«El cangrejo ermitaño»: una antología atípica, un libro con consciencia poética
La pieza es el tercer texto de poesía publicado bajo el acuerdo de coedición entre la Fundación para la Cultura Urbana (FCU) y la editorial española Visor Poesía. La obra reúne piezas de “Un sobre sin abrir” (2006), “Cuidados intensivos” (2014), “Cartas de renuncia” (2020), así como textos inéditos
«Un libro unitario que brindara una suerte de visión totalizadora de distintos temas y tonos presentes en mi escritura poética», así define el escritor venezolano Arturo Gutiérrez Plaza (Caracas, 1962) su más reciente trabajo: «El cangrejo ermitaño» (2020); antología atípica que reúne piezas de «Un sobre sin abrir» (2006), «Cuidados intensivos» (2014), «Cartas de renuncia» (2020), así como textos inéditos.
La publicación está dividido en 8 secciones numeradas, identificadas con epígrafes. Un proyecto poético «lúcido y laborioso», un «trabajo de ingeniería estructural», de recomposición, en el que el autor –Premio Transgenérico 2009–, «retoma y reordena cada poesía, creando con ello un nuevo sentido, un libro nuevo, un libro diferente de un poeta consolidado, consagrado en un amplio friso epocal»; resalta el escritor uruguayo Rafael Courtoisie, en el prologo de la obra.
*Lea: Elías Pino Iturrieta: «La FCU ha sobrevivido como el resto de la sociedad venezolana»
«El cangrejo ermitaño» es el tercer texto publicado bajo el acuerdo de coedición entre la Fundación para la Cultura Urbana (FCU) y la editorial española Visor Poesía. Le anteceden «Antología poética» de Juan Sánchez Peláez y «De la metáfora, fluida», de Verónica Jaffé, publicados en 2019.
TalCual conversó con Gutiérrez Plaza, PhD en Lenguas Romances y Literaturas y profesor titular de la Universidad Simón Bolívar, sobre «El cangrejo ermitaño», sobre la poesía nacional y los días que corren.
Compartimos con ustedes los comentarios del poeta, cuentista y ensayista italomexicano #FabioMorábito sobre la obra de #ArturoGutiérrezPlaza «El cangrejo ermitaño», libro coeditado por @VisorLibros y la #FCU. Disponible en ventas online por https://t.co/YHyGjUstvh. pic.twitter.com/4Do1ZFj0h5
— Cultura Urbana (@CulturaUrbana) August 15, 2020
– ¿Cuánto tiempo estuvo trabajando “El cangrejo ermitaño” y a qué respondió la selección y orden de presentación de los poemas en el libro?
–La primera versión de «El cangrejo ermitaño» es de octubre del 2018. En la selección y distribución de poemas y en la estructura del libro estuve trabajando unos dos meses. Ya desde hacía un tiempo había concebido la idea y había hecho pequeños cambios en algunos poemas presentes en mis libros anteriores. La versión que finalmente se publicó es de febrero de este año, y fue el producto de un meticuloso e intenso proceso de edición, corrección y revisión que realicé en conjunto con Marina Gasparini, quien es la coordinadora editorial de las coediciones de Visor y la Fundación para la Cultura Urbana.
«En realidad, el libro no me lo planteé propiamente como una antología, sino más bien como un libro unitario que brindara una suerte de visión totalizadora de distintos temas y tonos presentes en mi escritura poética. El que lo lea no tendrá noticias de que esas poesías hayan sido publicados anteriormente, ni podrá vislumbrar ninguna cronología en la escritura de los mismos. El libro está estructurado en 8 secciones numeradas, identificadas con epígrafes, en las que se abordan diferentes tópicos que no se anuncian de modo preciso, dejándole al lector la posibilidad de establecer diversos vínculos entre poesías de diferentes secciones. La existencia de esas hipotéticas relaciones queda a cargo del lector, quien finalmente es quien determinará si ese sentido unitario que busqué se da o no en su lectura».
– ¿Por qué eligió una obra de Cipriano Martínez como portada de “El cangrejo ermitaño”?
