El cazamoscas, por Teodoro Petkoff
Cuándo iba a pensar Chacumbele que él, águila que no caza moscas, habría de tener que dedicar parte de su copioso e inagotable arsenal de insultos a candidatos como Julio César Reyes (Barinas), Lenny Manuitt (Guárico) y Acosta Carlez (Carabobo).
Águila cazando moscas. Es un signo de los tiempos. El Omnipotente, El Todopoderoso, El Mascalacachimba, es hoy un tipo al cual gente de su propio rebaño le está tocando el trasero. Hace dos años era impensable que se le alzaran. Donde Chacumbele rugía no había burro con reumatismo.
Todos se cuadraban y daban el lengüetazo de rigor a sus botas. Hoy, le tiran trompetillas.
Chacumbele debería reflexionar. ¿Qué está pasando, que las gallinas están cantando como gallos? También se le levantó Octaviano Mejías en Trujillo. Había ganado las primarias del PSUV y Chacumbele le puso encima a otro. Octaviano no le paró bola al Führer y se lanzó por su cuenta, con apoyo, válgame Dios, del PCV. También ha tenido que calarse a regañadientes algunos candidatos que no quería pero a los cuales no tuvo manera de quitárselos de encima. ¡Pobre Chacumbele! Sic transit gloria mundi, dice el latinazo; así pasa la gloria del mundo.
Por eso está tan provocador. El domingo sentó una nueva doctrina constitucional.
Desde Ulpiano, pasando por Kelsen, hasta nuestros días, no ha habido innovación doctrinaria en el campo jurídico más arrecha que la que se tiró Chacumbele. Él, el Supremo, el Misericordioso, la fuente de todo saber, puede hacer leyes inconstitucionales.
¿Quién me lo puede impedir?, vociferaba, fuera de sí, en su show dominical. No importa que el pueblo haya rechazado la reforma, sentenciaba el Eminente Jurista; Yo-El-Supremo puedo promulgar leyes con las materias que el pueblo derrotó. Pura provocación. Silba en la oscuridad para espantar el miedo.
Sabe que no las tiene todas consigo e insiste en el viejo truco de hacer girar la elección en torno suyo. Que si van por él, que si lo quieren matar, que si están montando un golpe, que si la oposición gana en tal o cual sitio habrá guerra. Paja, balandronadas, bullshit, como dicen en el idioma que usa para saludar a Fidel.
Lo último es que se va a montar en uno de los aviones rusos y va a hacer un pase rasante por Miami. ¡Habráse visto mayor ridiculez! Está hablando como perdedor. Pero no hay que subestimarlo. Tiene todo el dinero del mundo y todo el Estado a su disposición. Carece, además, del más mínimo escrúpulo y va a usar todos esos recursos –ya lo está haciendo– para impulsar su pistoneante máquina electoral.