El «casa por casa» de médicos cubanos incumple los protocolos clínicos
Fuentes relacionadas con los galenos cubanos consultadas por TalCual aseguran que el número de personas que el Gobierno dice que ha respondido la encuesta del sistema patria es improbable, pues se sabe de casos de ciudadanos que están fuera del país y otros que se inscribieron en la encuesta creyendo que se les daría algún beneficio
Autores: Luna Perdomo, Roison Figuera, Jesús Hurtado
Los consejos comunales y los médicos cubanos son los que están al frente, en las comunidades, de visitar, revisar y chequear a las personas que pudieran estar en riesgo de contraer el coronavirus covid-19, tras haber tenido contacto con un contagiado llegado a Venezuela en los últimos días. La orden fue dada por las autoridades del gobierno de Nicolás Maduro y, al parecer se está cumpliendo en algunas zonas del país, pero sin acatar el protocolo clínico.
Los médicos cubanos diariamente salen a tocar la puerta a aquellas personas que reportaron tener síntomas que corresponden al covid-19, a través de la encuesta de salud que está cargada en el sistema patria.
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Según el régimen de Nicolás Maduro más de 12 millones de personas habrían llenado el cuestionario en el se consulta si padece de síntomas como tos seca, fiebre, si llegó recientemente a Venezuela de países con altos números de casos positivos, o si se mantuvo contacto con personas infectadas. El gobierno dice que esta encuesta permitirá frenar la propagación de la enfermedad porque con ella se detectan de forma temprana posibles casos.
«Si tiene fiebre y se descarta que no es un catarro común se reporta, se registran los datos del paciente, se les realiza la prueba del coronavirus y si da positivo, rápidamente, se saca de su domicilio, se traslada a una de las instituciones habilitadas y se ordena a los familiares no salir de casa mientras estén asintomáticos. Los médicos cubanos se mantienen vigilándolos por 14 días, y si alguno comienza a presentar síntomas también se traslada», detalló a TalCual un médico cubano que prefiere resguardar su identidad por miedo a represalias por parte del régimen.
Esta fuente también revela que gran parte del total que según el gobierno ha participado en la encuesta «es mentira», pues alerta que hay personas que incluso están fuera del país, mientras que otros se inscribieron en la encuesta con la creencia de que sería para ofrecer algún beneficio, no que se les visitaría.
Tras la llegada del virus al país, trascendió que los médicos cubanos manejan toda la data de personas que han ingresado al país por el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar. Esas son las que buscan para examinar si tienen algún síntoma relacionado con el coronavirus.
No obstante, el especialista en odontología asegura que esas datas son emanadas por el sistema patria. Explica que diariamente a cada grupo le asignan direcciones a las que deben acudir a hacer el despistaje, con guantes, batas y los tapabocas pertinentes.
Sí, las visitas también las hacen profesionales no especializados en atender el virus, calificado como una pandemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS) tras afectar a más de un centenar de naciones. En otras ocasiones no solo las hacen cubanos.
«La pandemia se ha salido de control y los médicos que están casi no se dan abasto», dice lapidario el odontólogo. Aunque reconoce que no es especialista, afirma que sale a las calles porque ya de por sí «todo el apoyo que se dé es poco, pues el covid-19 sigue propagándose y la gente aún parece no entender la gravedad del asunto».
Recalca que al igual que otros profesionales de cualquier área de la salud, va en calidad de acompañante de los pocos que sí son especialistas en infectología. Asimismo, sostiene que sigue protocolos de higiene y de atención para poder prestar servicio.
Cubanos casa por casa
El martes 24 de marzo, a las 2:00 pm, cuatro personas llegaron llamando a gritos a la casa de la familia Pernalete, en El Marqués, al este de Caracas. La mujer a cargo llevaba puesta indumentaria como quien está listo para ingresar a quirófano: bata y tapaboca desechable. También iba una joven vestida como enfermera y dos hombres con batas médicas sin identificación. La encargada de la visita afirmó que pertenecían a un consejo comunal, sin detallar cuál, pero señalando con la mano que venían de Petare, y asegurando «que los habían mandado el gobierno porque tenían conocimiento de que habíamos ingresado recientemente al país», cuenta a TalCual Elvira Pernalete. Relata que los mismos cubanos le dijeron que tenían en su poder toda la data de personas que llegaron al país los primeros días del mes de marzo.
