Dos gobiernos y la misma “mengua”, por Wilfredo Velázquez
Los compañeros del gobierno interino están “embombaos”.
En guayana usamos la expresión estar embombao, para describir al que encuentra una importante veta de oro y trata de explotarla de manera oculta para evitar que otros mineros se enteren y sacarle el mayor provecho, antes de que se convierta en “bulla”, es decir antes de que lleguen otros.
La explotación silenciosa de la mina garantiza el aprovechamiento individual de la misma, durante ese periodo, nada es más importante, nadie se mueve de la mina ni se ocupa de otra cosa, incluso ni siquiera salen por alimentos si estos se les agotan, la explotación es frenética y silenciosa.
Sin pretender aludir a nadie (porque no hace falta), hago esta reflexión después de leer a nuestro presidente interino en Twitter, donde habla de la importancia de proteger los activos del país, cosa que resulta innegable, salvo que, como en el caso mío, entendamos que el activo mas importante de un país son sus habitantes y que por ende son los que requieren la defensa y protección prioritaria.
En medio de esta atroz situación de miseria, donde ya se ven los muertos paseando por las calles, mientras sus deudos ruegan por un poco de gasolina en una estación de servicio para llegar al cementerio, el gobierno interino se ocupa de defender los activos del país. Loable labor sin duda, pero… ¿pensaran eso mismo los familiares de los que están muriendo de covid y de otras tantas enfermedades, con precaria atención médica?, ¿pensaran igual los médicos, paramédicos y demás personal de salud que enfrentan la pandemia sin apoyo del régimen, sin máscaras, sin guantes y sin los demás componentes de los equipos de seguridad personal?
En Venezuela conviven dos gobiernos, el que ocupa Miraflores está dedicado a resolver los problemas relativos a su permanencia en el poder y a la explotación del arco minero como alternativa financiera del estado, con todo lo que ello pueda significar, el otro gobierno de carácter interino y que por irresolución no crearon una estructura funcional, como si realmente no entendieran, que aunque interino, tenían que asumir funciones de gobierno. La indefinición les condujo a la pérdida de los espacios físicos, políticos y funcionales, por falta de claridad de propósitos y por las debilidades propias de la unidad.
Esta pérdida de espacios es producto de su incapacidad para tomar decisiones oportunamente y en otros por tomar decisiones complacientes con el régimen, como la incorporación de los exdiputados chavista a la Asamblea Nacional, por otro lado no es lo mismo asumir un gobierno interino que gobernar interinamente, NO LO ENTENDIERON, creyeron que asumir la presidencia era un acto simbólico y no se atrevieron a montar una estructura gubernamental paralela, en los mismos términos que la Constitución define la conformación del Ejecutivo, no se atrevieron porque no lo entendían o porque las contradicciones internas de la coalición no se lo permitieron. Pareciera que la coalición no estaba madura para emprender semejante acción.
Como resultado de sus indecisiones tenemos un país al borde de la decepción, una dirigencia arrinconada, que no parece terminar de acordar la estrategia para enfrentar a un régimen que arremete contra la institucionalidad y que somete al pueblo dejándolo desprotegido en plena pandemia y un Gobierno Interino que por falta de objetivos políticos, estrategia y planes de acción permanente, no atiende la coyuntura al punto que mientras el régimen adelanta un proceso electoral, todavía la oposición no define líneas de acción claras para evitar que los partiditos de la oposición controlada, confundan a las bases opositoras y que el gobierno mediante sus campañas vuelva a recuperar las bases chavistas decepcionadas. Están sumidos en una total inacción política dejándole todo el protagonismo al régimen.
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Resulta decepcionante comprobarlo y muy lamentable tener que decirlo públicamente, estamos en medio de dos gobiernos, uno ocupado en la expoliación de nuestros recursos mineros y el otro ocupado en recuperar y manejar los activos nacionales en los países aliados, actividad que pareciera no dejarles tiempo para ocuparse de la coyuntura política interna.
En el juego del “pisa y corre” que significa huirle a la represión y administrar los activos recuperados, poco tiempo debe quedar para atender las emergencias de la pandemia que todavía no muestra sus peores efectos y al hambre que cual zamuros, acecha a los venezolanos de todas las esferas sociales sin que ninguno de los dos gobiernos haga nada por evitarlo.
Ante esto por lo menos tres cosas debería encarar el Gobierno Interino en los meses que restan para el vencimiento del periodo de la asamblea:
Primero: Redefinir y hacer pública la estrategia para recuperar la democracia, segundo: Redefinir los criterios unitarios y la creación de la NUEVA UNIDAD, que supere el entorno del G4 y conformar el Gobierno Interino y tercero: Adelantar una gran campaña ciudadana en torno al COVID 19 poniendo, si es necesario hasta el último de los activos recuperados o por recuperar en función de conservar la vida de los venezolanos amenazados por la pandemia.
Ante la desatención de la Emergencia humanitaria que sufrimos, el régimen al menos cuenta con el recurso pagado de la oposición controlada para adelantar su proceso electoral, mientras ellos con la excusa del contagio, pueden inclusive tomarse algún descanso mientras los de la mesita le hacen el trabajo sucio, pero los compañeros de la oposición, por lo reducido del equipo administran en cambote los activos recuperados, mientras el pueblo se resigna a vivir en socialismo, represión, miseria, enfermedad y muerte.
Total tenemos dos gobiernos y el país muere de mengua. Las elecciones parlamentarias persiguen la conformación de una nueva asamblea, o sea un tercer gobierno, que seguramente prometerá falsamente, elecciones presidenciales libres para seguir manteniendo al régimen. Todo esto poco importa, porque al final tendremos los activos recuperados en buenas manos. ¡Dios nos proteja!
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