¿El bolívar se puede recuperar? Esto opinan los economistas (y V)
Economistas consultados por TalCual destacan que devolver la confianza de los venezolanos en su moneda dependerá del talante del equipo que lleve adelante un programa de estabilización para recuperar el crecimiento económico y detener la hiperinflación
Por Ahiana Figueroa y Carlos Seijas Meneses
La pérdida del poder adquisitivo de los venezolanos a consecuencia de la hiperinflación, la significativa caída de la actividad económica y la devaluación, han generado que el bolívar haya perdido su dominio como moneda de pago en el país, por lo que a juicio de muchos, será difícil que reconquiste la confianza de los venezolanos.
El bolívar ha tenido oficialmente dos apellidos durante los últimos 11 años: Fuerte y Soberano, pero el significado de ambas palabras no llegó a mostrar lo que realmente sucedió con la moneda luego de dos reconversiones para eliminarle ocho ceros en total.
El constante incremento de los precios de bienes y servicios, el cual se intensificó desde octubre de 2017, le ha quitado poder de compra al bolívar; mientras que a su vez avanza un proceso de dolarización que muchos han calificado de «caótica»
De acuerdo a las últimas cifras reportadas por el Banco Central de Venezuela (BCV), el índice nacional de precios al consumidor alcanzó 283.000% entre abril de 2018 y abril de 2019, lo que coloca al país como la única economía del mundo actualmente con hiperinflación. Es tal la pérdida adquisitiva del bolívar que nadie quiere sus billetes de 2 5, quizás comprensible cuando se observa que con el de Bs. 50.000, el de mayor denominación, solo puede ser utilizado para comprar dos refresco de dos litros.
A juicio de economistas consultados la moneda nacional está completamente hundida en la crisis económica venezolana y, sostienen que su recuperación será lenta en caso de aplicarse un plan de ajuste que pueda resolver los desequilibrios macroeconómicos. Destacan que devolver la confianza de los venezolanos en su moneda, dependerá del talante del equipo que conduzca un programa de estabilización. ¿Pero el bolívar es realmente recuperable? Esto es lo que opinan.
Maritza Izaguirre, exministra de Finanzas y profesora de la Universidad Católica Andrés Bello:
«Ha habido casos en los que ha sido posible una recuperación, como en algunos países de Latinoamérica que por muchos años funcionaron con el dólar y la moneda local. Es el caso de Perú, que hace 10 ó 15 años que estaba como Venezuela con una economía en hiperinflación. En el caso nuestro, si las cosas funcionaran adecuadamente, se podría lograr recuperar el valor del bolívar y mantenerlo. Pero esa recuperación estará en función del tiempo que transcurra hasta que se logre corregir el problema.
La situación actual en Venezuela en la cual no tenemos un horizonte definido, a medida que pase el tiempo, el uso de una moneda dura como el dólar se hará más fuerte. Entonces, la corrección será más complicada
Creo que si las reglas son claras y funcionan las medidas el proceso de recuperación sería en corto plazo. Aquí hay también un problema psicológico y de actitudes ante el gran desequilibrio macroeconómico, las personas se sienten más confiadas en manejarse con el dólar. Mi experiencia de años tan difíciles como los 80 y 90 en América Latina es que había una conexión muy fuerte en la confianza que la población con las autoridades económicas del país, si veían que las cosas funcionaban, poco a poco todo se normalizaba.
La clave está en que las personas tengan confianza en el equipo económico que está tomando las medidas y que empiecen a ver resultados relativamente cortos.
José Manuel Puente, profesor del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA):
«Quisiera que lo fuera, pero no estoy seguro que el bolívar sea recuperable ante la dolarización de facto que hay en el país. Ante la pérdida de confianza en la moneda, los agentes económicos sistemáticamente se han refugiado en el dólar, cada vez hay una mayor proporción del dólar en las operaciones. Quisiera que fuera posible, pero no lo creo ante las circunstancias en las que la revolución está dejando la economía.
Si fuera posible revertir la crisis del bolívar, preferiría que el país aplicara un esquema similar al chileno y al peruano, en los cuales tienen sus propias monedas con un banco central autónomo con potestad sobre su política monetaria y cambiaria. Ambas economías fuertes han preservado sus monedas. No son economías como la venezolana que es muy susceptible a los choques externos por ser netamente exportadora de petróleo y, por contar con un banco central dependiente del gobierno.
