El cambio de señas de Maduro
Guayaberas que se alejan del rojo y ministerios que van a la par, develan la nueva imagen del chavismo, que nada tiene que ver con la dinastía que perduró por casi dos décadas
Autor: Ariadna García | @Ariadnalimon
Atrás quedaron las rojas. En las últimas dos semanas, el mandatario Nicolás Maduro ha asistido a sus mítines en guayaberas azules, grises, beiges, como un intento por enderezar el camino recorrido. Además, ahora el presidente lanza un mensaje como abreboca a su campaña presidencial pero sin decir nada: en lengua de señas. Los asesores parecen haber tomado en cuenta a la audiencia que no quiere escuchar al jefe de Estado.
“Maduro está capa caída, en este momento su aceptación en la opinión pública es bastante baja, lo que busca es ser aceptado, tocar el corazón de los venezolanos a manera de ternura”, explica en entrevista a TalCual la profesora universitaria, Carmen Elena Vanderdys, experta en Opinión Pública, sobre el mensaje compartido este domingo en el canal del Estado.
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Vanderdys asegura que por esta razón Maduro ordena abrir los consulados y rescata el tema de la xenofobia que involucra a venezolanos que viven en el exterior. “Las personas saben que es otro engaño del presidente, por eso está tratando de captar a la gente más vulnerable, la campaña es original sí, creativa sí”, agrega.
Por otra parte, la especialista señala que el mensaje en el que se apoya Maduro se centra en que “sí” hubo acuerdo con la oposición en República Dominicana, sin embargo, añade que este no explica cómo resolverá los problemas económicos y “la situación se pone cada vez más compleja”.
Pero no solo la vestimenta del mandatario ha cambiado y cortado con la dinastía del rojo que lleva casi 20 años. Aunque sutiles, las transformaciones también se vienen observando en otros ámbitos de su entorno. Los ministerios han migrado del color rojo al azul, como es el caso del despacho de Comunicación e Información (Minci).
“Chávez cambió el rojo de la revolución y vestía de azul en la campaña de 2012, aparecía mucho más amigable más asequible”, comenta Vanderdys, y agrega que Maduro apela en la actualidad a ese mismo mensaje.
“Yo siento que él necesita rescatar lo que sea y separarse de las cosas malas que hizo Hugo Chávez, pero como él las ha hecho peor no se si le vaya a funcionar”, sostiene.
La creación del partido Somos Venezuela es otro zarpazo al proyecto que nació con Hugo Chávez, pues el militar que protagonizó el golpe de Estado del 92 decía que creía en un partido único (Partido Socialista Unido de Venezuela) como bandera de su gobierno.
Sin embargo, hoy Maduro apuesta a Somos Venezuela, una coalición que parece apuntar a los jóvenes y que se aleja de la imagen de los últimos 18 años, con una tipografía color violeta y un tricolor más claro.
En política el rojo es asociado a la izquierda y al comunismo mientras que el azul a la derecha. La unión de ambos da el púrpura que es usado como bandera del feminismo en el mundo entero, además en la psicología del color, el violeta es relacionado a la creatividad, la dignidad, imaginación y apela a la espiritualidad.
El cambio de señas de Maduro parece apostar a un imposible. La nueva estrategia ¿funcionará?
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