El accidente 305, la falla más grave de Pdvsa; por José Suárez Núñez
La explosión de una de las válvulas de las esferas de propano y butano y con un viento a favor lanzaron desde en la refinería de Amuay una masa de fuego hacia el área sur de la planta, justo donde están los 9 tanques de almacenamiento, originando un impresionante incendio que destruyó el edificio del destacamento 44 y todo lo que encontró a su paso. El saldo de esta tragedia fue de 41 muertos, incluyendo 18 efectivos del componente militar que tiene la custodia de las instalaciones de la industria petrolera, según la declaración oficial de Pdvsa.
Mientras tanto, existía la incógnita sobre la salud de más de 50 heridos, sin incluir los desaparecidos. El Gobierno había solicitado de la Fiscalía General de la República una investigación acerca del origen del incendio.
El Gobierno dispuso 3 días de duelo por los sucesos en medio de una conmoción nacional de pésame hacia los familiares de los fallecidos civiles y militares. Algunos comparaban este incendio con el de Tacoa hace 30 años La respuesta de Pdvsa era muy frágil, porque durante varios meses los trabajadores petroleros estaban exigiendo que se corrigieran las fallas de seguridad. Existe un documento de alrededor de 10 páginas donde se revelan con puntualidad las fallas de los eventos que sucedían con frecuencia.
La respuesta prioritaria de la directiva Pdvsa cuando se producían fallas, incendios, interrupciones, paradas obligadas y derrames era siempre la misma: «Tenemos suficientes reservas de combustibles para dos semanas, y no será afectado el suministro al mercado interno».
Con alguna frecuencia los voceros gubernamentales decían que eran acciones de sabotaje. Como consecuencia de esas fallas continuas en las refinerías, a partir del 2007 Petróleos de Venezuela se convirtió en importador de gasolina.
Antes de que fuera controlado el incendio en Amuay, el ministro Rafael Ramírez declaró a Reuters que no se acogería a la cláusula de «fuerza mayor», lo que significa que dispone de hidrocarburos para cumplir sus compromisos de suministros con los clientes.
Se pudo obtener información extraoficial mediante consulta hecha al especialista en incendios y explosiones José Luis Kum (nombre ficticio para mantener el anonimato), quien estima que el origen de la explosión pudo ser a consecuencia de un BLEVE (Boiling Liquid Expandig) vapor explosión ocurrido en las esferas de propano (GLP) de la refinería de Amuay. Entre otros motivos por la falta de mantenimiento de las válvulas de alivio de las esferas, que al no abrirse liberan la sobrepresión interna, generada a su vez por la mala operación o por algún fuego externo.
También pudo haberse originado por la corrosión de las paredes del recipiente (en este caso la esfera) que no soportó la sobrepresión, colapsando así la pérdida de su integridad mecánica por la falta del material y generándose una inmensa explosión de dimensiones catastróficas como la ocurrida.
UNA FALLA POCO COMÚN
En opinión de este ingeniero es muy raro que esto ocurra (y uno de los ejemplos más famosos fue el caso en una de las esferas de GLP de la refinería de San Juanico (Pemex) en México, en 1984. El accidente fue calificado como descuido en las operaciones y el mantenimiento. En esa ocasión los daños ocasionados por el BLEVE fueron cuantiosos, y esa unidad de la planta dejó de operar por un tiempo.
El dirigente obrero Iván Freites, miembro del comité ejecutivo de la Furpv, declaró que desde 2003, después del paro petrolero se han reportado 304 eventos (accidentes y fallas) que han ocasionado la muerte de 68 trabajadores y 264 heridos. «Ya la tristeza de cientos de hogares no se pueden contabilizar».
La Asociación Civil Gente del Petróleo lamenta profundamente la tragedia ocurrida en la Refinería de Azuay y manifiesta que con la información preliminar que dispone los acontecimientos se iniciaron en horas de la madrugada con una fuga de propano en una de las esferas que contiene este gas.
Hubo una ignición que causó la explosión, propagándose el incendio a tanques que contienen petróleo y nafta.
«Esta desgracia hubiese sido de mayor magnitud si llega a ocurrir durante el día. Responsablemente no podemos adelantar juicios al respecto, pero reiteradamente hemos denunciado ante la Fiscalía General de la República y la opinión pública los numerosos accidentes en las instalaciones petroleras como consecuencia de la falta de compromiso de la directiva de Pdvsa y de la alta gerencia con la seguridad en el trabajo; así como por la falta de mantenimiento de los equipos, incluyendo instrumentos de control» «Cabe recordar que desde el 2003 a la fecha los medios de comunicación han informado, sin incluir el de esta madrugada, de 79 accidentes graves en el Centro de Refinación de Paraguaná (Cardón y Amuay), con 19 trabajadores fallecidos y 67 lesionados. Dada la magnitud de esta tragedia y la negligencia de Pdvsa en aclarar otros accidentes, instamos al Gobierno Nacional a que designe una comisión investigadora que también incluya a profesionales de las universidades y del Colegio de Ingenieros para determinar las causas de esta lamentable tragedia».
TODO COMENZÓ EN 2011
Las primeras señales críticas comenzaron a surgir a partir de diciembre del año 2011 pasado, cuando se registró una parada de emergencia en la unidad de coquización retardada en Amuay, y casi de inmediato otra parada en una unidad destiladora, obstaculizando la producción de kerosén y otros destilados para la fabricación de lubricantes.
El 6 de diciembre se paralizó la unidad de coquización retardada de Cardón por una falla que detuvo la producción de nafta, butano y propano en las plantas de la unidad catalítica. Y el 24 de diciembre se produjo otra falla, obstaculizando la producción de aceites.
El 3 de enero de 2012 un comunicado de Pdvsa advirtió que se paralizaría 5 días la planta de craqueo catalítico de la refinería El Palito. El viernes 6 de enero una explosión en el reformador de Cardón volvió a afectar la producción de naftas y gasolinas y la situación de la planta se complicó por una falla eléctrica de Genevapca, que dejó sin servicio eléctrico la catalítica de Cardón.
El mantenimiento del «crack» de Amuay que estaba programado para llevarse a cabo en octubre fue diferido para el 8 de enero, al producirse por segunda vez la caída de la refinería de El Palito. A la refinería Isla, en Curazao, no se le puede pedir ayuda ya que su capacidad de procesamiento bajó de 220.000 barriles diarios a 160.000 barriles diarios debido a las fallas crónicas, principalmente en el suministro eléctrico.
A principios de enero de este año Petróleos de Venezuela se enfrentaba a una de las situaciones más críticas de la actividad refinadora. Estaba registrando un déficit de producción de entre 80.000 y 120.000 barriles diarios para el suministro del mercado interno y los suministros a algunos países de Petrocaribe. No trascendía, porque las fallas se cubrían con importaciones de gasolina pagando a precios regulares de mercado.
Al iniciarse el año 2012 había un despertar dramático. Petropiar, antigua Ameriten, bajó de una producción de 180.000 barriles diarios a 120.000 barriles.
Petrocedeño (antigua Sincor), con un potencial de procesamiento de hasta 220.000 barriles diarios, había bajado a 130.000 barriles diarios, y hace más de un año que produce crudo Zuata Sweet, de más de 34 grados Api.
Petroanzoategui (antigua Petrozuata), con una producción de 140.000 barriles diarios, fue parada para mantenimiento durante agosto y septiembre del año pasado. El arranque falló y hasta enero de este año no estuvo operando. No hay información reciente.
Petromonagas (antes Cerro Negro) sigue operando sin dificultades, procesando los crudos de Petrosinovensa.