Dos décadas perdidas para el metro de Caracas, por Juan D. Villa Romero
Twitter e Instagram: @jdiegovillave
Trenes lentos e incómodos atraviesan Caracas de este a oeste. Algunos a oscuras, todos sin aire acondicionado y con velocidades precarias de 10 a 60 Km/h, hacen que viajes desde Las Adjuntas hasta Palo Verde sean una dura prueba de resistencia para los usuarios que abordamos el metro de Caracas.
El gobierno de Nicolás Maduro pasa por alto la importancia que tiene la energía eléctrica para mover el sistema ferroviario; indispensable tanto para el funcionamiento de los trenes como para el resto de las instalaciones. El metro de Caracas usa energía eléctrica de alta tensión, la cual es generada, rectificada y transformada para alimentar a todas las instalaciones. Si alguno de esos tres procesos falla, automáticamente se ve afectada la distribución eléctrica, lo cual conlleva la lentitud o paralización de ese medio de transporte.
Decía en mi artículo anterior que la energía eléctrica con la que funciona el metro de Caracas proviene del embalse de Guri, por ende, se ve afectado por las falencias del Servicio Eléctrico Nacional (SEN). Para solucionar esto, es imperativo autogenerar la electricidad de este medio de transporte.
Desde Unidad Visión Venezuela proponemos que se haga un estudio técnico para la creación de una o dos plantas eléctricas basadas en energía renovable, con el objeto de contribuir a normalizar y incrementar la velocidad en el recorrido de los trenes.
Vale la pena destacar, una vez más, que el mantenimiento preventivo de las instalaciones del metro ha sido omitido durante estas dos décadas perdidas; eso, sin tomar en consideración que ese mantenimiento es fundamental para operar con seguridad los sistemas ferroviarios y asegurar la prestación de un transporte confortable, óptimo, de calidad, seguro y puntual.
El estado y durabilidad del carril férreo es variable en función de las cargas a las que se encuentre sometido, de la geometría existente y de la interacción rueda/carril. Por ello, la importancia de renovar las vías férreas del metro de Caracas y retomar el mantenimiento preventivo y correctivo hacia todas las unidades de transporte, esencial para evitar accidentes en la circulación de los trenes y garantizar a los usuarios un servicio óptimo en cuanto a tiempo se refiere.
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China, hasta el inicio de este siglo, presentó un problema similar al que vive el metro de Caracas. Hoy tiene una imagen completamente diferente. Esa nación –la más poblada del mundo– tiene, por mucho, la línea ferroviaria de alta velocidad más grande del planeta.
Actualmente han hecho historia, alcanzando velocidades máximas de 350 kp/h en muchas líneas, los viajes interurbanos se han transformado y el dominio de transporte superficial se ha roto. Si China, uno de nuestros «aliados comerciales» lo logró, ¿por qué no intentarlo aquí en Caracas? Claro que podemos hacer un sistema de transporte moderno y superar esas décadas pérdidas por la miseria, pero, erradicando la corrupción y concatenados con disciplina en las 3 E: energía, ecología y economía, que ha propuesto nuestro diputado Omar Ávila. Todo en esta vida es cuestión de voluntad, por ello seguiremos insistiendo en este tema tan relevante para muchos y abordado por pocos.
Juan Villa Romero es político. Secretario Juvenil de Unidad Visión Venezuela.
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