El chavismo es un barco sin capitán
Autor: Xabier Coscojuela
Viviremos un choque de tronos entre el poder Ejecutivo y el Legislativo, luego de la reacción del presidente Nicolás Maduro y los principales dirigentes del PSUV, tras conocer los resultados de las elecciones parlamentarias celebradas el pasado 6 de diciembre, por lo que a la Mesa de la Unidad Democrática tal vez no le quede más alternativa que apelar a los mecanismos constitucionales para producir la salida del actual jefe del Estado.
Esa es la visión que tiene el politólogo Edgard Gutiérrez, quien estima que la MUD debe cumplir lo acordado en julio pasado, cuando decidieron «trabajar por el país, cero revancha, buscar cómo ayudar a mejorar la economía, pero si no la dejan hacer su trabajo hay que activar los mecanismos constitucionales».
Su colega y profesor universitario Luis Salamanca coincide en que se avecina un encontronazo entre ambos poderes, en una nueva coyuntura política, pues mientras el Ejecutivo se encuentra «muy debilitado, la nueva Asamblea Nacional se encuentra muy legitimada».
Pero mientras Gutiérrez estima que quienes han fijado posición hasta ahora representan una facción dentro del chavismo, y que los denominados centauros y algunos de los gobernadores rojos que vienen del mundo militar pueden tener una visión distinta y alterar la posición del PSUV, Salamanca no ve un liderazgo que pueda enfrentar a la dupla Maduro-Cabello.
SE VEÍA VENIR
«Estado de calamidad, descontento y castigo», estas son las cinco palabras con las que resume Gutiérrez las causas de la derrota roja que se produjo el pasado 6D. El también director de la firma Venebarómetro, afirma que las señales las veía muy claras desde un buen trecho antes de las elecciones, al punto que en un evento organizado hace dos semanas por la ONG Espacio Abierto, Gutiérrez vaticinó que la MUD obtendría 112 diputados.
A lo anterior agrega que el sistema electoral impuesto por el PSUV le tiene mucho «aprecio a la mayoría y mucho desprecio al perdedor», resaltando que los oficialistas se tuvieron que tragar una buena cucharada de su propia medicina, pues recuerda que hace cinco años el partido rojo recibió el 48% de los votos y obtuvo 68% de las curules en disputa. En esta oportunidad, lograron algo más del 40% de los votos, pero apenas un tercio de los escaños.
El voto castigo fue lo que más ayudó a la MUD, aunque para ser «serio» precisa que sería necesario hacer una encuesta e indagar al respeto. Resalta que a pesar de que ha emigrado una buena cantidad de venezolanos, la alianza opositora recibió 300 mil votos más que cuando Capriles se enfrentó a Maduro.
El PSUV perdió mucho apoyo y lo hizo por dos vías. Una parte de su electorado, que calcula entre 8 y 10%, se decidió a sufragar por la MUD, mientras otra parte decidió abstenerse. Destaca, sin embargo, que también una cantidad importante de votos hacia la oposición se debieron a la oferta que hizo la MUD que supo interpretar la necesidad de cambio que siente la población.
Resalta Gutiérrez que estos excelentes resultados para la MUD los logra en su momento de mayor debilidad en términos de acceso a los medios de comunicación y con varios de sus líderes presos. «Eso es épico».
Sí cree que hay una ruptura entre el pueblo y el liderazgo chavista y, en su opinión, la mejor prueba de ello es la respuesta de los principales líderes de este sector después de que se conocieran los resultados.
Con lo que dijo Maduro, «demuestra que no sabe lo que está pasando. Con una diferencia de más de dos millones de votos afirmar que ganó la guerra económica demuestra una desconexión total».
En todo caso, estima que está hablando una facción de la coalición oficial, la que decidió huir hacia adelante, pero cree que si se respetaron los resultados es porque hubo presiones de ciertos sectores del mundo oficial. «Que Vladimir Padrino haya comunicado lo que comunicó, no fue porque bajo el Santo Niño de Atocha. Fue porque recibió presiones que lo obligaron a posicionarse. En el mundo oficialista se van a producir fracturas».
