraje tranquilo y contundente, el respetado y respetable profesor Maza Zavala. Está clarísimo que este es otro abuso de poder y un acto francamente ilegal, mas, en este sentido, ¿qué es una raya más para un tigre?
Pero, ¿cuál es su sentido económico? Cabezas, en una explicación galletosa, dijo que el objetivo era recoger liquidez para aliviar la presión inflacionaria que ejerce la enorme masa de bolívares que hoy circula. Ahora bien, si cada vez que el gobierno necesite bolívares va a vender los dólares al BCV, el problema sigue igual: habrá bolívares como arroz. La única manera real de recoger liquidez sería vendiéndole los dólares a la banca privada. Pero si eso fuera así estaríamos en vísperas del caso de corrupción administrativa más grande la historia universal y que dejaría el negociado con los bonos argentinos como un juego de ludo.
La Tesorería vendería bolívares a la banca privada al precio controlado de 2.150 bolívares por verdín y los bancos privados (que serán seleccionados con el mismo criterio cómplice con el cual fueron adjudicados los bonos argentinos a unos bancos muy escogidos), venderán los dólares en el mercado paralelo a la tasa del momento. ¡Qué manguangua!
¿Quién le sugirió esta idea genial a Cabezas? ¿Sus flamantes asesores, Tobías Nóbrega y Guillermo Ortega? Ahora, si no es así, sino que los dólares irán al BCV, entonces la medida será también pura paja, inútil, como la Conacopresa chavista o la eliminación del IVA a unos pocos productos, que no es sino la conocida venta del diván del cornudo del cuento.