Los Pernalete confirmaron que ciertamente habían llegado a Venezuela hacía unos 14 días, pero que no presentan ninguna sintomatología del coronavirus y que están cumpliendo la cuarentena.
«No traían ningún test para aplicarnos y el supuesto médico cubano lo único que tenía en sus manos era un cuaderno usado. No estaban preparados para hacernos ninguna prueba», insiste José Gregorio Pernalete.
El grupo de cuatro personas quería tomar una foto a la pareja como «parte del protocolo», pero tampoco supieron explicar la finalidad del retrato. Los vecinos intervinieron en la situación y pidieron al personal que dejaran en paz a esta familia. Ante esto, las cuatro personas se montaron en un carro de forma intempestiva y abandonaron el lugar.
Los Pernalete creen que la visita se puede repetir, quizás en compañía de funcionarios policiales, ante su negativa de participar en la encuesta, por lo que decidieron denunciar la situación ante los representantes de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) presentes en el país y ante otros organismos internacionales, dónde anteriormente han denunciado la constante intimidación a la que son sometidos tras el asesinato de su hijo Juan Pablo Pernalete, durante las protestas contra Maduro en 2017.
Por razones de seguridad, Elvira y José Gregorio Pernalete prefieren no revelar en qué país se encontraban, pero afirman que estaban «haciendo diligencias para la defensa de los derechos humanos, para denunciar la violación de DDHH y para exigir justicia para el caso de nuestro hijo y de los demás jóvenes».
Los Pernalete califican como una amenaza la forma en que llegaron estas personas a su casa, por lo que no les dio confianza abrirles la puerta.
Todo parece indicar que la función de los médicos cubanos es ir casa por casa e identificar a quienes hayan llegado en el mes de marzo al país para preguntarles si tiene alguno de los síntomas del covid-19 y tomar nota.
El pasado sábado también llegaron a un apartamento en Palo Verde seis personas, vestidas con batas blancas y usando tapabocas, hombres y mujeres. Se identificaron como médicos cubanos en busca de una joven que el 7 de marzo había aterrizado en Maiquetía procedente de Chile.
Tenían todos los datos de la pasajera y «querían verificar si presentaba síntomas de infección respiratoria», fue lo que le dijeron a los padres de la jovenr que vino a Venezuela solo para su acto de grado, y que volvió a abandonar el país el 14 de marzo, justo antes de la suspensión de vuelos.
«Les dije que no presentó ni presenta síntomas. Que ella ya no estaba en el país y que tampoco habría ido a consultarse con ellos», detalla la madre de la joven, quien afirma que tras la respuesta se retiraron.
Cuando esta venezolana llegó al Aeropuerto Internacional Simón Bolívar, además de tomarle la temperatura, tuvo que llenar una planilla donde se le interrogaba si había estado enferma, sí había tenido gripe o una enfermedad similar.
Visita de médico
En Los Teques, municipio Carrizal del estado Miranda, un hombre dio positivo por coronavirus porque tuvo contacto con alguien que vino de España.
Profesionales de salud visitaron su domicilio. La esposa y sus dos hijos estaban asintomáticos. Vecinos cercanos a la familia relatan que a la mujer solo le hicieron pruebas físicas, «le dijeron que respirara profundo cinco veces para ver si ella tosía y le escucharon los pulmones». A los menores de edad no le hicieron ningún tipo de prueba, con el alegato de que los niños son inmunes a la enfermedad.
A la mujer y sus dos hijos se les ordenó guardar cuarentena domiciliaria, pero vecinos del edificio quedaron a la expectativa de lo que pueda ocurrir, pues aguardaban por una explicación o recomendación que nunca llegó.
Las brigadas se dan un paseo de vez en cuando. En Guaracarumbo, estado Vargas, luego de que según vecinos de la zona se confirmara un caso de coronavirus, los médicos, acompañados de uno que otro miliciano, han sido vistos apenas dos veces dirigirse al edificio en el que se presume se encuentra la familia de la persona contagiada. De resto se han limitado hasta de dar explicaciones o recomendaciones a los vecinos.
Posible falso positivo
En el caso de David Maza, que hasta este 27 de marzo era único contagiado en el estado Monagas, las incongruencias y faltas no son escasas. Maza, quien efectivamente fue contactado por las brigadas públicas de salud tras responder la encuesta del sistema patria, podría ser un falso positivo. Las razones sobran para creerlo.
