El aguaje, por Teodoro Petkoff
Lo único que echamos de menos en el discurso sobre el «Plan» fue alguna mención al eje Orinoco-Apure (delirio giordaniano que parece cancelado por ahora) y el acostumbrado chiste sobre «grosso modo» y «mato grosso». De resto fue la misma paja loca que tenemos ya casi tres años calándonos. Por lo que se oyó, el «Plan» se resume en promulgar leyes y en crear ministerios. Reivindicó el Presidente la necesidad de que el «Plan» sea discutido «participativa y protagónicamente». Sin embargo, ninguna de las leyes anunciadas (excepto la de Educación) o promulgadas ha sido discutida por nadie. De hecho, han sido expresión de una manía claustrofílica, del gusto por el misterio y el conciliábulo. ¿Quién conoce la Ley de Tierras? ¿En qué escenario se procesan las observaciones que han sido formuladas a la Ley de Hidrocarburos? Paja, pura paja. Regodeo en la palabra vacía. Basta con leer el comunicado del Colegio de Oficiales de la Marina Mercante para conocer la honda frustración de ese sector, y de cualquier otro, al ser marginado de la discusión de los textos legales que le atañen. Errores que se tapan con otros errores, sin la más mínima autocrítica. Primero se hace del Ministerio de Industria y Comercio (MIC) un monstruo inviable, añadiéndole el antiguo MAC. Ahora se vuelve al MAC (con otro nombre) y se desmantela el MIC, creando otro adefesio infuncional, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Industria. Como en el caso anterior, se ignora la especificidad de cada una de las áreas que se pretende pegar con cola y seguramente dentro de un año se volverá al esquema inicial. Lo que sí luce sensato es la creación del Ministerio de Educación Superior, proyecto que Chávez retoma de la Cuarta.
El Presidente, por segunda vez en dos semanas, se queja de la ineficiencia de sus empleados. Primero fue la sorprendente reivindicación de los funcionarios de la Cuarta, comparándolos con los holgazanes y anárquicos de la «revolución». Ahora es la reflexión sobre las revoluciones tragadas por la ineficiencia. Reflexión nada pertinente porque aquí no hay, afortunadamente, ninguna revolución -si por ello vamos a entender lo que el mundo ha conocido como tales. Lo único que se puede tragar la ineficiencia en este país es millones de metros cúbicos de «más de lo mismo», que es lo que Chávez nos ha dado hasta ahora.
Cual un cultor del «spinning», el Presidente pedalea y pedalea, se esfuerza y suda y cuando voltea a ver está en el mismo sitio