El 2022 definirá el futuro político de Paraguay, por Esteban Caballero
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Paraguay celebrará elecciones generales en poco más de un año por lo que en este 2022 los partidos tendrán que definir su oferta electoral. En este marco, si bien en la región se están dando cambios de timón significativos en Chile, Honduras y Costa Rica, es probable que el Paraguay opte por la continuidad ya que el oficialista Partido Colorado, el partido tradicional predominante, pareciera estar en camino a mantener las riendas del poder.
Un indicador de su vitalidad como fuerza política fueron las elecciones municipales de octubre de 2021, en las que el Partido Colorado ganó en 161 de los 254 distritos municipales, incluyendo la Capital, dejando 61 municipios en manos del otro partido tradicional, el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), y otros 32 en manos de alianzas, movimientos y partidos más pequeños.
Este desempeño electoral puede volver a repetirse si el Partido Colorado es capaz de navegar sus internas con la sagacidad que demostró en 2021. La definición de los candidatos para las elecciones de 2023 está ya en pleno vuelo. Por un lado, el movimiento interno Honor Colorado, liderado por el ex presidente, Horacio Cartes, está lanzando una dupla compuesta por Santiago Peña, excandidato a presidente en 2018 y ex ministro de Hacienda de su gobierno como candidato a presidente, acompañado por Pedro Aliana, actual presidente de la Cámara de Diputados como vice.
Por el otro lado, el actual vicepresidente de la República, Hugo Velázquez, ha lanzado su candidatura a la presidencia, apoyado por el “oficialismo” que lidera el Presidente de la República, Mario Abdo Benítez, pero sumando otros liderazgos que se van aglutinando en torno el nuevo movimiento Fuerza Republicana.
Se prevé que las elecciones internas del Partido Colorado sean en la primera mitad de diciembre de 2022 y que superadas las diferencias el partido vaya en bloque a hacer campaña por sus candidatos. De hecho, y de manera muy pragmática, los colorados usan la expresión “operación cicatriz” para esos menesteres. Del éxito de dicho operativo post internas dependerá en gran parte el continuismo o la alternancia.
Los esfuerzos por aliarse y concertar
El panorama fuera del oficialismo ya no es tan claro ya que es mucho más plural y fragmentado. La primera fuerza opositora sería el PLRA, pero también hay una serie de pequeñas fuerzas de izquierda, algunas aglutinadas bajo el liderazgo del expresidente Fernando Lugo del Frente Guazú. Aparte, ha surgido una nueva derecha—Partido Patria Querida—que va creciendo y un grupo de “otros”.
Más allá del predominio del Partido Colorado, las cosas se están moviendo en el campo político paraguayo como lo demuestra la multiplicidad de actores que presentaron candidaturas en las pasadas elecciones municipales. 28 partidos, 134 movimientos políticos, 121 alianzas y 256 concertaciones electorales presentaron candidatos para intendentes y miembros de junta municipales. Obviamente, uno de los grandes desafíos para el campo no colorado, es articular una voz que recoja muchas de esas inquietudes y que a la vez pueda también explotar las diferencias a la interna del Partido Colorado.
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Contra este deseo de articulación político conspira un elemento muy concreto del sistema electoral paraguayo y es que la elección de presidente y gobernadores departamentales se define en una sola vuelta con mayoría relativa. Ese aspecto fuerza a los actores a decidir si crear alianzas antes de que haya una medición de fuerzas clara, como sucede en el sistema de dos vueltas.
Este desafío legal no es desdeñable, tanto por las dificultades que entraña armar coaliciones, como por un hecho más de fondo, que es que el Partido Colorado, salvo una breve interrupción en el periodo 2008 a 2013, ha ejercido el control del Gobierno desde 1947. Es un partido fuertemente empotrado en el aparato estatal que ha manejado los hilos del poder, inclusive en asociación con los militares en el período de la dictadura del Gral. Stroessner (1954 – 1989), pero también compitiendo en pujas electorales desde 1989.
Por lo tanto, el Partido Colorado, no solamente está fuertemente arraigado en el Estado, sino también a las estructuras clientelares de transportistas, contratistas y proveedores, entre otros sectores. Ante este contexto, las fuerzas opositoras deben tener en cuenta el sesgo inherente que favorece Partido Colorado en la competencia electoral, por su control del aparato
El PLRA y el tercer espacio
El desafío actual en el seno de la oposición es debatir los términos de una alianza o concertación. Para muchos ese es el mejor camino, pero surgen inquietudes respecto a, por un lado, el acercamiento programático de las partes y, por el otro, una mayor apertura a debatir el candidato de la alianza o concertación. Ante ello, el PLRA se está viendo con dificultades para definir el aspecto programático y no demuestra mayor disposición a aceptar un candidato que no provenga de sus propias filas.
El plazo para presentar alianzas o concertaciones cierra en junio de 2022, de manera que las discusiones actuales no pueden continuar sine die. Si las negociaciones entre el PLRA y las demás fuerzas fueran infructuosas podrían surgir otras alternativas que le dejaran fuera de la jugada.
Por un lado, una candidatura de izquierda como el de la senadora Esperanza Martínez del Frente Guazú y por otro lado, una candidatura más de centro, con un discurso “ciudadano” como el de Soledad Núñez, ex ministra del gobierno de Cartes pero que se declara independiente y busca una base programática amplia podría posicionarse de cara a la elección.
El éxito de cualquiera de estas otras opciones es dudoso, pero siempre pueden prender en el imaginario colectivo y constituirse en una alternativa que afecte más al PLRA que al Partido Colorado.
Otra posibilidad más distante es una concertación del llamado “tercer espacio” que se construya como una alternativa a los partidos tradicionales. Esta debería forjarse en un marco programático en el que la izquierda y el centro se encuentren y que se beneficie de una migración de votos colorados, liberales e independientes, sobre todo de los jóvenes considerando que de un estimado de 4.6 millones de electores, 1.4 millones tienen entre 18 y 29 años.
Ante tantas piezas en movimiento es difícil hacer predicciones, pero de momento el Partido Colorado parece ser el mejor posicionado de cara a la carrera electoral.
Esteban Caballero es cientista político, profesor del Programa de la FLACSO en Paraguay y consultor en planificación estratégica. Ex director regional para América Latina y el Caribe del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA). Magister Ciencias Políticas por la FLACSO – México.
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