Pero también estoy consciente de que la economía de Venezuela se haya dolarizado de facto es consecuencia del proceso de hiperinflación y la pérdida de confianza de los agentes económicos del bolívar, por lo que tal vez no sea reversible el proceso
Supongamos que haya una transición política y se elige un presidente con amplia base y con apoyo popular, que le permita tener las potestades políticas, electorales y constitucionales de llevar a cabo un programa de estabilización, que incluya medidas fiscales, cambiarias y monetarias, podría lograr la reincorporación el bolívar a la vida económica de los venezolanos. Pero eso probablemente no será de inmediato si antes no se resuelve el problema de la hiperinflación y se estabiliza la economía. Mientras no se elimine la hiperinflación será imposible que los agentes económicos recuperen la confianza en su cono monetario, en su moneda. Debe haber crecimiento económico y mayor abastecimiento.
Tal vez lo que habría que hacer en Venezuela es lo más parecido al programa de Fernando Enrique Cardozo con el plan real en Brasil. Esta acción hizo que la economía pasara de hiperinflación a converger con la inflación del resto de la región latinoamericana.
Luis Brusco Ortega, exgerente del Departamento de Estudios Económicos del BCV:
«El bolívar sí es recuperable y creo que es conveniente que un nuevo gobierno trate de preservarlo. Incluso como parte de un plan de estabilización macroeconómica y de reforma monetaria hasta el nombre habría que pensar en modificarlo.
Se sabe que con el actual gobierno nunca se daría una dolarización formal de la economía, pero por razones estrictamente políticas e ideológicas y no económicas. Por lo que si un nuevo gobierno tiene la intención de dolarizar, habría que evaluar muy bien los pro y los contra de esta medida para un país como Venezuela. Soy de los que considera que no es conveniente.
La ventaja de dolarizar la economía es que la inflación desaparece de inmediato, y eso es gracias a que evita que los gobiernos puedan financiar su gasto con la ayuda de los bancos centrales cuando éstos expanden la oferta monetaria de manera inorgánica y no con respaldo productivo. La desventaja de la dolarización en un país como el nuestro es que a la economía le va a costar crecer porque desaparece el uso de la política monetaria, así que el crecimiento económico dependerá de la cantidad de dólares que se pueda generar. Es decir, que para poder contar con las divisas que se requieren en una etapa de crecimiento, las exportaciones deben crecer de manera importante, y como bien sabemos tenemos problemas en la industria petrolera y va a tomar tiempo recuperarse.
Recuperar el bolívar comienza por la confianza que genere en los agentes económicos el equipo que lleve adelante el plan de estabilidad macroeconómica, ahora el tiempo dependerá de la rapidez con la que se apliquen las medidas
Se tendrá que definir si el programa se hará gradualmente o será un plan de shock. No obstante, en el caso de Venezuela hay muchos espacios posibles para crecer, cuenta con infraestructura, cuenta con el capital necesario que pueda venir para poder crecer. El país tiene la economía con la mayor disponibilidad de insumos o materia prima natural, agricultura, turismo, entre otros.
Es decir, en Venezuela un plan de ajustes gradual ya no tiene sentido porque ya la actual administración lo ha ejecutado y la sociedad venezolana ya ha pagado el costo de un programa de esta naturaleza, por lo que ante el hecho de un nuevo plan económico conducido de forma eficiente y altamente capacitada, en mi opinión, mostrará signos de recuperación quizás en unos dos años.
Henkel García, analista, instructor en Finanzas y director de Econométrica:
«El bolívar ya no se puede salvar. Cuando la gente pierde la confianza en la moneda en curso, es prácticamente imposible recuperarla. Venezuela tendrá que cambiar su moneda local, pues tampoco creo en la decisión de la dolarización total de la economía.
Yo creo que deberíamos ir hacia un esquema de convivencia o de cocirculación de monedas, específicamente del dólar con la local que tengamos, muy parecido a lo que hizo Perú (en 1991)
Cuando Perú lanzó su reforma económica, dos tercios de la liquidez de ese país era en dólares y un tercio en la moneda local, el sol. Treinta años después, en este momento, eso cambió. Hoy dos tercios de la liquidez es en soles y un tercio en la divisa estadounidense. Esto demuestra que paulatinamente se puede recuperar la confianza en la moneda, siempre y cuando se tenga una economía sana y estable como la ha tenido Perú en las últimas décadas.
