El Asistente que murió antes del homenaje a Bolívar, por Rafael A. Sanabria M.
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En julio de 1883, al cumplirse el primer centenario del nacimiento de El Libertador, el gobierno nacional se dispuso a celebrar solemnes ceremonias conmemorativas, especialmente en la capital, su ciudad natal y donde reposan los restos de Bolívar. Para asistir a esos actos, un ciudadano procedente de Barinas, de quien se dice que había sido Asistente de Simón Bolívar, iba a Caracas para rendirle homenaje, pero solo alcanzó a ofrecer su propia vida, como ya veremos.
Primero puntualizaré que la vida de quien funge en las actividades de cronista, consiste en preservar la historia de los pueblos. Con su palabra se van descubriendo las grandes y las pequeñas verdades y se va extendiendo el gran encaje de diversas historias entrelazadas que se encuentran en los viejos libros de los registros civiles y eclesiásticos, y que van a conformar la gran historia que conocemos. De ahí que, a veces, algunos personajes envueltos en el anonimato o en el olvido se conviertan en la conciencia de su pueblo.
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Hace días, sumergido en el registro civil y luego en el registro eclesiástico, encontré entre aquellas páginas amarillas de finales de siglo XIX, un acta de defunción la cual hacía referencia a la muerte de un Asistente del General Bolívar. Ocurrió esto en el sitio denominado Las Tejerías. Es un dato de relevancia para la historia local y nacional; por la inmensa connotación que tiene el personaje General Bolívar para la patria.
El acta de defunción folio N° 96 del Registro Civil del municipio José Rafael Revenga, reza textualmente así:
“Julio A. Rivero primera autoridad civil de este Municipio hace constar que hoy diez y seis de Julio de 1883 se a presentado ante mí, Antonio Cordova de 53 años de edad casado de profeción comerciante vesino de la Tejería manifestando que ayer a la cuatro de la tarde falleció en su casa el adulto N.N. el cual no se sabe el nombre. De las notisias que e podido adquirir aparese que el finado era de Varina que era de ciento tres años de edad que abia sido asistente del Gral Bolívar y que iva para el sentenario esto es cuanto se save por que no hay quien dé una rrazon cierta.
El Jefe Civil
Julio A Rivero
Secretario
José G Díaz”
Al hurgar un poco más en esta historia, encontramos en el libro N° 7 de exequias de la parroquia, folio 182, un acta que reza así:
«En el año del señor a diez y seis de julio de mil ochocientos ochenta y tres: el infrascrito cura de esta parroquia N.S. de el B Consejo dio sepultura con oficios rezados a un adulto transeúnte que murió en Las Tejerías y se ignora las circunstancias, de que certifica:
José Ángel de J Alemán”.
Dado que para 1883 aún Las Tejerías no había sido fundado como pueblo y era un caserío adyacente a la población de El Consejo, que ya tenía 106 años de fundado. Se puede inferir de acuerdo al acta del registro civil que el transeúnte asistía a Caracas y que, con lo difícil que era llegar a la capital, debió haber hecho parada en Las Tejerías, ya que en pocos días se celebraría el centenario del nacimiento de Simón Bolívar en Caracas, donde se tenía planificada una extensa programación por parte del entonces Presidente de Venezuela Antonio Guzmán Blanco y debió haber sido invitado especial.
Sus restos reposan en los predios del viejo cementerio de El Consejo, situado en lo que hoy es conocido como La Parrilla. En algunos de esos extensos corrales y entrepatios de las casas de la calle Ricaurte o en el viejo estacionamiento La Parrilla deben estar los restos del Asistente del General Bolívar.
Incentivo además, a través de estas líneas, a los cronistas comunales, a los educadores e investigadores de Las Tejerías, a Zafir Rondón y Thaís Echezuría (autenticas tejerieñas), a Rosario Silva de Miquilena (bastión de la Sociedad Bolivariana de Las Tejerías); a las autoridades municipales de Santos Michelena, a la Sociedad Bolivariana de Las Tejerías, para que emprendan una campaña entre los jóvenes de la población y les motiven hacia la realización de una investigación más exhaustiva entre los más viejos de la población que puedan dar datos sobre aquel comerciante Antonio Córdova que brindó auxilio al anciano andariego, en cuya casa falleció aquella tarde y se puedan descifrar el nombre del edecán.
De igual forma exhorto a las autoridades municipales y Sociedad Bolivariana a solicitar y enmarcar el acta de defunción y colocarla en sitio privilegiado como vestigio de la historia tejerieña, entrelazada con las de sus pueblos vecinos.
Rafael Antonio Sanabria Martínez es profesor. Cronista de El Consejo (Aragua).
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