Domingo lluvioso le bajó el ritmo a los que vieron las primarias de reojo
A pesar de que la protagonista de la jornada del domingo fue la movilización ciudadana que salió a votar en las primarias de este domingo 22 de octubre, otra parte de la ciudadanía siguió en sus actividades habituales, no tanto por desmotivación sino por desinformación e incluso evitar los aguaceros
Este 22 de octubre fue un domingo muy domingo. Aunque desde temprano, la jornada electoral por la elección primaria del candidato de la oposición fue la protagonista en calles y centros de votación en las parroquias y municipios que conforman el Área Metropolitana de Caracas, otra ciudad medio adormecida seguía con sus rutinas habituales de domingo.
El ambiente de lluvia apaciguó el calor reinante durante estos días. En el mercado de Quinta Crespo, los compradores recorrieron puestos de verduras «para la sopa del domingo», como contó Omaira Hernández, de 46 años. Vive en Caño Amarillo y al ser consultada sobre si había votado, cayó en cuenta que hoy había una elección «¿Hoy se votaba para presidente?».
El vendedor de frutas de un puesto cercano la sacó de la duda: «No, vale. Hoy era para elegir al que va a lanzarse para presidente contra el gobierno».
Pero aunque él sí sabía de la elección, tampoco fue a votar: «es que yo tengo que estar aquí desde muy temprano. Capaz me da chance cuando salga».
«¡Hay que votar, después no se quejen!», suelta Ramón Ernesto Chirinos, jubilado de 72 años, cuando pasa cerca del grupo que se arremolina para hablar sobre la jornada electoral. Chirinos considera que la única opción que queda es expresar el descontento. «Nunca en mi vida había pasado tanto trabajo y ya basta. Le dediqué años a la administración pública y ahora no puedo ni comprarme una empanada. Uno se queja y se queja cada vez que viene al mercado, pero cuando hay que votar entonces lo que uno escucha es que la gente no tiene tiempo o que tienen algo más importante que hacer. Así no puede».
Paseadores de vitrinas
En el bulevar de Sabana Grande, cerca de mediodía, y a pocos metros de la plaza Brión de Chacaito -un centro de votación nucleado con electores de la parroquia Santa Teresa, El Recreo y 23 de enero- los paseadores iban y venían observando vitrinas desde Plaza Venezuela. Herlinda Soto, vendedora de chucherías en el bulevar, dijo que sabía que había elecciones «pero la verdad no sé de qué, lo que sé es que no son del gobierno».
Soto dijo que las ventas del día estuvieron flojas «pero no creo que era porque la gente estaba votando, sino porque va a llover y el día está feo». Dice que es el ambiente típico de un domingo «aunque con más flojera».
En una tienda de zapatos con carteles de ofertas y música a todo volumen, los vendedores conversaban entre ellos en la entrada sin mucho que atender. «Un día flojo, puro paseador de vitrina», dice una de las dependientes. Los cuatro vendedores tenían entre 23 y 30 años. Ninguno votó. Solo dos estaban inscritos en el registro electoral.
«Cuando sean las elecciones presidenciales sí vamos a votar. Pero no me acordaba que hoy había otras elecciones», dice una de las trabajadoras de la zapatería.
En los alrededores de la plaza Brión de Chacaito, los vendedores de puestos de perros calientes se prepararon desde temprano para tener una jornada productiva y aprovechar la afluencia de personas que fueron a votar. «Normalmente los domingos siempre hay movimiento, pero hoy no creo porque la lluvia nos la va a cortar. Mira ese cielo todo oscuro, hoy cae otro palo de agua». Ante la pregunta de si había votado, dos dijeron que sí y tres que no. «Yo voté temprano y rapidito porque de casualidad trabajo aquí, pero vivo en el 23 de enero, y sabía que allá ni loco iban a dejar a la oposición hacer nada. Pero mejor así porque voté relajado y sin que nadie lo esté viendo a uno o nos estén amenazando», dice uno de los trabajadores que prefiere no decir su nombre.