CATASTRÓFICO
Para Luis Salamanca, el resultado de las elecciones parlamentarias del pasado domingo es «catastrófico» para el PSUV, y cree que hay que evaluar si es una derrota definitiva o un castigo de los electores al presidente Maduro. La historia reciente le dice que los votos que ha perdido el chavismo, incluso con su líder fundamental vivo, no vuelven a ese redil.
«En el pasado las pérdidas se fueron consolidando y creo que en esta ocasión no será diferente». No descarta que en un futuro inmediato parte de los que el domingo votaron por el PSUV lo hagan por la oposición y le parece que la situación de hoy se asemeja a lo vivido por AD y Copei en 1998 cuando perdieron el apoyo del pueblo venezolano. «La gente vio que había otra opción representada por la MUD.
Ese es un aspecto muy positivo, que los sectores democráticos hayan ofrecido una plataforma unitaria perfecta con un mensaje de cambio y que haya podido capitalizar el gran descontento que existe en el país».
Rechaza que el apoyo dado a la MUD venga solo por la vía del voto castigo, y está convencido de que si la entente opositora no se hubiera preparado para capitalizar la crisis no se habría producido la derrota del chavismo.
A su juicio la muerte de Chávez significó la muerte del chavismo, y estima que el difunto expresidente ayudó en la victoria de la oposición, pues partidarios del sector oficial comparaban la gestión del actual inquilino de Miraflores con su predecesor, y Maduro sale muy mal parado. Aclara que la crisis presente es responsabilidad también del natural de Barinas, pero recuerda que cuando Maduro asumió el poder el dólar paralelo se cotizaba a 18 bolívares y el actual jefe del Estado no tuvo la capacidad para revertir la crisis, sino todo lo contrario.
Precisa que el declive del chavismo se inició en 2013 luego de la aplicación de psicología de masas más grande que se ha hecho en el país, lo que no impidió que Maduro perdiera diez puntos y la distancia con la oposición se redujera significativamente. Luego, en las elecciones municipales, si bien ganaron la mayoría de las alcaldías, el chavismo no quiso ver que perdió en las ciudades más importantes, apunta Salamanca.
Los resultados en algunas zonas tradicionalmente rojas lo llevan a afirmar que una parte del chavismo votó por la oposición, algo distinto a lo ocurrido en 2007 cuando prefirió abstenerse.
La reacción de la alta dirigencia gubernamental después de conocer los resultados le lleva a pensar que tienen muy poca capacidad para la autocrítica, pues afirmar que se equivocó la gente es una pésima apreciación. «Veo al oficialismo como un barco a la deriva, en medio de una borrasca, sin capitán que lo dirija. Aquí alguien debería asumir las riendas diciendo que nos equivocamos y enmendar los errores».
PROPUESTA ACERTADA
El historiador Héctor Acosta cuestiona la afirmación de Oscar Shemel, según la cual el adversario del Gobierno era el descontento y no la oposición, lo que de alguna manera fue respaldado por Luis Vicente León Este profesor jubilado de la UCV recuerda que hay muchas razones por las cuales la gente emite su voto, desde que le gustan los bigotes de Maduro hasta que le atraen las cejas de Julio Borges, pero»si la MUD no les hubiese hecho la propuesta de cambio no hubiesen sufragado por ella».
En su cuestionamiento al razonamiento de quienes creen que privó el voto castigo, señala que sería lo mismo que pensar que «las personas que se toman en la mañana un vaso de jugo de naranja, no lo hacen porque le gusta esa fruta sino porque detestan el té verde, por favor. Si esa inmensa mayoría de votantes que decidió por la MUD, no viera en ella una alternativa no la hubiese votado».
En cuanto al futuro del chavismo, Acosta cree que sin el apoyo de un sólido precio del barril petrolero sus posibilidades de mantenerse son muy limitadas, a lo que agrega que el PSUV debe reflexionar críticamente sobre lo ocurrido, además de adaptar sus tesis políticas a la sociedad actual y no mantener enunciados ideológicos del siglo XIX. Persistir en el esquema económico que defienden los hace inviables, políticamente hablando, estima Acosta.
Deja un comentario