El asesinato de un inocente, por Américo Martín
La decisión gubernamental de asesinar la Asamblea Nacional emanada de los comicios de 2015, se hizo evidente con el asalto al Tribunal Supremo de Justicia. Desde entonces el TSJ se redujo a invalidar los actos de la AN. Por temor a remanentes que burlaran la represión, el gobierno escaló la concentración del poder creando la ANC, para absorber todos los espacios autónomos.
El artículo constitucional 186, 9, escapa a la voluntad totalitaria, al prohibir la celebración de contratos de interés nacional sin autorización de la AN. Doble agobio para el Ejecutivo: primero, porque el mundo democrático se apoya en esa norma para tomar distancia del régimen; y segundo, porque tal decisión supone un explícito reconocimiento de la legalidad (origen) y legitimidad (desempeño) de la AN, único Poder venezolano privilegiado de esa manera. Desde el fallido 20M la legalidad gubernamental se desvanece, y su Legitimidad es crecientemente cuestionada.
La legalidad de la AN no se discute. Su origen constitucional es perfecto. Ya que no puede ir contra esa impecable vestidura, el gobierno se prodiga en maniobras contra su legitimidad, mutilando sus funciones para que sea desautorizada y muera
La identificación legitimidad-desempeño viene del respaldo a la gestión realizada. Los escolásticos mencionaban el bien común. En la actualidad es democracia y sus probadas ventajas aunque fallas aprovechadas por malévolos intereses puedan despertar procesos deslegitimadores.
La legalidad de la AN no se discute. Su origen constitucional es perfecto. Ya que no puede ir contra esa impecable vestidura, el gobierno se prodiga en maniobras contra su legitimidad, mutilando sus funciones para que sea desautorizada y muera. No es fácil. Es una legitimidad sólida pese a sus manos atadas. La comunidad mundial la considera último bastión de la Constitución democrática. El respaldo universal y el apoyo hasta ahora de los venezolanos son fundamentales para que el bastión se mantenga y sea eje del cambio democrático.
Las maniobras contra la AN alcanzan un nivel malicioso. El gobierno ha descubierto que puede aprovechar contradicciones electorales en la oposición para intensificar su campaña deslegitimadora. No es difícil convencer a quien quiere ser convencido. El emplazamiento contra la AN toma fuerza en la acera opositora, lo que vulnera la solidaridad mundial. Hay una evidente contradicción entre las atribuciones de la AN y su escasa fuerza para ejecutarlas. Pero en lugar de reconocer el problema, opositores enfáticos lo esgrimen como prueba de ocultas complicidades. Agravan su indefensión, el silencio de la AN, unido a su escasa voluntad para responder y a contradicciones entre sus líderes.
The comedy of errors, obra juvenil de Shakespeare podría ilustrar este escenario, pero evocaré “El asesinato” de Paul Cezane, una pintura de sobreactuada violencia en el homicidio cometido por dos personas (no diré gobierno y oposición siendo la AN la víctima) que no deja espacio, penumbra, músculo, sombra fuera del crimen mismo.
¿Estamos perdidos entonces?
Para nada. El cambio hacia la democracia y la prosperidad es inevitable. Tres ilustres intelectuales, Hausmann, Santos y Barrios, tras advertir que la catástrofe es la más grande en 6 décadas, afirman con probidad y cifras que Venezuela puede ser salvada. Y lo será. Es impresionante el tesoro de voluntad que el ábrete-sésamo de la realidad descubrirá para Venezuela y el universo.