Dualidad de los refranes, por Marcial Fonseca
Twitter: @marcialfonseca
Hablar es incurrir en tautologías.
JLB
Alguien dijo que los pueblos usan los refranes porque detrás de ellos está el respaldo de una sabiduría milenaria y multitudinaria; o en palabras que pronunció el catedrático Joaquín Calvo-Soteldo: El refranero español es riquísimo, audaz, vario, inteligente. En el mundo rural tiene su caldo de cultivo y en el mundo de los sentimientos consigue, a veces, metas de una sorprendente sutileza.
Cuando usamos paremias en general incurrimos en tautologías como cualquier hablante al serlo, pero aquí mencionaremos ejemplos de lo acomodaticio que son algunos refranes. Aclaremos, se presenta una situación que esperanzamos, con nuestra actuación, un resultado a nuestro favor, y que tiene su propio refrán; pero si no es así, la refranología, en su repertorio, tendrá otro dicho para justificar la desilusión. Siempre será posible conseguir dos refranes haciendo pareja en caso de que lo sucedido no sea de nuestro agrado. Si esto es rebuscado, o le parece abstruso, vayamos a los ejemplos.
Su situación, amigo lector, es conseguir trabajo; la preparación ha sido prolija, se paseó por un buen curriculum vitae, se imaginó las posibles preguntas del panel de entrevistas; se imaginó hasta las que usan para ingresar a Google. El día importante llegó, se levantó temprano, se acicaló; llegó a la cita con quince minutos antes de la hora acordada.
Si usted consigue el trabajo, claramente dirá que: Al que madruga Dios lo ayuda o, recoge agua clara. Suponga que alguien no fue tan diligente como usted y a pesar de ello, consiguió el puesto, o usted mismo simplemente no fue seleccionado, cambiamos el refrán a: de tanto madrugar no amanece más temprano.
Recreemos otra situación en que usted es contratado para trabajar en un grupo que son unos bates quebrados; personas que no tienen idea de la misión de su trabajo ni idea hacia donde se dirige la empresa; pero usted, sin ser de alto vuelo, es más organizado, tiene método para trabajar, y por supuesto, logra la jefatura en poco tiempo; claramente podría decir que: El tuerto en el país de los ciegos es rey. Vayamos a la dualidad. A pesar de sus atributos, no logra imponerse, no logra ser un líder de sus compañeros; bueno, la sabiduría de los pueblos al rescate: La ballena en aguas bajas es juguete de los cangrejos; en cristiano, los trabajadores jugaron la pelota con usted.
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Hay una creencia muy popular, a nosotros nos definen nuestros genes, o en palabras sabias: El que nace barrigón, ni que lo fajen chiquito. Pero si a pesar de las taras, se vencen los obstáculos; diremos que «En el camino se enderezan las cargas».
Quizás con el ejemplo siguiente estemos usando otro recurso paremiológico. Es conocido por todos que: El diablo sabe más por viejo que por diablo. Esto es, los años nos dan conocimiento y vivencias que tendemos a llamar experiencia; y que nos permitirán aconsejar, tomar sabia decisiones y ser prudentes. Pero si no es así, que es lo que generalmente sucede, entonces: La experiencia es la escuela de los tontos. (OW dixit).
Para finalizar, una dicotomía oída directamente de los padres del autor. En un almuerzo dominical, la madre explicaba que si sabemos lo que viene porque está a la vista o nos lo dicen o en el aire resuenan los fragores de guerra, entonces no debería haber percances negativos ya que: Guerra avisada no mata soldados. Luego el tópico fue la cantidad de estafadores que estaban usando como mampara, el prestigio de conocidas firmas comerciales, digamos un negocio de ventas de línea blanca o una famosa tienda por departamento. Siempre el engaño iba amparado de visita domiciliaria y en el prestigio del negocio.
Días después, tocaron a la a la puerta, y una agraciada joven le ofreció al jefe de la casa la oportunidad de participar en la rifa de un suministro gratis de supermercado por un año completo; de esa manera la cadena alimenticia ofrecía y agradecía a su público su favoritismo en su 50º aniversario; y el padre compró cinco números. Una semana después en el diario El Impulso salió un comunicado del supermercado advirtiendo a la población que ellos no estaban participando ni promoviendo ninguna rifa. Mi madre, cuando se enteró recurrió a la sabiduría popular: Ay, Antonio: Tanto que te han capado y te siguen consiguiendo granos.
Marcial Fonseca es ingeniero y escritor.
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