El defensor culipandea
Ya veremos que tal queda todo con este nuevo «sacudón»
Hay algunos funcionarios que quieren jugar al equilibrio aunque cuando llega el momento de la verdad siempre lo pierden. Uno de ellos es el defensor del pueblo Tarek William Saab. Tenemos que reconocer que cuando fue designado ciframos algunas esperanzas en que su gestión fuera algo mejor que la de sus antecesores, pues hacerlo peor que Germán Mundaraín o Gabriela Ramírez es como difícil.
Pues bien, el capitán Cabello puso al Defensor entre la espada y la pared cuando anunció el despido de todo funcionario «99» que hubiera firmado pidiendo el revocatorio de Nicolás Maduro. Ese primer anuncio fue ratificado por Jorge Rodríguez esta misma semana, dando 48 horas para su cumplimiento.
hizo una visita al hospital Pérez de León y le pidieron su opinión sobre el tema. Su respuesta fue bastante decepcionante para quien se precia de ser un defensor de los derechos humanos de larga data. Guabineó bastante. No fue tajante.
Dijo que el personal debería ser evaluado por su gestión y que, independientemente de sus simpatías políticas, podía ser despedido si no cumplía con su trabajo. Se supone que esa evaluación es constante y que no se hace justamente cuando se recogen firmas para revocar a Maduro. Extrañamente esas palabras no están recogidas en la nota que sobre dicha visita publica la página web de la Defensoría. ¿Por qué será? Recientemente se anunció que la Defensoría sería bajada de categoría por la ONU por no defender adecuadamente a los presos políticos. Dicha información molestó a William Saab quien la calificó de falsa. Los hechos siguen demostrando que cuando tiene que decidir entre derechos humanos e intereses de la «revolución», el exmilitante culipandea.
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