–Justamente, fue Marina Gasparini quien me propuso como portada del libro la obra «Composición en azul» de Cipriano Martínez, la cual de inmediato acepté y celebré como un gran acierto. Entre esa imagen de la portada y los poemas que conforman el libro me parece que también se ponen de manifiesto diversos vasos comunicantes. Veo allí un cierto enigma geométrico dentro de un trazado limpio y preciso, un juego ambiguo de perspectivas, un cromatismo uniforme en el que se realzan matices, patrones y sutiles irregularidades, dentro de un conjunto robustamente unitario. Yo diría que la imagen en su totalidad comulga cabalmente con la propuesta del libro de poesía.
Cipriano Martínez (Caracas, 1965) es Ingeniero civil, licenciado en Artes del antiguo Instituto Universitario de Estudios Superiores de Artes Plásticas Armando Reverón y Máster in Art egresado del Chelsea College of Arts & Desing. Su obra –pinturas en las que repeticiones seriales, estructuras dislocadas, cambios en la escala de representación, visiones frontal y cenital, ausencia de gesto, patrones obsesivos– forma parte de «su estrategia para aproximarme a la noción de caos, o a un orden quizá deseado propio de una ciudad que aparece en mi pintura a modo de vestigio», indica el artista en su página web.
–Luego del proceso de relectura de su trabajo y selección de las obras para la antología, ¿Qué tanto cambió la obra, los intereses del Arturo Gutiérrez Plaza de «Al margen de las hojas» del Arturo Gutiérrez Plaza de «Cartas de renuncia»?
–Entre la publicación de «Al margen de las hojas» y de «Cartas de renuncia» transcurrieron 29 años. Por supuesto, en ese lapso la vida no ha pasado en vano. Muchas cosas han cambiado y se han acumulado diversas experiencias, diferentes formas de enfrentar y vivenciar el mundo, así como de entender e intentar la escritura misma. Sin embargo, diría que en lo esencial en toda mi obra se mantiene una particular forma de abordar la existencia, si se quiere serena, lo cual sigue siendo determinante en la dicción y disposición del poema, incluso para expresar situaciones muy dolorosas y perturbadoras. De ello estoy consciente, más por lo que algunos lectores atentos me han hecho notar que como resultado de un plan determinado que me haya propuesto emprender.
–¿Qué lectura le da a publicar una antología poética y un poemario, «Cartas de renuncia», en el 2020, un año marcado por una pandemia que tiene a muchos confinados, desconcertados, reinventándose?
–Desde hace un tiempo se me ha hecho cada vez más evidente tanto cierta cualidad premonitoria que connota la experiencia poética, como la vocación reflexiva, en el sentido de que refleja, del poema. Por ello con frecuencia el lector descubre en él elementos que le hablan de la situación en que se encuentra o que ha vivido, o revelaciones sobre sí o su entorno que a veces no fue capaz de percibir en su momento, en anteriores lecturas. Sin necesidad de ser hermético un poema siempre está constituido por un lenguaje cifrado, dispuesto a brindar diversas claves de abordaje e interpretación. Siendo esto así, posiblemente en varias de las poesías de «El cangrejo ermitaño» y «Cartas de renuncia» el lector encontrará parentescos con las vivencias del encierro que nos ha tocado vivir por la pandemia, aun cuando estas circunstancias no hubieran estado presentes al momento de escribirlos. Ambos libros, en todo caso, seguramente quedarán marcados por la lectura del momento de su publicación.
«Cartas de renuncia», de la colección Contestaciones de la Fundación La Poeteca; es «un inventario del exilio, el desarraigo, el encierro y la soledad», en el que «registra nuestros conciertos y desconciertos, nuestras costumbres arcadianas y premodernas, nuestras adicciones por lo mesiánico, nuestro desprecio por las obras de lo civilizado, nuestra fiesta por lo militar y bárbaro»; explica el poeta Alexis Romero.
–En 2010 publicó «Las palabras necesarias, muestra antológica de poesía venezolana del siglo XX». ¿Para la segunda década del 2000 cuáles cree que serán las palabras necesarias, los autores necesarios?
