El CNE y la burla que no cesa, por Gregorio Salazar
X: @goyosalazar
Después de su inconcebible e impúdica burla al pueblo venezolano, su desastrosa actuación al frente de las elecciones del 28 de julio, al presidente y demás miembros de la directiva del Consejo Nacional Electoral (CNE) le quedaba un solo camino: suplicar con humildad el perdón de todos los venezolanos, presentar los verdaderos resultados y renunciar de inmediato a sus cargos para no ejercer nunca más una representación pública.
Pero siendo el fraude del 28 de julio un monstruoso pecado capital, de dimensiones galácticas, esos personeros electorales en cuanto que figuras de un régimen que tanto invoca (falsariamente, obvio) «a Cristo, mi Señor», deberían comenzar por un solemne acto público de contrición, un arrepentimiento también de dimensiones siderales. Irse, por ejemplo, al centro de la plaza Bolívar y desde allí implorar perdón –de rodillas y con las manos entrecruzadas– por ese y otros desafueros cometidos. Le ahorraríamos, eso sí, el propósito de enmienda: primero porque se necesitaría ser éticamente capaces y, segundo, porque por eso mismo no se lo creeríamos.
Pongamos los pies en la tierra y digamos de una vez que nada de eso ha pasado ni va a pasar. No perdamos el tiempo en fantasiosas elucubraciones. La gran tragedia continúa. El CNE con sus mismos personajes –más el emergente– sigue allí. Los cinco rostros imperturbables, impasibles, impávidos, esperando no se sabe si otra condecoración, la achatarrada espada de Bolívar u otro beneficio más útil, por lo contante y lo sonante.
El CNE ha vuelto y de la peor manera. A toda marcha, a contra reloj, atropelladamente, sin haber cumplido los deberes constitucionales correspondientes a los comicios del 28 de julio, sin haber dicho con las actas en las manos que el ganador fue Edmundo González por una montaña de más de 7 millones de votos.
Ahora, a once días apenas de consumado el robo electoral con la toma de posesión del candidato derrotado, anuncia que están proyectados nuevos comicios. No importa de qué. La firma al pie del rupestre comunicado, titulado «Información importante a todo el país», cual estrategia publicitaria de una tienda por departamentos, constituye por sí sola la mayor desconvocatoria que se pueda hacer a una consulta electoral. Lo saben de sobra y a eso vuelven a jugar. Se regodean en que tanto la trampa como la denuncia sean ganancias.
Han dicho que están en sesión permanente, lo cual no deja de ser una novedad si lo sabido es que esa directiva no se dignó reunirse ni en el período previo a las elecciones presidenciales. Dicen que son nueve las elecciones, «tres constitucionales», por un lado, «así como las seis consultas de proyectos del Poder Comunal», de dudosa base legal. Afirman que ya han definido a las fechas, pero se las guardan. Que el cronograma también, pero ya saldrá por allí «en las próximas horas», contadas seguramente en un reloj de arena en el que el tiempo se acelera o se devuelve a topetazos o invirtiendo a capricho la clepsamia.
Como era de suponerse, se reabren los dilemas en el seno de la oposición y las posturas de quienes piensan que si se logra una alcaldía o alguna gobernación se puede convivir tranquilamente con los usurpadores. Vuelve el doliente ritornelo al seno de los partidos democráticos que saben que la abstención inmoviliza y deja estropicios organizativos cuando no divisiones en su seno. Y que el costo político de someterse a los ardides de los marioneteros electorales es devastador.
*Lea también: El terror como instrumento de poder, por José Rafael López P.
Regresan los llamados al diálogo, a la negociación, a la participación. Al respeto al voto, a la Constitución y a la Ley Orgánica de Procesos Electorales. Que no haya uso y abuso de los recursos públicos, fin al obsceno ventajismo. Y la sensación es que ese ritornelo después de años y años de abusos resulta harto desgastante y frustrante en el ánimo de la ciudadanía, sobre todo para la que votó masivamente por un cambio que rescate a Venezuela y hoy se ve con las manos vacías. Por ello se niega rotundamente a pasar la página del fraude haciendo filas para unos nuevos comicios convocados por Amoroso.
La fe ciudadana en el voto ha sido destruida y su poder de cambio anulado. Una tragedia que sintetizó muy bien un agudo usuario de X: «Si eres un peligro electoral, te inhabilito. Si ganas, te hago fraude. Si te permito ganar un espacio político te quito los recursos. Si te abstienes y no votas, te elimino el partido. Si protestas, te meto preso. Y si te rebelas….» corres la misma suerte de los que salieron a la calle el 29 y 30 de julio y ya no están con nosotros. Aún así la fe en la salida de este laberinto sostiene a los venezolanos.
Gregorio Salazar es periodista. Exsecretario general del SNTP.
TalCual no se hace responsable por las opiniones emitidas por el autor de este artículo