El canto del turpial, eclipsado por el aterrador canto del Pollo, por Leonardo Regnault
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Las hermosas melodías producidas por las aves son un regalo de la naturaleza, aprovechado para comunicarse entre ellas, también para producir hermosas melodías y el dulce y suave placer de cánticos, como es el caso del turpial venezolano.
El turpial fue declarado ave nacional el veintitrés de mayo de mil novecientos cincuenta y ocho, cuando el país era gobernado por el carupanero Wolfang Larrazábal; desde entonces ese elegante y hermoso plumaje negro y amarillo (naranja en los adultos) es parte de nuestra venezolanidad. Además, su sonoro y agudo canto es parte de lo que somos. Ese elegante y melodioso pájaro es orgullo de nuestra tierra. Esta hermosa ave hace que miles de turistas provenientes de distintos rincones del mundo vengan a Venezuela anualmente para deleitarse con su canto y también para admirar su hermoso plumaje. Su bello canto es acompañado de su elegante figura, ese «turu pio, turu pio» vestido elegantemente alimenta el alma de quienes lo contemplan.
Sin embargo, en estos momentos nuestra ave nacional está siendo eclipsada por otra, también de origen venezolano, pero sin la nobleza de esta. Menos elegante y de canto estridente, goza hoy de penosa reputación y acapara artículos y minutos de televisión, se encuentra presente en la mayoría de los portales del mundo, y su triste fama eclipsa a la de nuestro turpial.
Algunos quieren que su grito suene alto y fuerte, otros ruegan porque en el momento de entonar su estridencia no haya oídos para escucharlo. Los primeros ya preparan todo su equipamiento para escuchar al «Pollo» cantor y desean que ese estridente canto sea fuerte y claro, que revele realidades y que termine de desvelar la indignante verdad. Por su parte los segundos ruegan por el milagro de su mudez y anhelan tenerlo en jaula nacional para que no pueda entonar la letra de esa canción que los descubriría.
El «Pollo» Carvajal fue encerrado en Aruba por allá por el 2014, pero una maniobra de sus amigos de gallinero lo trajo de vuelta a Venezuela y fue recibido como héroe; así se evitaba que iniciara su piolar. Para 2019 decidió salirse del corral e intentar buscar uno nuevo; al no conseguirlo, huyó allende las fronteras, y sus antiguos compañeros de corral ahora lo tildan de criminal y traidor después de declararlo héroe, y exigen que se sea entregado al país para que pague por sus delitos.
El «Pollo» cantor es una de las muestras más representativas de estos años de ignominia, desvaloración moral, inescrupulosidad gubernamental y traición a nuestro gentilicio. Hay miles que han visto la noticia de cómo fue enjaulado el «pollo» y trasladado hacia el encuentro de su destino. En los oídos de muchos debe estar resonando estridentemente esta frase del Pollo cantor «Si caigo, no caeré solo. Caerán varios países. Con la gasolina que hay en España, si soy extraditado tiraré una cerilla desde mi avión para que arda».
¿Cumplirá su amenaza el Pollo al tener cerca la posibilidad de pasar el resto de sus días encerrado o por el contrario quedará mudo en su jaula? Pronto sabremos el desenlace, pero por el momento el hermoso canto del turpial es eclipsado por la posibilidad del aterrador canto del «Pollo».
Leonardo Regnault es político e ingeniero civil
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