Dos bomberos, un burro y un carnicero, por Orlando Chacón
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Decía Carlos Soublete, “Venezuela no se ha perdido porque un ciudadano se burle del Presidente, Venezuela se perderá cuando el Presidente se burle de los ciudadanos”.
En la Venezuela convulsionada donde los ciudadanos somos sometidos a carencias infinitas, vemos como se siguen pisoteando y aniquilando los derechos de los venezolanos; derechos que no podemos englobar solo en a la libertad, del derecho a disentir, de hablar y expresarse, se violan los derechos cuando pasas más de 24 horas sin energía eléctrica, cuando no tienes como transportarte a diario, cuando en un hospital no hay ni siquiera una gaza, cuando comunidades enteras pasan hasta 30 días sin agua y unidades de diálisis están paralizadas porque no tienen un suministro tan esencial, cuando no puedes comprar los útiles escolares de tus hijos y ves como nuestros niños se desmayan en los colegios por hambre, eso sí es violar los derechos humanos de los venezolanos.
A diario, sólo en el estado Zulia, mueren según estadísticas que hemos podido realizar, hasta 14 niños por desnutrición y complicaciones que esta misma genera. Vemos como en cada basurero de nuestras ciudades –que los hay en cada esquina-, hay ciudadanos hurgando a ver que pueden conseguir e intentar comer para saciar su hambruna. Colas inmensas en nuestras fronteras de venezolanos huyendo de la abominable crisis, llevándose en la mochila la fuerza de voluntad y las ganas de salir adelante.
En la última semana, en los ya colapsados titulares de noticias que nos invaden para recordarnos la destrucción a la que han sometido a nuestro país, dos episodios, con un mismo protagonista, también nos recordaron cuán grande es la miseria que nos gobierna.
Un protagonista, ofendido al ser comparado con un animal trabajador y luego engrandecido soberbiamente por allá por Salt Bae.
Venezuela no se perderá porque un bombero haga alusión a un burro, eso no es delito. Delito es robarse millones de dólares que iban destinados a medicamentos y alimentos, delito es reprimir y disparar a quema ropa a ciudadanos desarmados que ejercen su derecho a la protesta, delito es torturar a un ciudadano y exponerlo al escarnio público, delito es expropiar la justicia para usarla como me venga en gana. Eso sí es delito, delito debe ser destruir nuestros campos de producción, empresas públicas y aniquilar la inversión privada generando más desempleo que se traduce en hambre.
Venezuela no se perderá, Señor Maduro, porque dos bomberos lo comparen con un burro. Venezuela se perderá cuando le entreguen nuestras Fuerzas Armadas a Cuba, nuestra industria petrolera a China y nuestros campos de producción a Rusia. Venezuela se perderá, cuando por la ineptitud de su gobierno perdamos nuestro Esequibo.
Venezuela se perderá cuando nuestros ciudadanos permitan que un bozal de arepa como un carnet, un bono miserable y cuanto chantaje se les ocurran, puede imponerse por encima de la Constitución y los derechos inalienables que por tantos años nuestros jóvenes lucharon para conseguir. Venezuela se perderá cuando una cúpula se aferre al poder y sin importarle las vidas de cientos de venezolanos que mueren a diario, continúen en su afán por destruir.
Venezuela se perderá, cuando su Presidente de forma soberbia y sínica, se dé un banquete de carne cortado por un excéntrico carnicero y pagado con el dinero de millones de venezolanos que deambulan a diario tratando de poder comprar un kilo de carne.
Venezuela se perderá, cuando en Miraflores, en un derroche de miseria, se le pregunte a joven periodista dónde estudió, intentando denigrarlo, porque está haciendo su trabajo de informar.
Venezuela se perderá, cuando nuestros ciudadanos decidan callar y ser cómplices del cercenamiento a sus derechos. Venezuela se perderá cuando sus ciudadanos se resignen a la destrucción de la tierra que nos vio nacer.
Como venezolano, me rehusó a tolerar la extinción de la cultura del esfuerzo, a permitir la destrucción y callar ante el hambre, miseria y corrupción.
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