Chile despliega militares en su frontera tras muerte de dos migrantes ilegales
El paso fronterizo entre la pequeña localidad de Colchane en Chile y el pueblo de Pisiga en Bolivia, en una zona andina a más de 3.600 metros de altura sobre el nivel del mar, representando un alto riesgo para las personas que la cruzan de manera arriesgada
La Contraloría General de Chile autorizó este jueves 4 de febrero el despliegue de las Fuerzas Armadas en su frontera con Bolivia, con la intención de controlar un flujo migratorio que se ha disparado en los últimos días, como respuesta a la muerte de dos inmigrantes ilegales que fallecieron el día anterior mientras transitaban el paso fronterizo.
El Gobierno intenta controlar la cantidad de personas que intentan ingresar a Chile, especialmente porque el flujo migratorio actual se dirige al pueblo de Colchane, en la región de Tarapacá, una población con apenas 2.000 personas que no soporta la recepción de tantos viajeros internacionales.
“Para un pueblo de sus características es insoportable”, dijo el subsecretario para las Fuerzas Armadas, Alfonso Vargas, al momento de justificar la decisión de desplegar a los militares.
Esta tendencia migratoria proviene principalmente desde Venezuela, con miles de viajeros que intentan escapar de la crisis humanitaria que sufre el país.
«Lo que ocurre en Colchane no es nada más ni nada menos que lo que está ocurriendo no solo en Chile sino en países cercanos. La gran migración que hay desde Venezuela hacia el sur y principalmente intentando llegar a Chile ocurre hace mucho rato», acotó Vargas.
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Fallecidos en la frontera de Chile
Dos personas murieron tras cruzar ilegalmente la frontera entre Chile y Bolivia en medio del altiplano andino en la localidad norteña de Colchane, así lo confirmó el miércoles 3 de febrero el ministro del Interior, Rodrigo Delgado.
Los inmigrantes, que formaban parte de un grupo más grande de unas 30 personas, eran de nacionalidad venezolana y colombiana y uno de ellos tenía 70 años de edad, según autoridades que no informaron sobre las causas de la muerte de los dos extranjeros.
«Lo ocurrido anoche ratifica algo que venimos diciendo hace mucho tiempo, porque las condiciones en las que llegan estas personas son un riesgo para su salud», dijo Delgado.
El paso fronterizo entre la pequeña localidad de Colchane en Chile y el pueblo de Pisiga en Bolivia, en una zona andina a más de 3.600 metros de altura sobre el nivel del mar, se convirtió en los últimos meses en ruta para que extranjeros -en su mayoría venezolanos- lleguen a Chile de manera irregular pese a la maleza y las extremas temperaturas que deben soportar en esa zona y desafiando la pandemia del covid-19.
Debido a su gran extensión, esta frontera es difícil de controlar.
En los últimos días el alcalde de Colchane, Javier García, ha denunciado públicamente la necesidad de controlar los ingresos irregulares de migrantes y pidió a las autoridades de Bolivia y Chile «mitigar la migración de ciudadanos venezolanos que afecta a los aymaras (etnia que vive en la zona) de Bolivia y Chile, quienes han visto sus vidas afectadas por este proceso migratorio».
Desde 2014, cerca de 500.000 venezolanos se afincaron en Chile escapando de la crisis política y económica en su país, y se han convertido en la colonia extranjera más numerosa del país.
Chile vivió en los últimos años una explosivo crecimiento de la migración, que hoy alcanza a cerca de 1,5 millón de personas, que llegaron sobre todo atraídas por la estabilidad política y económica, según información oficial.
Con información de France 24
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