El coronavirus nos agarre confesados, por Sigfrido Boccanegra
Si de algo se puede dudar en este país, es de la palabra del gobierno sobre la supuesta preparación del sistema de salud para hacer frente al temido coronavirus, la más reciente pandemia mundial que ya ha cobrado la vida de más de 4.200 personas en unos 117. Y las muestras abundan.
Por un lado, se sabe gracias a la Encuesta Nacional de Hospitales 2019, que ninguno de los 331 centros de salud catalogados como hospitales existentes en el país cuenta con una sala de aislamiento, por lo que la atención de los posibles –y seguros- contagiados con la enfermedad, se hará en áreas no aptas según normas internacionales.
Sobre la dotación de los 45 hospitales “centinelas” que fungen de centros pilotos para atender a los pacientes del Covid-19, es mucho lo que hay que decir. Aparte de que algunos de ellos no prestan servicios actualmente (el Periférico de Coche, en Caracas, por ejemplo), se sabe que a muchos no han llegado siquiera las mascarillas, mucho menos insumos básicos para atender a los pacientes. Es más, el personal de varios no ha recibido información alguna sobre el protocolo a seguir.
Respecto a las pruebas de despistaje, la situación es mucho más dramática. El examen solo se pueden hacer en el Instituto Nacional de Higiene Rafael Rangel, en Caracas, y aunque el gobierno ha establecido una red de aeroambulancias para el traslado desde puntos tan remotos como Tucupita o San Cristóbal, resulta dudoso que el corredor aéreo funcione en un país donde la escasez de combustible es la constante.
Pero lo más insólito es la falta de disposición para asumir que se está a las puertas de una emergencia. El pasado lunes en la tarde, el INH devolvió la muestra tomada a una paciente sospechosa de contagio recluida en el triaje del hospital Miguel Pérez Carreño.
¿La razón? La hora (5:30 pm), por lo que hubo que esperarse hasta el día siguiente para su admisión. Los resultados fueron dados a conocer más de 40 horas después de tomada la muestra, cuando apenas son necesarias siete para saber si se trata de la virulenta afección.
Por cierto, el personal del hospital Miguel Pérez Carreño, donde fue atendida una paciente con sospechas de la enfermedad, improvisó mascarillas con franelas a falta del necesario insumo, y el supuesto caso no pudo ser remitido al hospital de hospital José Ignacio Baldó (El Algodonal) por las precarias condiciones de ese centro, que es centro nacional de referencia para enfermedades neumonológicas, cuyo personal protestó este 11 de marzo por no contar ni siquiera con agua para lavarse las manos.