El cambio de moneda es un proceso relativamente corto sin mayores inconvenientes. Hay un proceso de transición paulatino entre el esquema actual y el que se tendrá, pero no veo eso como un período complicado.
Manuel Sutherland, director del Centro de Investigación y Formación Obrera (CIFO):
«El bolívar no tiene ninguna confianza porque se asocia con la debacle económica del chavismo. Un nuevo bolívar puede lanzarse solo si se hace un programa de ajuste que venga acompañado de un préstamo grande y un cambio de 180 grados en la conducción económica y política del país. Creo que sería necesario hacer un cambio drástico en ese sentido, y ese nuevo bolívar debería venir con una nueva política, con nuevas autoridades económicas y una nueva perspectiva realmente diferente de la conducción de un país.
La parte política es fundamental para darle un piso jurídico a un plan de estabilización macroeconómica. Se tendrían que hacer elecciones con nuevas autoridades en el CNE (Consejo Nacional Electoral), que haya una posibilidad real de participación democrática al sustituir la ley electoral actual, y restituir la proporcionalidad del voto. Creo también que la Constituyente debe dar paso a una nueva institucionalidad y debe haber una formalidad jurídica, política y democrática totalmente distinta a la actual, y el poder político debe expresar otras voces diversas.
Para la economía, el poder absolutamente concentrado no trae ninguna confianza porque es un poder sin límites capaz de desbaratar cualquier cosa en cualquier momento, y sin controles ni posibilidades de mesura
El cambio político es necesario para luego ir a una negociación en la que se busque eliminar las sanciones, pues con estas es muy cuesta arriba recibir un préstamo internacional de algún multilateral que tenga la capacidad financiera para hacer un plan de rescate nacional a Venezuela, y también sería difícil recibir cualquier tipo de inversión.
Víctor Álvarez, economista y exministro de Industrias:
«Para que la sociedad venezolana recupere la confianza en la moneda nacional, para que los inversionistas, los agentes económicos en general, recuperen la confianza en el bolívar, deben cumplirse una serie de condiciones que le devuelvan su fortaleza y le permitan cumplir cabalmente las funciones básicas de toda moneda, como son la de servir de unidad de cuenta para medir y fijar los precios, de servir como medio de pago para concretar las operaciones de compraventa y también servir como reserva de valor, que proteja el poder adquisitivo de los ahorros.
Para que esto ocurra, en primer lugar, hay que corregir el déficit fiscal y sobre todo erradicar su financiamiento con emisiones de dinero inflacionario. Sobre todo empresas como Pdvsa, Corpoelec, Hidroven, Gas Comunal y Cantv han sido sometidas durante largos años a cobrar unos precios por la gasolina y tarifas de electricidad, de agua potable, de gas doméstico y de telecomunicaciones tan pero tan bajas que lo que recaudan por esa vía no les permiten ni siquiera pagar las nóminas, y por eso el Banco Central de Venezuela es obligado a hacerles transferencias de dinero electrónico, artificial, que no tiene respaldo en la economía, lo que genera esta voraz espiral hiperinflacionaria que es la que erosiona las funciones que debería cumplir el bolívar como moneda.
El bolívar no sirve ni para medir los precios, los cuales cada vez más son medidos en dólares, y nadie ahorra en bolívares
Una segunda condición que debe cumplirse es la reactivación del aparato productivo, pues lo que más le da respaldo a una moneda nacional es la fortaleza y solidez de su economía. En los últimos seis años el tamaño del PIB venezolano se ha reducido más de 50%, y lo que prevalece es una enorme escasez de alimentos, medicinas, repuestos y del resto de bienes esenciales tanto para la vida como para la producción. Una economía que no sea pujante ni que se desarrolle y diversifique, no ofrece ningún tipo de respaldo a la moneda nacional.
Un tercer elemento es el riesgo político, derivado de la confrontación entre las élites políticas de Venezuela que siguen apostando a borrarse del mapa y no terminan de ponerse de acuerdo en una agenda de interés nacional que saque al país de la crisis. Habrá que superarlo para devolverle la confianza al signo monetario nacional.