El 20 de marzo, cuando fue visitado por dos enfermeros y una médico para comprobar su estado tras responder la encuesta del gobierno, hacía ya 20 días que había regresado de Caracas. Sin hacer ningún tipo de despistaje, la galeno lo conminó a trasladarse e al CDI de Viento Colao “porque había salido premiado”.
La sorpresa fue mayúscula incluso para el gobierno regional. De hecho, el 21 de marzo, a través de un mensaje que luego borró de su twitter, Laurimel Navas, coordinadora de Salud de la gobernación de Monagas, desmintió que hubiese casos positivos en esa entidad.
“Se lo llevaron solo porque tenía tos, fiebre y mucha mucosidad”, dice Mirtha Candía, vecina de los Maza en Guaritos II, al suroeste de Muturín. Tampoco hicieron ningún tipo de diagnóstico a los otros 11 habitantes de la vivienda, entre ellos cinco niños.
“Está aislado solo por sospechas”, dice uno de los familiares de Meza, quien aseguró el jueves 26 que hasta la fecha no han recibido ni una llamada para conocer las condiciones de la familia y otras personas con las cuales tuvo contacto, mucho menos una visita de galenos, como se ufana en decir representantes del gobierno a cada rato.
“Acá no ha venido nadie, a nosotros ni siquiera nos midieron la temperatura”, dijo a TalCual otro familiar de Maza que prefiere el anonimato después que factores identificados con el oficialismo han amenazado con “joderlos” si denuncian el posible falso caso, que de ser cierto desmontaría otro de los mitos creados por el Ejecutivo: que todos los contagios registrados a la fecha son importados.
Protocolo activado
El sector privado también se ha sumado a la lucha para frenar el coronavirus. Clínicas de todo el país han determinado protocolos de atención que inician cuando una persona pone un pie en la entrada. «No deambule por la clínica si usted presenta alguno de estos síntomas: tos, fiebre o dificultad respiratoria», es el aviso que se apostó en la entrada de la clínica Loira, en Caracas.
El centro de salud constituyó el 13 de enero un grupo de expertos de nombre covid-19, luego de realizar una actividad académica que estuvo centrada en el brote de la enfermedad oriunda de Wuhan, China.
La Loira se preparó antes de que llegara el virus al país. Luego de precisar necesidades logísticas el equipo dedicado al tema planificó la respuesta en la primera etapa de la pandemia: identificación de casos y contención. Asimismo, se hizo contacto con la autoridad sanitaria y se discutieron los protocolos a seguir, para posteriormente iniciar el entrenamiento del personal en el uso de los equipos de protección personal.
«Con la orientación del equipo, se han atendido tres casos sospechosos en la emergencia. Ninguno ha resultado positivo. Los tres casos sirvieron para afinar detalles operativos y revisar nuestras premisas», se lee en un texto emitido por la clínica al que TalCual pudo acceder.
La clínica refiere que una vez se activaron las alertas, en cada uno de estos casos se implementó el servicio de atención telefónica para orientar a los pacientes y minimizar la exposición al riesgo de nuestro personal y pacientes, además de adecuar un área de hospitalización con cuatro camas y se contrató al personal necesario para su funcionamiento.
Ni agua hay
En los llamados hospitales centinela la exigencia es que los médicos no tengan ningún contacto directo con los pacientes.
Uno de esos hospitales es El Algodonal. A este centro de salud llegan los casos ya confirmados en una ambulancia y directo a hospitalización. Allí, los médicos con trajes de bioseguridad -que cubren el cuerpo de pies a cabeza, guantes, tapabocas y lentes- los reciben y atienden.
A juicio de la neumonóloga Ana Vielma, de el hospital José Ignacio Baldó (El Algodonal), las visitas a cargo de cubanos no son para nada adecuadas.
«Eso jamás puede llamarse investigación epidemiológica, ni protocolo de nada. Son payasadas de este gobierno. Son visitas sesgadas», afirma la especialista, quién agrega que las personas encuestadas pueden mentir para conseguir beneficios como las cajas de los Comité Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) o si están enfermas, decir que no para evitar ser hospitalizados.
Vielma concluye que las visitas de los consejos comunales y médicos (cubanos y venezolanos) «no cumplen con los estándares y protocolos descritos , son pura politiquería», dice mientras pide a la población quedarse en casa para que puedan salvarse de esta pandemia.