–Esa frase, «Las palabras necesarias», es una invención de Eugenio Montejo. Con ella quiso caracterizar la poesía de varios de los miembros de la generación del 18, la cual estuvo conformada por Fernando Paz Castillo, Enrique Planchart, José Antonio Ramos Sucre, Rodolfo Moleiro y Jacinto Fombona Pachano, entre otros. Montejo quiso aplacar cierto juicio negativo, no referido a la calidad poética de sus obras, sino derivado del silencio que predominó en su poesía ante la atroz dictadura que regía en la Venezuela de la época, sometida a la bota de Juan Vicente Gómez. Desde su lectura particular, esa generación que él consideraba iniciadora de la modernidad poética venezolana respondió ante la circunstancia histórica que le tocó vivir de un modo más auténtico y en correspondencia con la misión histórica que le tocaba desempeñar, como promotores de la necesidad de alcanzar una conciencia que le otorgara mayor espesor intelectual al oficio del poeta y una estimación más elevada del valor artístico y autónomo de la poesía respecto del poder; visión que aspiraba distanciarse radicalmente de la que de modo preponderante se tuvo en la sociedad del siglo XIX, en la que el poeta frecuentemente era un simple versificador que formaba parte del elenco necesario en los eventos de las familias distinguidas de la sociedad y un proveedor de loas a los detentores del poder de turno.
«Hoy en día, en las difíciles circunstancias que vive nuestro país, pienso que esas palabras necesarias apuntan en la misma dirección de lo que Montejo valoraba en la generación del 18. Creo que las voces de esos poetas cuyo compromiso con el valor estético de su lenguaje es el factor preponderante de su labor creativa, siguen siendo las imprescindibles, las que verdaderamente quedarán y fundarán un legado, aludan o no de modo explícito a la tragedia social y política del presente. ¿Quiénes son ellos, esos poetas más recientes que formarían parte de ese coro? Esa pregunta no me animo a constatarla ahora. Necesitamos una mayor perspectiva temporal para hacer esos dictámenes. Sin embargo, sin duda son varios los poetas jóvenes que están cultivando obras de importancia y ya están dando y darán cosechas estimables».
–¿Puede ubicar tres piezas en «El cangrejo ermitaño» que retraten cómo ha vivido estos meses de pandemia y confinamiento?
–Insisto en que todos los poemas de «El cangrejo ermitaño» son anteriores a la llegada del covid-19, de modo que no pueden leerse como expresión directa de esa circunstancia, sin embargo, a pesar de eso, podría señalar al menos tres poemas en lo que más de un lector podría ver reflejada esa situación. Ellos son: «Hogar», «Mis ruinas» y «Cuando no era».
(…)
Nunca me he ido de allí
ahí vivo.
Y aunque camine por otras calles ,
Por avenidas pavimentadas en distantes idiomas,
siempre desembocaré en estas ruinas;
Son mías,
Me pertenecen.
Fragmento de «Mis ruinas»
Poesía en Venezuela
«El cangrejo ermitaño» está disponible en librerías de España, desde el pasado julio y en plataformas en línea; y el próximo miércoles 30 de septiembre, 20.00 horas Madrid (3:00 pm hora Montevideo, 2:00 pm hora Caracas y costa este EEUU), se llevará a cabo la presentación del libro, vía digital (a través de la plataforma Zoom). La actividad será coordina y conducida por Marina Gasparini Lagrange, ensayista y coordinadora editorial de estas coediciones con Visor por parte de la FCU; y contará con la participación de Rafael Courtoisie, poeta y narrador (Uruguay); Olga Muñoz Carrasco, poeta y profesora (España); y Miguel Gomes, narrador y crítico literario (Venezuela).
La participación es libre, los interesados solo deben registrarse pulsando aquí.
Sobre las coediciones Visor-FCU
Esta alianza tiene como objetivo publicar durante 10 años, dos poemarios al año escritos por poetas venezolanos, uno de una mujer y posteriormente otro de un hombre. “Este acuerdo editorial tiene por finalidad propiciar la difusión de poetas que con rigor y excelencia han dado voz a un decir poético que acompaña la realidad de un país que en este siglo XXI sacude y desconcierta”, explica Marina Gasparini.
El cuarto libro Visor-FCU será «En falso», de la poeta Gabriela Kizer. Estaba programado para salir en octubre de este año, pero la situación de la pandemia posterga la publicación para enero-febrero del 2021.